Dos clientes miran viviendas en una inmobiliaria / EFE

Dos clientes miran viviendas en una inmobiliaria / EFE

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Los españoles destinan el 70% de su salario a la vivienda

El presupuesto ideal es destinar la mitad del salario a cubrir gastos fijos, en los que se incluyen la hipoteca y el alquiler, y ahorrar un 20% de la retribución

17 junio, 2018 00:00

¿Es usted de los que no consigue ahorrar ni un céntimo? ¿Le cuesta administrar tu sueldo para llegar a fin de mes? Esta es la situación que vive la gran mayoría de los españoles. La vivienda es la principal culpable, ya que consume la mayoría de los ingresos.

Así lo afirman los expertos del comparador HelpMyCash.com. Según sus cálculos, si restamos el coste medio que paga un español por mantener una vivienda --las cuotas de la hipoteca o del alquiler y el precio de los recibos--, la cantidad que nos queda es muchas veces inferior al 30 % de lo que se ha ingresado. O, lo que es lo mismo, se destina el 70% de los salarios a pagar un inmueble.

Distribución ideal de los ingresos

Según los expertos, esta cifra se aleja mucho del presupuesto ideal. La mitad de los ingresos se deberían destinar a pagar los gastos fijos, un epígrafe en el que se incluiría la vivienda. Otro 30% debería cubrir los gastos variables y el 20% restante tendría que ser para ahorro.

Pero es extremadamente complejo cumplir con estas ratios. Si se destina más del 50% a cubrir los gastos fijos que pueda tener una familia, el resto de los costes variables probablemente se pagarán con el dinero que iba destinado al ahorro.

Problema con los salarios

Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el sueldo más frecuente en España --y que refleja mejor la realidad-- es de 16.567 euros brutos anuales. Es decir, una nómina de menos de 1.000 euros al mes en 14 pagas o de 1.150 euros si están prorrateadas. Sobrevivir con esta retribución durante 30 días es realmente complicado.

Los que tienen más dificultades para llegar a fin de mes son los que viven de alquiler en Madrid o en Barcelona. Según datos extraídos del portal inmobiliario Fotocasa, el coste medio para un piso de 80 metros cuadrados en la capital es de 1.021,95 euros y en capital catalana de 1.176,60 euros.

Gastos de vivienda

Al este coste hay que sumarle los gastos de la vivienda, los recibos. Según el último Panel de Hogares de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) los españoles pagan de media 56,3 euros de luz al mes y 41,10 euros de gas. El INE indica que los recibos del agua, basura alcantarillado y la comunidad de vecinos tiene un coste de 64,7 euros en este periodo. A todo ello se le deben sumar los 66 euros del móvil y la conexión a Internet. En total, unos 228,1 euros.

Esto significa que, si se destina la mitad de un alquiler, en una vivienda compartida, a un arrendatario en Madrid le quedaría tan solo el 35,7% de su sueldo y a uno en Barcelona, el 29%.

¿Sale más barata una hipoteca?

Tampoco viven una situación mejor los que se han comprado una vivienda y tienen que pagar cada mes las cuotas de la hipoteca. Según el Colegio de Registradores de la Propiedad, Bienes Muebles y Mercantiles de España, el desembolso medio mensual es de 543 euros.

Si se restan los mismos gastos del hogar y con el salario más frecuente de referencia, sólo se dispondría del 32,94% de la retribución para variables y ahorro. Es decir, 378,9 euros.

El ahorro, a principios de cada mes

Los valores de los cálculos realizados muy probablemente no reflejarán la realidad de muchas familias. No obstante, se pueden hacer una idea de las dificultades que existen para llegar a fin de mes y ahorrar.

Mientras no se equilibren los precios de las viviendas con los sueldos cada uno tendrá que buscar sus trucos para poder reservar el llamado colchón económico. Lo que recomiendan los expertos del comparador es que, una vez se ha cobrado la nómina, se retire automáticamente parte de lo que se quiera ahorrar. Así, se evitará contar con el dinero desde principios de mes.  

Una forma fácil de proceder es con la apertura de una cuenta de ahorro en la que se programen adeudos directos o transferencias periódicas. El propio banco será el encargado de coger el dinero sin ordenar la operación. Un ahorro casi por obligación.