La crisis abierta en UGT de Cataluña por ser una de las entidades convocantes de la manifestación del próximo 15 de abril en Barcelona para exigir la libertad de los políticos presos por el procés se resolverá en un cónclave este jueves. Un encuentro que se plantea como un choque de los sectores independentistas del sindicato y los contrarios a la secesión, el grupo que tradicionalmente ha mandado en la organización y que es próximo a las tesis del PSC.
El principal exponente de este último ámbito es el actual presidente, Matías Carnero. Encabezará el encuentro en el que estarán presentes las cúpulas de las federaciones territoriales de UGT. Tiene previsto hacer una intervención en este encuentro para exigir que nadie hable por boca del sindicato, tal y como indica a Crónica Global.
Cohesión interna en duda
Una respuesta entre líneas al presidente del grupo parlamentario de ERC en el Congreso de los Diputados, Joan Tardà. “Afirma Pepe Álvarez [el secretario confederal del sindicato] que UGT de Cataluña no estará en la manifestación del día 15A por la libertad de los presos. ¡No estoy tan seguro!”, tuiteó el pasado viernes.
La declaración ha tensionado aún más la cohesión interna del sindicato. Ha acrecentado el malestar en los críticos con la convocatoria y ha dado alas a los partidarios del secesionismo, un grupo con poder en la cúpula que se configura en el entorno del secretario general, Camil Ros. Pero, tal y como destacan desde la propia organización, esta fuerza no se traslada a las bases.
Reparto de afiliados
Las industrias situadas en el cinturón metropolitano de Barcelona aportan más afiliados al sindicato que las comarcas de Girona y Lleida unidas, según los mismos interlocutores. Un grupo que no es precisamente próximo a las tesis independentistas y que está cabreado y así lo ha expresado públicamente. Promovió incluso una recogida de firmas virtual que suma 16.800 peticiones a Ros para que la organización se desmarque de la manifestación del 15 de abril a última hora de este martes.
Estas fábricas ni siquiera se sumaron a los llamados paros de país, las dos convocatorias de frenazos productivos que se han hecho en Cataluña con la participación de los dos principales sindicatos (UGT y CCOO) desde el 1-O para rechazar primero la violencia policial en la jornada del referéndum y por la entrada en vigor del artículo 155 de la Constitución después.
En Seat, la compañía con mayor peso en UGT de Cataluña cuya sección sindical está encabezada por Carnero, ambos paros se tradujeron en protestas en descansos programados. La incidencia productiva real fue nula por parte de los trabajadores. La compañía sí sufrió porque los proveedores no pudieron llegar a tiempo a la fábrica por los cortes en la red de carreteras.
Carta de la hermana de Dolors Bassa
Tampoco ayuda al proceso abierto en el sindicato catalán la carta publicada por la hermana de Dolors Bassa en el periódico Ara este lunes. En ella, recuerda que la exconsejera de Trabajo y Asuntos Sociales fue secretaria general de UGT de Girona y deja claro que no hubiera tenido reparos en ponerse tras una pancarta para pedir la “libertad de los presos políticos”. Aunque ello se trasladara en una pérdida de apoyos.
Otra presión que en algunos círculos se ha tildado directamente de “chantaje emocional”. Se recuerda que Bassa dejó la cúpula del sindicato al entrar en el gobierno de Carles Puigdemont y que las cuestiones que la han llevado a la prisión provisional están al margen de cualquier aproximación laboral. Aunque eso no quite que sus compañeros durante más de 10 años le han hecho llegar en público y privado muestras de afecto y de apoyo por su situación personal.
Decisiones futuras
En el cónclave de este jueves se analizarán todas estas cuestiones. “Debemos ir con pies de plomo con las decisiones que tomemos a partir de ahora”, ha afirmado Carnero. Con todo, incluso los más reacios al procés reconocen que es complejo desmarcarse de la manifestación sin que exista un seísmo en el sindicato. El debate está abierto.