La crisis en Cataluña amenaza la llegada de dos cruceros más a Barcelona. Tui Cruises ha admitido que "vigila atentamente" la situación social en la capital catalana antes de dos escalas de sus buques los próximos días 13 y 23 de noviembre.
La operadora de buques de recreo ha indicado a Crónica Global que su barco Mein Schiff 2, con capacidad para más de 1.880 pasajeros, "mantiene la operativa" prevista en noviembre.
No obstante, la compañía "vigila con atención" las noticias que llegan desde la capital catalana por si hubiera que modificarla.
De hecho, Tui Cruises ya ha desviado tres de sus naves al Puerto de Valencia por la tensión política en el destino catalán. Fueron las escalas de los días 1 de octubre (Mein Schiff 2), 3 de octubre (cuando el Mein Schiff 5 acortó su estancia) y el 12 de octubre (Mein Schiff 3).
"Las ventas se demoran"
Fuentes del sector han subrayado que la cautela que muestra la crucerista alemana puede ser la antesala de lo que puede esperar Barcelona en 2018.
"Más que cancelaciones de escalas, que han sido pocas, el efecto de la tensión independentista se nota en las ventas para el próximo año. Octubre y noviembre son meses de comercialización para la temporada de abril a octubre", ha indicado el directivo de una intermediaria.
"Los comerciales están teniendo dificultades para colocar el destino Barcelona. Venden más lento. Y claro, ello es agua de mayo para puertos rivales como Marsella o Valencia, pues, en un futuro, las navieras quizá deciden recalar allí", ha agregado.
El mayor del mundo
El mar de fondo en el sector crucerista en Barcelona llega en un momento clave. Royal Caribbean ha anunciado que la mayor nave de recreo del mundo, el Symphony of the Seas, debutará en el puerto catalán en 2018.
"Dudo que la operativa de las compañías cambie. Incluso tengo mis dudas de que sus inversiones --como la nueva terminal que ansía operar MSC en la ciudad-- puedan parar. Pero sí que si las ventas se ralentizan, las navieras se plantearán cosas", valora un veterano directivo de la industria.
Hasta ahora, el sector crucerista había quedado relativamente aislado del grave daño que ha sufrido el turismo catalán, sobre todo en hoteles y vuelos, que ha discurrido en paralelo a la celebración del referéndum ilegal de secesión del 1-O y la posterior proclamación de la independencia unilateral y la aplicación del artículo 155 de la Constitución en la región.