Un mes y medio después del histórico rechazo del Congreso al decreto de reforma de la estiba, el Gobierno sigue sin hacer un segundo intento. La multa de Bruselas por el monopolio que se da en el sector en España, que supera los 23 millones de euros, fue el punto de partida para el Ejecutivo. La aprovecharon para intentar desmantelar lo que muchos han llamado “privilegios” de los empleados que trabajan en la carga y descarga de mercancías en los puertos.

Ahora, tanto sindicatos como empresas están pendientes de recibir la nueva propuesta del Ministerio de Fomento para reformar la estiba. Se trata de un reglamento, un decreto que pende del real decreto ley principal y que incluye algunas de las propuestas del mediador en el conflicto, Marcos Peña.

La subrogación del 100% de los estibadores actuales, más de 6.000 en todos los puertos comerciales españoles, la mejora de la productividad y un sistema de ayudas para facilitar la transición al nuevo modelo son algunas de las medidas contempladas. El hermetismo del Gobierno en relación a la nueva estrategia ha sido total.  

¿Falta de apoyos?

Hace un mes que el Gobierno anunció un reglamento para incluir en la ley la última exigencia de los sindicatos, capitaneados por la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar (CETM). El requisito es la garantía de que todos los empleados por las empresas de estiba mantendrán sus puestos de trabajo.

“De momento, no hemos recibido ningún borrador ni del decreto con las pequeñas modificaciones que se rumorea que introducirán, ni del nuevo reglamento”, aseguran fuentes sindicales. Se especuló con que se aprobarían las novedades en el Consejo de Ministros del viernes de la semana pasada para someterse a votación en el Congreso.

Urgencia

Las mismas fuentes indican que fue, otra vez, la falta de apoyos de los demás partidos la que impidió el inicio del proceso. Desde Fomento se limitan a repetir las palabras del ministro, Íñigo de la Serna, quien insiste en la urgencia de aprobar la reforma, pendientes de que “caiga la segunda multa” de Europa.

Desde la Coordinadora avisan de que una ofensiva del Gobierno sin negociar antes o un segundo decreto que no se ajuste a lo propuesto por el mediador irían acompañados de un preaviso de huelga. De momento, todas las convocatorias han quedado en un simple anuncio y los paros se han limitado a marchas lentas que han afectado a unos puertos más que a otros.