Mémora se ofrece para dialogar con el Ayuntamiento de Barcelona después del naufragio del proyecto de funeraria municipal, que la oposición al gobierno de Ada Colau ha tumbado el viernes de forma momentánea.
La firma, dueña del 85% de Serveis Funeraris de Barcelona (Sfb), ha indicado que "se reafirma en su voluntad de colaboración y diálogo" con la corporación.
"Mémora ha reclamado un espacio participativo para que sus opiniones, junto a las de sindicatos, asociaciones y profesionales del sector funerario, social y sanitario, sean tenidas en cuenta para la configuración del modelo funerario de la ciudad de Barcelona", ha señalado en un comunicado.
"Compañía centenaria"
La compañía que dirige Juan Jesús Domingo ha recalcado las cien firmas de apoyo del sector sociosanitario para buscar una "solución participativa y de diálogo" para el modelo de gestión del adiós a los difuntos en la Ciudad Condal.
Según la empresa, Sfb es "una compañía emblemática y centenaria", además de constituir "una plataforma idónea para encontrar fórmulas que permitan evolucionar un servicio tan importante para las familias y ciudadanos de Barcelona".
Para Mémora, el modelo funerario de Barcelona es "un referente europeo" que pivota sobre "la colaboración del sector social y sanitario". Los principales actores de este modelo, los sociales, empresariales y sociales, agrega, "ansían formar parte de la definición del nuevo modelo".
Segundo revés
La valoración de Mémora llega tras el segundo traspié que se lleva el proyecto de funeraria pública de Barcelona. La iniciativa, comandada por el concejal de Presidencia, Eloi Badia, ha caído del orden del día del pleno del viernes por falta de apoyos.
Antes, el 19 de abril, el punto también concitó el rechazo mayoritario de los grupos municipales, que criticaron la "falta de diálogo" para definirlo y expresaron dudas sobre su capacidad de incidir en los precios de los servicios funerarios en la capital catalana.
Cabe recordar que el operador reposaría sobre un tanatorio municipal de nueva construcción. Dicha instalación tendría seis salas de vela, cuatro reservadas para la empresa pública, frente a las 90 que operan en concesión o de forma privada el resto de rivales en el mercado.