Emilio Saracho, presidente de Banco Popular, ha informado este lunes que la entidad hará una nueva ampliación de capital antes de plantear una fusión que le garantice su continuidad. No ha dicho cuándo ni en qué cuantía plantea la operación, pero ha solicitado a los accionistas su apoyo en la primera intervención ante la junta ordinaria.
Será la cuarta ocasión en que el Popular impulse una ampliación de capital. Los más de 270.000 accionistas han desembolsado 5.400 millones de euros desde 2012 para consolidar las finanzas de la entidad, pero la cantidad ha sido insuficiente.
Transparencia en la gestión
“Parece que el diagnóstico general es unánime: estamos abocados a aumentar capital para seguir adelante. Mi preferencia es que si acudimos al mercado no sólo sea para cumplir con los niveles de capital, sino para alcanzar un volumen de fondos propios que permita al banco la ejecución de su estrategia y competir en el mercado en igualdad de condiciones”, ha manifestado. Y eso se debe realizar “sobre un sustrato de alta confianza”.
El banquero ha prometido “transparencia y consistencia en la gestión e información”. Una crítica entre líneas a la anterior directiva de la entidad ante las discrepancias contables en el cierre del ejercicio 2016. El Popular reconoció que había perdido 3.485 millones de euros, pero la nueva cúpula ha avanzado que tendrá que revisar sus cuentas para añadir cargos no recogidos inicialmente.
También ha sido la última junta de Pedro Larena como consejero delegado de la entidad. Ignacio Sánchez Asín, exbanquero de BBVA y Kutxabank, se perfila como su sucesor.
Venta de activos
Mes y medio después de acceder al cargo, Saracho ha dejado claro que la prioridad actual es equilibrar la buena marcha del negocio bancario tradicional. Remarca la implementación en el mercado de pymes y los riesgos que introducen en las cuentas de la entidad los activos improductivos y los negocios no core, donde espera soltar lastre.
El presidente del Popular ha anunciado que venderán “negocios en los que no hay capacidad de competir”. Lo harán de “forma clara y sin dilación” para “aprovechar la ventaja competitiva en el negocio de pymes”. De entrada, deberá desinvertir en ladrillo. La exposición inmobiliaria alcanza los 36.000 millones brutos y sólo está provisionada en poco más del 45%. También ha puesto a la venta su negocio de WiZink y sus filiales, entre ellas TotalBanc (EEUU).
La fusión, una alternativa más
Si el plan anunciado falla, la fusión será la mejor salida. El presidente no la descarta, siempre y cuando encuentre a algún interesado que reconozca el valor del banco. Ha dejado claro que es una más de las opciones que se valorarán para tomar la decisión que “más beneficie al Popular”. Ha cargado contra los que dibujan esta alternativa como la única que tiene para solucionar sus problemas de liquidez.
"Si aceptamos nuestras dificultades, volvemos a nuestras raíces y hacemos lo que mejor sabemos hacer, todos saldremos beneficiados", ha declarado. Ante los accionistas, ha defendido que "cualquier opción es mejor que acabar como otros bancos sistémicos".
El anuncio está hecho, aunque no parece que los mercados lo hayan recibido con los brazos abiertos. A primera hora de la tarde, los títulos del Popular se han hundido otro 9,24% hasta los 0,74 euros por acción. Un nuevo descenso para una cotización que suma meses a la baja.