El Gobierno catalán se cruza de brazos ante el pelotazo hotelero de Drassanes de Barcelona. La Consejería de Cultura, que comanda Santi Vila (PDECat, la nueva Convergència) se niega a aumentar la protección del entorno para minimizar el impacto de la construcción de dos hoteles de la cadena Praktik en la zona.
El departamento dirigido por Vila ha comunicado esta semana que su postura "no ha variado" desde que en octubre anunciara que no delimitaría de nuevo la protección de las atarazanas, el Baluarte y la parte que resta de muralla romana.
El enrocamiento del Govern se confirma después de que el Ayuntamiento de Barcelona haya acudido al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para, precisamente, forzar esa medida.
"Deformación de la ciudad"
Un portavoz del equipo de gobierno del ayuntamiento ha defendido el recurso judicial alegando que ve necesario aumentar el ámbito de protección.
En su opinión, la "trama urbana del entorno puede cambiar con el paso del tiempo, deformando el paisaje urbano y su visualización y armonía con un Bien Cultural de Interés Nacional".
La corporación ve importante catalogar el área "para estudiar y evaluar los proyectos de modo que sean compatibles con el entorno".
Dos torres de 200 habitaciones
Sin citarlo, el consistorio se refiere a la construcción de dos hoteles de la cadena Praktik Hotels en la zona.
Los dos rascacielos tendrán 106 y 84 habitaciones. Se han escapado de la moratoria hotelera y del plan especial urbanístico de alojamientos turísticos, que limita los nuevos alojamientos en el centro de la ciudad.
En octubre, el equipo de gobierno municipal ya pidió a Vila ampliar la zona de protección monumental para impedir --o paralizar-- el proyecto.
Oídos sordos
Si entonces el equipo de Santi Vila dijo no, ahora lo reitera. La nueva negativa a proteger más y mejor las Drassanes se conoce después de que trascendiera que el ayuntamiento ha llevado aquella resolución de Cultura al TSJC.
"El ayuntamiento reclama que este trámite, pendiente desde hace años, se lleve a cabo, con arreglo a la ley de patrimonio cultural catalán, que lo posibilita", insiste un representante municipal.
De nuevo, la Consejería de Cultura lo ha rechazado, y además ha confirmado que no existen negociaciones con el ayuntamiento sobre esta cuestión.
"Proyecto especulativo"
Preguntado por la polémica, ningún portavoz de Praktik Hotels ha tenido disponibilidad esta semana para comentar la inversión.
Quien sí lo hizo fue el abogado especializado en urbanismo Daniel Jiménez Schlegl. "El uso inicial del suelo era para viviendas de protección oficial. El cambio es la clave: es una operación especulativa", argumenta.
Según el letrado, el hecho de que las pastillas de terreno junto a Drassanes se recalificaran varias veces para permitir hoteles "ha pervertido su ajuste a la ley", lo que, según él, es motivo suficiente para revisar el expediente.