Las tarjetas de crédito, en el punto de mira de la sustracción de información personal
Es la herramienta más vulnerable, pero existen otros métodos para robar los datos del usuario
19 noviembre, 2016 10:52En la sociedad actual, las innovaciones tecnológicas aplicadas al sector económico no paran de aumentar y, aunque eso, entre otras cosas, nos permite realizar pagos online, también han aumentado las opciones de sufrir un fraude virtual. De hecho, las tarjetas de crédito, uno de los productos financieros más utilizados por los españoles a la hora de comprar a distancia, son los objetivos más atacados por los estafadores.
Desde hace unos años, no paran de aparecer noticias en la prensa sobre la clonación de tarjetas, es decir, sobre skimming online. Se denomina con este término al robo de información de los plásticos en el momento de la transacción, con la finalidad de reproducirlos o clonarlos para posteriormente utilizarlos de manera fraudulenta.
Para poder entender mejor esta técnica, pongamos un ejemplo de una situación real: imaginemos que después de realizar una compra en un establecimiento a pie de calle le facilitamos nuestra tarjeta al dependiente. Éste la coge durante unos segundos, realiza el cobro y nos la devuelve como si nada hubiera pasado. Aquí es donde se realiza el fraude, ya que el dependiente podría tener en la mano un aparato minúsculo (el skimmer), que copia la información de la banda magnética de la misma manera que lo haría la ranura de un cajero automático.
¿Qué podemos hacer para defender las tarjetas del fraude?
Como apuntan desde el comparador HelpMyCash.com, ante la aparición de todas estas técnicas de usurpación de datos, las entidades emisoras de tarjetas de crédito han incluido algunos seguros para indemnizar a los clientes que se vean envueltos en cualquiera de estas situaciones, aunque las coberturas que ofrecen varían en función de la entidad y de la tarjeta.
Estos seguros son los antifraude, que cubren la clonación de las tarjetas y los usos no reconocidos por el cliente, aunque muchas veces sólo lo hacen en caso de robo o extravío. Una de las tarjetas de crédito que nos ofrece este seguro, de manera gratuita, con la mejor cobertura para realizar compras por internet o en cualquier establecimiento de forma segura es la tarjeta de crédito Visa Oro de ING Direct, que nos ofrece la garantía de recuperar todo nuestro dinero en el caso de que la usen de manera fraudulenta, nos la roben o la perdamos.
Además de los seguros incluidos en las tarjetas, es importante que, para estar lo más protegidos posibles, utilicemos siempre plataformas de pago conocidas; que tengan un certificado de autenticidad; que la URL de la página comience por https://, y que el portal incorpore sellos de seguridad online.
El comercio electrónico se convierte en una tierra hostil para nuestros datos
Ya hemos comentado una de las técnicas más utilizadas para sustraer datos personales y bancarios a través de las tarjetas de crédito. No obstante, las tarjetas no son las únicas que sufren estos fraudes en lo que respecta a las compras y gestiones realizadas por la red. De hecho, cada vez son más las maneras de vulnerar la información privada de los usuarios.
El phishing, por ejemplo, es una técnica donde el estafador suplanta la identidad de una empresa o una persona, con el fin de conseguir la información del usuario. También podemos encontrarnos con la inyección de códigos maliciosos en dispositivos que roban los datos bancarios de los consumidores, utilizando sistemas que interceptan sus claves. Un claro ejemplo de esto es el pharming, que hace que un virus troyano se infiltre en la dirección IP de nuestro dispositivo y en el nombre de nuestro servidor.
Por otro lado, nos encontramos con otras técnicas como el clickjacking, que también es conocida con el nombre de secuestro de clic. En estos casos, el atacante fuerza al dispositivo a hacer clic en cualquier vínculo de una web y, de esta manera, lleva al usuario, sin que éste se dé cuenta de lo que hace, hacia páginas web con virus o publicidad no deseada.