El Grupo Volkswagen recibió hace un año el mayor revés de su historia. Y vino de dentro. El escándalo de las emisiones, conocido popularmente como dieselgate, dejó maltrecha la imagen de la compañía alrededor del mundo. O quizás no tanto. El fabricante lideró las ventas mundiales en el primer semestre de 2016, con un total de 5,12 millones de vehículos vendidos, lo que significa un crecimiento del 1,5% respecto al mismo periodo del año anterior.
Las cifras fueron positivas en general, aunque algunas zonas sí registraron un nivel de ventas inferior al de los primeros seis meses de 2015. Es el caso de Estados Unidos y América del Sur. El país norteamericano destapó la manipulación de un software de algunos motores de las distintas marcas del grupo (como Audi, Seat, Skoda y Volkswagen).
Allí, entre enero y junio de este año se produjo un descenso del 7,2% de las ventas, con un total de 273.800 coches. Por marcas, Volkswagen fue la única que registró una pequeña caída de los vehículos vendidos a nivel mundial (del 0,7%), mientras que Audi, Skoda, Seat y Porsche crecieron entre el 0,2% y el 5,6%.
Confianza del cliente
Fuentes de Volkswagen atribuyen el aumento de ventas a la confianza que han depositado en la empresa sus clientes y en que los coches afectados eran los vendidos entre 2008 y 2015, no los que se encuentran ahora es stock. Aun así, la comparación con otras marcas no deja las mismas sensaciones. La recuperación económica, sobre todo en Europa, ha impulsado las ventas de otros fabricantes, y el aumento es significativamente superior al del Grupo Volkswagen.
Es el caso de Renault. La multinacional francesa cerró el primer semestre del ejercicio con una subida récord de las ventas: 1,56 millones de unidades, que significa el 13,4% más que el mismo periodo del año anterior. El grupo BMW, por su parte, vendió de enero a abril el 5% más que los cuatro primeros meses de 2015. Otras, en cambio, muestran una tendencia opuesta, como Toyota, General Motors y Hyundai, que registraron más ventas entre enero y junio de 2015 que en los mismos meses de 2016.
Revisiones pendientes
Las consecuencias del escándalo fueron inmediatas: sanciones millonarias, dimisión de directivos (incluidas la del presidente del grupo, Martin Winterkorn, y la del presidente de Seat, Jürgen Stackmann) y la revisión de todos los vehículos trucados para registrar un menor nivel de emisiones en las pruebas oficiales. Este proceso todavía dura. Fuentes de Volkswagen en España no han querido ofrecer datos sobre el número de coches que todavía están pendientes de revisión.
Aun así explican que, de momento, solo han empezado los cambios en los motores 2.0, uno de los tres tipos de aparatos afectados. Desde la asociación de consumidores Facua avisan de que las “revisiones han sido prácticamente nulas”. El procedimiento dura 30 minutos, es gratuito para el cliente y consiste en la actualización del software que había sido manipulado.
Compromiso con el medio ambiente
“Para nosotros supuso un shock tremendo, ya que golpeó en el ADN de la empresa, muy comprometida con el medio ambiente”, aseguran fuentes de Volkswagen. Una inversión de 57.000 millones de euros entre 2014 y 2018 destinada a reducir el impacto medioambiental de los vehículos lo confirman, según las mismas fuentes.
La apuesta por la movilidad eléctrica ha sido una parte relevante de la estrategia del grupo en los últimos años. Pero el escándalo dejó al descubierto que 11 millones de coches en todo el mundo emitían 40 veces los gases contaminantes permitidos por ley. La crisis sacudió la identidad de Volkswagen, que, un año después, intenta esclarecer los hechos con una investigación interna y lucha por mantener la compostura.