Sede de la Agencia Europea del Medicamento.

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Ni Barcelona ni Madrid: la autoridad farmacéutica europea se va a Bruselas

El clásico Puigdemont-Cifuentes por acoger la EMA, tras el "Brexit", cuenta también con la postulación en vano de Málaga y otras cuatro capitales europeas

9 julio, 2016 21:48

Los ejecutivos de Italia, Alemania, Suecia  y España tardaron horas, tras el "Brexit", en ofrecer su suelo para acoger la sede de la Agencia Europa del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés), el organismo que regula el mercado comunitario de fármaco, instalado en un lujoso edificio londinense inaugurado hace dos años.

Pero la Comisión Europea  lo tenía todo atado y bien atado. Bruselas, la capital belga y comunitaria, ha sido elegida como sede “temporal y de urgencia”. Y “seguramente definitiva, al menos durante unos años”, según fuentes del ejecutivo comunitario.

El ministro De Guindos o la propia vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, siguen vendiendo que harán todo lo posible y crearán un grupo interministerial para apoyar su venida a España. Pero la decisión supone un jarro de agua fría para Barcelona, Madrid y Málaga. Y  fuera de nuestras fronteras, para Roma, Estocolmo, Berlín y Copenhague.

El interés es claro. Con una plantilla de 700 personas y un presupuesto de 334, 711 millones de euros, la EMA es la encargada de asesorar cada año unos 500 solicitudes de medicamento, de la que suele autorizar la quinta parte. Su aplicación es inmediata en los hasta ahora 28 países. No obstante, actúa como un ente descentralizado, con una red formada por 4.000 expertos europeos que trabajan en sus propios países aunque mantienen reuniones periódicas.

Pegas para Barcelona

La Generalitat fue una de las primeras instituciones en volver a solicitar su acogida, como en el 1992. Perdió la final con Londres. A pesar de que España ostentaba la presidencia de la UE, en aquella época CEE. Los argumentos eran similares a los de ahora, el peso de sus laboratorios.

Los observadores apuntan hoy varias diferencias. Entonces, tras la euforia de los Juegos Olímpicos, la Ciudad Condal y su entorno acogían 300 empresas del sector y al 60% de la industria farmacéutica española. Hoy, como consecuencia de la huida por la inestabilidad que propicia el secesionismo, la presencia se ha rebajado a unas 230 compañías y al 50% del total.

Tampoco cuenta hoy la capital catalana con un apoyo tan firme desde Madrid por parte del Ejecutivo central como el prestado por el presidente Felipe González y sus ministros de Sanidad, primero José Antonio Griñán y luego Ángeles Amador. E incluso del primer mandatario de la Comunidad de Madrid,  Joaquín Leguina.

La opción de Madrid

Hoy, la actual presidenta, Cristina Cifuentes, no oculta que la agencia es una opción muy golosa.  Además, el Gobierno central dispone de espacios a punto y con coste “casi cero”  como el campus del Instituto Carlos III, a un tiro de piedra de las famosas Cuatro Torres de la Castellana. Ya acoge, entre otras instituciones, a la renombrada Organización Nacional de Trasplantes o los Institutos del Cáncer y Cardiología. Manuela Carmena todavía no se ha pronunciado con claridad, pero defiende, con sus matices, claro,  “todo lo que vaya bien para la ciudad”

Sin entrar en un Consejo de Ministros más favorable a la capital de España, Barcelona también tendría en contra los recelos del grueso de los países comunitarios. Desconfían de un ejecutivo regional (terminología de la UE),  que hace bandera de “desconectar” o dejar de formar parte de España y, en consecuencia, de la UE. Todavía tiene menor fuste la candidatura de Málaga, presentada por su alcalde, Francisco de la Torre. Aparte de su atractivo turístico y de que, según su regidor, no debería ser menos a la hora tener una agencia comunitaria de la que ya disponen Bilbao o Alicante, dos ciudades menores, donde están radicadas la Agencia Europea de Seguridad en el Trabajo y la Agencia de Registros y Marcas.

Monumentos y premios Nobel

Pero en cuestión de ciudad atractiva, más difícil es superar a Roma, la monumental, eterna, y la más rápida en postularse. Tal vez porque el director ejecutivo de la propia agencia, Guido Razi, es italiano. Luca Pasi, director de la agencia nacional italiana AIFA aseguró que “Italia sería el candidato ideal”.

Algo similar han hecho gobernantes y dirigentes de Dinamarca, destacando su centralidad en Europa; Alemania, argumentado su potente industria farmacéutica, y Suecia alardeando de ser la cuna de los premios Nobel con el Instituto Karolinska. Pero se encontrarán con la negativa europea que ya ha decidido que la capital europea albergue su sede.

Sorpresa: Eduardo Sanchiz, máximo ejecutivo de los laboratorios Almirall, se ha mostrado partidario de que la EMA siga en Londres, incluso antes de que venga a  Barcelona, lugar donde procede la familia que creó la compañía (los hermanos Gallardo). ¿Razón? : la mudanza pude devaluar y perjudicar el proceso de aprobación de nuevos fármacos. Vivir para ver.