El consejero de Cultura del Govern Santi Vila / EFE

El consejero de Cultura del Govern Santi Vila / EFE

Política

El empresariado catalán respalda a Santi Vila como alternativa de catalanismo moderado

Durante una cena celebrada este verano, miembros de la burguesía y del mundo de los negocios pidieron al consejero de Cultura que se presente como alcaldable por Barcelona

28 septiembre, 2016 00:00

Conseller, dé un paso adelante”. Esta es la petición que destacados miembros de la burguesía y del empresariado catalán hicieron al consejero de Cultura de la Generalitat, Santi Vila, en una cena celebrada este verano. El último moderado del Gobierno independentista de Carles Puigdemont se mostró prudente. En privado no esconde que aspira a ser alcaldable por Barcelona. Y quién sabe si ese paso solicitado por una sociedad civil que huye de los extremismos se traduce en cotas más altas en la política catalana. Pero la nueva Convergència no se lo va a poner fácil.

Según ha podido saber Crónica Global, en ese encuentro se animó a Vila a presentarse como alcaldable por Barcelona, pues varios de los asistentes expresaron su convencimiento de que actualmente “no existe oposición” a Ada Colau. La líder de los comunes ha puesto en pie de guerra a los comerciantes y al sector de la hostelería, explicaron, pero tampoco sus compañeros de filas están satisfechos con su gestión, pues no ha cumplido con su revolucionario programa electoral.

Los comensales de la cita ampurdanesa creen que el exalcalde Xavier Trias --"un señor de Barcelona", como varios de los asistentes al ágape--, pudo revalidar el cargo si no hubiera abrazado el independentismo oficial de CDC, por lo que ahora se encomiendan al catalanismo moderado que representa Vila, exalcalde de Figueres (Girona). Y temen que, de aquí a las próximas elecciones locales de 2019, la ciudad se encuentre ya en una espiral de decadencia.

Las trabas de la nueva CDC

Vila (Granollers,1973) tomó nota, pero optó por la cautela. Su partido afronta ahora un proceso de renovación de las agrupaciones provinciales y comarcales. La candidata oficial a presidir la federación de Barcelona es Mercè Homs --hermana del portavoz de CDC en el Congreso, Francesc Homs-- y el sucesor natural de Trias como alcaldable por Barcelona es Joaquim Forn, aunque no está claro que quiera presentarse. Es ahí donde entraría en juego Vila. Pero la nueva Convergència surgida del congreso celebrado en julio no se lo va a poner fácil. Ni siquiera quienes le auparon a consejero --primero de Política Territorial y ahora de Cultura-- le ahorraron el mal trago de tener que presentarse como candidato a presidir el Consejo Nacional del Partit Demòcrata Català (PDC) para enfrentarse con Mercè Conesa. Fue obligado a ello y perdió.

Si con esta maniobra pretendían minar su moral, no lo han logrado. Vila, que ha confesado públicamente sus creencias religiosas y su homosexualidad, ha mantenido su pulso centrista frente al independentismo desbocado de sus compañeros de partido y de gobierno. “En Euskadi, en Galicia… El electorado premia a los perfiles centristas. ¿Comienza un ciclo nuevo? ¡Ojalá! Buena semana”, escribió en las redes sociales en vísperas de la cuestión de confianza a la que se someterá hoy el presidente Puigdemont. Y desató la furia secesionista.

Ya lo hizo al publicar su libro Un momento fundacional: visiones desde el reformismo moderno, donde, como él mismo ha explicado, “hago una propuesta de refundación que es pragmática y a la vez espiritual. Un momento fundacional es una apuesta de reforma hecha desde el optimismo, pero evitando cualquier tentación mesiánica y utópica, porque la realidad es infinitamente mejor que la ficción”. Todo un toque de atención hacia el viaje a Ítaca de Artur Mas y los sueños rupturistas de Puigdemont.

Durante el Gobierno de Mas, Santi Vila se convirtió en el único interlocutor con el Gobierno español gracias a sus buenas relaciones con la exministra de Fomento, Ana Pastor, a la que incluso invitó a su boda. Unas excelentes credenciales si, como defiende el mundo empresarial, la solución al conflicto secesionista pasa por restablecer el diálogo con el futuro Gobierno español.

De hecho, durante el mandato de Artur Mas el entonces consejero de Territorio fue el elegido por los socialistas de Madrid para tratar de tender un puente con el creciente soberanismo convergente. Vila se reunió de forma discreta con Alfredo Pérez Rubalcaba en un domicilio particular de Madrid, contactos de los que el President fue puntualmente informado.