Cuarto Milenio (Cuatro) ha cumplido doce años en antena, quinientos programas del ala, lo cual en sí mismo es todo un fenómeno paranormal. El espacio de Iker Jiménez y Carmen Porter es, tarotistas al margen, el único del género ignoto en la televisión española, una exitosa mezcla de pseudociencia, periodismo chatarra y relatos fantásticos que este domingo convocó frente al televisor a casi un millón de espectadores, el 9,4% de la audiencia, para celebrar el aniversario.
Vísperas de mucho, días de nada. Los seguidores de Iker Jiménez, que son legión, deben estar acostumbrados a que las previas se parezcan al programa lo que un huevo a una castaña. Se trata de un arte comercial desarrollado por el cine y mediante el que el tráiler está muy por encima en interés, calidad y, por supuesto, montaje que la producción que anuncia. Y eso es lo que pasa con Cuarto Milenio, que en las promos venden una entrevista con el hombre del saco, el fantasma de la ópera o el vivo que pintó las caras de Bélmez y después todo se queda en una más que dudosa psicofonía de agudos chillidos y grimosos chirridos.
Como en el cine pornográfico, el secreto está en la repetición maquinal de clásicos como el de la niña del orfanato abandonado, los quejidos en el pudridero de tuberculosos en ruinas o las extrañas luces naranjas del paraje de El Pardal, en Albacete. Cualquier atisbo de historia auténtica, pongamos por caso el proceso inquisitorial contra las brujas de Zugarramurdi, se convierte en Cuarto Milenio en pasto de lo vago, difuso e hipotético, material del Institut de Nova Història de Cucurull a mayor gloria de la imaginación calenturienta de los "expertos" en fuegos de campamento.
La aportación de Iker Jiménez y su equipo para celebrar los quinientos programas ha sido la de incluir el derruido palacio de La Sisla de la provincia de Toledo en el catálogo de coleccionistas de edificios derruidos y cazafantasmas neogóticos. Jiménez contó con la colaboración del Ejército, puesto que el palacio está en un campo de maniobras. Tremebunda investigación conjunta impulsada por el coronel Pedro Baños, colaborador del programa, con toda clase de facilidades del coronel Francisco Javier Marcos, director de la Academia de Infantería y anfitrión del equipo de la nave del misterio. A destacar la participación de los reconocidos "sensitivos" (antes se decía "mediums") Paloma Navarrete y Aldo Linares, quienes corroboraron sin ápice de dudas que en aquel lugar, un paraje para maniobras militares cabe recordar, había habido tiros y "muertos por mala muerte", precisó Navarrete. Tela. Por cierto y aunque sea cosa del ministerio de los benedictinos y no del de Defensa, ¿para cuando un especial de Cuarto Milenio en el Valle de los Caídos?
El palacio de La Sisla se construyó a principios de siglo XX y fue cuartel en la Guerra Civil de las tropas republicanas y de los sublevados. En 1975, se expropió para ampliar el campo de maniobras y se atribuye al entonces propietario la autoría intelectual de la demolición del edificio en señal de protesta.
Según Jiménez y sus colaboradores, los fenómenos paranormales son evidentes, se oye la voz de un niño que grita "¡fuera, fuera, fuego!", Aldo el sensitivo sufrió escalofríos y hay un círculo de asientos de cerámica muy extraño. El equipo de investigación de la redacción de la sede central de Visto y no visto en Toledo se puso a investigar sobre el caso nada más acabar la emisión del programa quinientos de Cuarto Milenio. Tras un primer contacto UFO, en el pueblo dicen que de fenómenos paranormales nada, que todo es fruto del eco de los gritos del dueño cuando le llegó la orden de desahucio. Eso es todo desde el palacio de La Sisla de momento.
Y para noticias paranormales, la segunda subida al Everest en una semana de Kilian Jornet sin oxígeno, sin sherpas y sin mochila.