El tribunal que juzga la violación grupal de la 'Manada de Manresa' en la Audiencia de Barcelona / CG

El tribunal que juzga la violación grupal de la 'Manada de Manresa' en la Audiencia de Barcelona / CG

Vida

Los miembros de la 'manada de Manresa' se culpan entre ellos

Uno de los acusados admite que mantuvo relaciones con la víctima pero asegura que fueron consentidas

22 noviembre, 2021 13:49

El juicio por la violación grupal a una menor de 17 años en Manresa el 13 de julio de 2019 llega a su fin tras tres años de amarga espera para la víctima. Este lunes se ha celebrado en la Audiencia de Barcelona la última sesión del proceso judicial, iniciado el pasado 29 de octubre, en la que se ha podido escuchar la versión de los cuatro acusados

Mourad, Mohamed, Hamsa y Anas han entrado en la sala del jurado número dos engrilletados y fuertemente escoltados por varios agentes de los Mossos d’Esquadra. Aunque no ha acudido ningún familiar a la vista, el caso ha suscitado un gran revuelo mediático y el tribunal ha decidido habilitar esta sala, de grandes dimensiones, para albergar a los numerosos periodistas que han seguido la sesión. 

Las horas no cuadran

El primer acusado en testificar, Mourad, ha declarado que nunca estuvo en la misma habitación que la víctima y ha negado que la hubiera agredido sexualmente. “En ningún momento hablé con ella ni la toqué, solo cuando le dejé mi teléfono”. El acusado ha asegurado que, antes de que sucedieran los hechos por los que se le acusa, sobre las dos de la mañana, abandonó la casa okupa de Manresa en la que se produjo la violación múltiple y que se fue a una discoteca con otro amigo. 

No obstante, durante su declaración ha incurrido en varias contradicciones. A pesar de que ha asegurado que no entiende ni habla español, para alegar que no pudo hablar con la víctima, ha respondido a una de las preguntas de la acusación particular antes de que la intérprete se la hubiera traducido. Además de este detalle, las horas de su testimonio no cuadran. Tres años atrás, cuando fue interrogado por primera vez, declaró que estuvo en la discoteca hasta las seis de la madrugada. No obstante, el registro de los Mossos demuestra que la víctima llamó a emergencias desde el móvil del acusado a las cuatro de la mañana. “¿No es más cierto que usted le dejó el teléfono saliendo de la casa, de camino a la discoteca y no al regresar, como usted asegura ahora?”, le ha preguntado la acusación particular. “Sí”, ha balbuceado, para inmediatamente decir que no lo recuerda. 

Confiesa que mantuvieron relaciones

Mohamed ha sido el único de los cuatro que ha admitido que se acostó con la víctima pero ha insistido en que fue una relación consentida. Cuando la chica llegó a la casa okupa, bebieron y bailaron juntos. En un momento dado, según él, Hamsa se la llevó a la habitación. Instantes después, según el relato de este segundo acusado, ella salió de la habitación y le dijo “acompáñame a la habitación, por favor Moha, no quiero quedarme sola”, ha recordado. Una vez en el interior de la habitación, mantiene que ella se le declaró. “Me dijo que me había visto por la calle, que le gustaba, que quería acostarse conmigo, con permiso de ella, con consentimiento. Me dijo que quería ser mi pareja y, aunque yo le dije que no podía porque tenía novia, nos acostamos”. 

Aunque niega que ella se opusiera, ha reconocido que la chica se encontraba bajo los efectos del alcohol. “Ella estaba medio borracha y yo también”. Después de mantener relaciones sexuales, Mohamed ha asegurado que salió un momento a la calle. “Cuando salí ella se quedó sola, pero cuando regresé Morad estaba con ella”, ha asegurado. “Solo estaban hablando”, ha explicado al tribunal. Según su versión, la chica le manifestó que quería permanecer con otro de los acusados en la habitación. Lo siguiente que recuerda es que la víctima le pidió su teléfono para llamar a emergencias. “Me dijo que necesitaba unas pastillas y me ofrecí para acompañarla. La dejé en la calle con Mourad y yo me volví a casa”. 

Se acusan entre ellos

Hamsa ha recordado que el día de los hechos la chica se acercó a ellos en la plaza Europa de la localidad. “Estaba un poco borracha y tenía una botella de Whiskey. Dijo que tenía hambre y uno de mis amigos le compró un bocadillo”. Después de eso se fueron a comer, a beber y a bailar a la casa okupa. “Ella bebió bastante, estaba borracha”. Por eso, dice, la acompañó hasta una de las habitaciones para que la chica descansara. “La llevé a la habitación para que durmiera y volví a salir. Solamente le enseñé la habitación, la acompañé e inmediatamente salí de la casa”. Según su relato, cuando regresó ya no había nadie en la casa y se puso a dormir. “Estaba borracho y había consumido de todo: hachís y cocaína, y trambién tomé medicación”. 

La versión de Anas respalda lo explicado por Mohamed, que ha asegurado que ambos se fueron juntos a la habitación. Después de la fiesta, ha explicado, “Mohamed y ella se fueron juntos a la habitaciónNo hubo forcejeo, no opuso resistencia. Ella estaba borracha y él estaba borracho”, ha recordado. Después de eso, ha asegurado que Hamsa, que estaba “muy muy borracho”, empezó a dar golpes con la botella en las paredes. "Yo no quería problemas porque pensé que los vecinos llamarían a la policía y me fui de la casa”, ha asegurado ante el juez. Cuando regresó, una hora y media después, ya no había nadie. La chica, ha explicado, se había ido en su ausencia. Lo siguiente que recuerda es que los Mossos lo despertaron y se lo llevaron detenido. “Nunca supe por qué había sido arrestado, hasta que un intérprete me lo comunicó en el calabozo”, ha expresado visiblemente molesto. 

55 años de prisión 

La fiscalía no se cree la versión de los cuatro acusados y mantiene que después de encontrarse con la chica en la plaza Europa y de invitarla al domicilio en el que sucedieron los hechos, una casa en estado semiruinoso, los acusados le ofrecieron alcohol y drogas. Posteriormente, cuando la chica se encontraba bajo los efectos de varias sustancias, la trasladaron a una habitación. Allí, cada uno de los acusados entraron de forma sucesiva. Tres de ellos, a pesar de la negativa de la joven, la violaron, mientras que el cuarto procesado le realizó tocamientos e intentó agredirla sexualmente sin conseguirlo. Por estos hechos, la fiscal solicita para cada uno de los acusados la pena de 55 años de prisión.