Pradoalbar (Orense), pequeña aldea perteneciente a Vilariño de Conso, España

Pradoalbar (Orense), pequeña aldea perteneciente a Vilariño de Conso, España

Vida

La España vaciada tecnológicamente: vivir en 2019 como en 1930

A los problemas propios de la despoblación se añade la brecha digital: muchos pequeños municipios no tienen acceso a una buena cobertura telefónica ni a internet

9 noviembre, 2019 00:00

Cinco de las seis empresas más grandes del mundo ofrecen servicios tecnológicos, todos relacionados con internet. Ninguna de esas compañías, entre las que se encuentran Microsoft, Apple, Amazon y Facebook, ganarían ni un euro en Pradoalbar (Orense). Esta pequeña aldea perteneciente a Vilariño de Conso, que en 1980 contaba con más de 100 habitantes y ahora alberga, según su censo, a 31 vecinos, cuenta con infinitos problemas de cobertura para hablar por teléfono o recibir un simple SMS. De un servicio decente de internet, por supuesto, ni rastro. Además, desde hace más de una década allí no nace un niño. El último nacimiento tuvo lugar en 2006. Hoy, ese pequeño ya no vive en el pueblo, sino en una ciudad. El de Pradoalbar es sólo un ejemplo más de lo que sucede en centenares de municipios españoles.

Melisa Macía llegó al Ayuntamiento de Vilariño de Conso, concello que alberga a Pradoalbar, hace poco más de dos años. Como alcaldesa del Partido Popular de un núcleo de población de 535 vecinos, de los que sólo 35 son niños --en el último año sólo han nacido dos niños en Vilariño, el último, el suyo-- combatir la despoblación que amenaza de forma sistemática la supervivencia de Pradoalbar y del resto de pequeñas aldeas de la parroquia que preside es su principal reto, pero “unas buenas comunicaciones son fundamentales. Pensar que jóvenes del siglo XXI, que acceden a un mundo moderno a través de la televisión, querrán vivir en 2019 como en 1930, incomunicados, es del todo imposible”.

Villariño de Conso, municipio de la provincia de Orense en Galicia

Villariño de Conso, municipio de la provincia de Orense en Galicia

Y es que la realidad es tozuda y las estimaciones a futuro, demoledoras. Según un informe emitido por la Federación Española de Municipios y Provincias, la mitad de todos los municipios españoles se encuentran ya en riesgo de extinción. En 14 provincias españolas, más del 80% de sus municipios no pasan de 1.000 habitantes. La regresión demográfica se ceba, mayoritariamente, en zonas rurales. Tan grave es la situación que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, anunció el lunes pasado, durante el debate de candidatos en RTVE, la creación de un ministerio específico para la lucha contra la Despoblación y el Reto Demográfico.

Para Edelmira Barreira, Comisionada del Gobierno frente al Reto Demográfico desde principios de 2017 hasta mitad de 2018, “es obvio que hay que asumir que nos enfrentamos a una dinámica de pérdida de población que se ha prolongado durante décadas, desde los periodos más intensos de éxodo rural hasta la manifestación más clara de los efectos del envejecimiento de la población. Pero la clave es ofrecer opciones y oportunidades para que nuestros pueblos, que son un patrimonio esencial de nuestro país, puedan mantener y atraer población. Lo que no da resultado es la resignación”.

¿Qué se ha hecho hasta ahora?

Para hacer frente a la despoblación, “es necesario colocarla como prioridad en la agenda política, algo que logramos durante el mandato de Mariano Rajoy. Fue entonces cuando se incorporó por primera vez en el Plan Estatal de Vivienda, dotado con más de 1.400 millones de euros, una línea de ayudas centradas en la despoblación: se habilitaron las subvenciones a la rehabilitación de viviendas en el medio rural, que no existían, y se hicieron más altas para el caso de beneficiarios jóvenes en pequeños ayuntamientos, al tiempo que se creó un nuevo programa de subvenciones a estos jóvenes para la compra de viviendas en esos municipios de menos de 5.000 habitantes”.

Como medidas encaminadas a mejoras de comunicación y tecnológicas, “se priorizó el impulso de la conectividad a internet en las zonas de escasa población, incrementando en un 60% las ayudas para la extensión de la banda ancha, creando nuevas subvenciones para la contratación de estos servicios (también por parte de ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes). Para un impulso definitivo y decidido en la conectividad, el Gobierno puso en marcha el “Plan 300x100” con el objetivo de asegurar la conexión a redes de fibra óptica de 300Mbits/s en todos los núcleos de población de España, con especial incidencia en las pequeñas poblaciones y las zonas rurales, con una inversión prevista de 525M€ hasta 2021”, detalla de forma pormenorizada Edelmira Barreira. Recuerda, además, que se creó, el Plan de Territorios Inteligentes 2017-2020, “que incluía por primera vez la creación e impulso de Territorios Rurales Inteligentes, para ayudar a estos municipios y sus habitantes a mejorar el rendimiento de sus sectores productivos a través de soluciones tecnológicas”.  

“Pensando también en las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y, más aún, en la necesidad de impulsar decididamente la generación de oportunidades en las zonas con despoblación como mecanismo de fijación y atracción de habitantes, el Gobierno planteó medidas adicionales de fomento del emprendimiento y el empleo en estas zonas, como, por ejemplo, la duplicación de la tarifa plana, de forma que se mantenga durante 24 meses, para emprendedores en todos los municipios de menos de 5.000 habitantes”.

La falta de empleo, el motivo principal de abandono del mundo rural

Para Ignacio Urquizu, alcalde de Alcañiz, más allá de las carencias en comunicaciones “no hay un único motivo en una decisión tan importante como abandonar tus raíces y distanciarte, en muchos casos, de familia y amigos”. Considera este alcalde socialista, también Diputado en las Cortes de Aragón, que la primera motivación para huir a grandes urbes “es el empleo, especialmente cualificado”. O, precisamente, la falta de él. “En la España interior no es fácil encontrar un puesto de trabajo cualificado. No son muy numerosos y casi siempre están vinculados al sector público. Pero incluso muchas de estas personas (maestros, médicos o profesores) trabajan en pequeñas poblaciones y residen en las grandes ciudades. Por eso, el empleo no es la única causa. Las grandes ciudades ofrecen un espacio de ocio o servicios públicos mucho más amplios. Desde luego que las motivaciones vienen dadas por el estilo de vida que se quiera seguir y la importancia que le dé cada persona a la posibilidad de vivir en entornos naturales”.

Melisa Macía, alcaldesa de Vilariño de Conso, y Ignacio Urquizu, alcalde de Alcañiz / CG

Melisa Macía, alcaldesa de Vilariño de Conso, y Ignacio Urquizu, alcalde de Alcañiz / CG

Aunque sólo lleva unos meses al frente de este consistorio turolense, propone desarrollar un plan de dinamización comercial que permitirá mejorar los comercios locales y, por lo tanto, generar puestos de trabajo y asentar población. "También vamos a desarrollar un ambicioso programa de energías renovables que permitirá la creación de más puestos de trabajo. Todo ello complementado con talleres de empleo que mejoren la formación en esta materia, creando una pequeña industria local de energías renovables. Además, vamos a expandir las nuevas tecnologías, generando infraestructuras modernas que permitan desarrollar proyectos empresariales innovadores. En definitiva, pondremos en marcha un conjunto de medidas que generen empleos cualificados, atrayendo a personas que quieran vivir en nuestro entorno”. Propone, también, el alcalde de Alcañiz “deslocalizar algunos centros de innovación que permitan asentar población cualificada en ciudades de tamaño más reducido y dirigido a personas que deseen tener un estilo de vida más natural”.

Apostar por el turismo rural, ¿una posible solución?

Sobre si una posible medida para luchar contra la despoblación es apostar por el turismo rural, Urquizu admite que “apostar por ello permite desarrollar pequeños proyectos empresariales y, por lo tanto, asentar población. Además, es una forma de que se nos conozca en positivo, algo que necesitamos urgentemente. Nuestros visitantes siempre acaban sorprendidos de la belleza de nuestro territorio y de todo el patrimonio que tenemos”.    

Pese a las diferencias políticas que les separan, la alcaldesa popular de Vilariño de Conso coincide con el alcalde de Alcañiz en que el éxodo de pueblo a ciudad se debe, además de por la falta de comunicaciones, “a la búsqueda de un trabajo en mejores condiciones laborales. Por ello, desde el concello que preside, intenta “incentivar a los autónomos y pequeñas empresas disminuyendo su carga fiscal. En nuestro ayuntamiento llevamos a cabo la política de impuestos cero. Tenemos exención en impuestos como las licencias de obra, residuos urbanos, vehículos agrícolas, agua. Además, todos los trámites en el ayuntamiento, el Registro civil o el Juzgado son gratuitos. También, a todos aquellos que generan trabajo se les subvenciona parte de las cuotas de afiliación a la seguridad social”.

Vista aérea de la localidad de Alcañiz

Vista aérea de la localidad de Alcañiz

Para favorecer la conciliación familiar, en Vilariño de Conso ofrecen un punto de atención a la infancia gratuito, ayudas para los pequeños en el colegio, servicio de actividades extraescolares y, en verano, campamentos. Todo ello a coste cero para los padres.

“A estas medidas se unen las subvenciones para el acceso a la vivienda, o para rehabilitación de viviendas abandonadas o ruinosas”, detalla Macía.

Y es que, para hacer frente a este problema “poliédrico”, que desangra al mundo rural, Edelmira Barreira cree que “es importante abordarlo de forma transversal, desde distintas políticas y con el compromiso de diferentes Administraciones. Depende de un compromiso responsable, estable y generoso, que todos deberíamos compartir. Porque, al contrario de lo que se pueda pensar, fenómenos como la despoblación tienen una profunda incidencia en el desarrollo económico, y suponen una pérdida de parte de nuestro patrimonio como país, en términos sociales, históricos y culturales. Una pérdida dramática a la que nadie podemos permanecer ajenos, porque las ciudades, en realidad, no pueden vivir sin los pueblos. Es necesario enfatizar el valor que suponen y las virtudes que aportan en cuanto a estilo y modo de vida. Porque lo que no se pone en valor se pone en riesgo”.