“Me tuvieron que operar el pecho dos veces en un mes porque el procedimiento no se realizó tal como me habían prometido y se me infectó”. El testimonio de Claudia —nombre ficticio para proteger su anonimato— es solo uno más en la larga lista de pacientes que señalan a Clínicas Egos, cadena de cirugía plástica con sede central en Barcelona, por supuestas malas praxis.
“Fue todo muy rápido, me explicaron en qué consistía el procedimiento y me dieron un minuto para firmar todos los consentimientos, sin darme tiempo a leer y sin que me contaran los riesgos”, recuerda en una conversación con Crónica Global, “se notaba que solo iban a por el dinero”.
La lista de pacientes descontentos con el resultado y el trato recibido por los profesionales de Clínicas Egos es larga y han dejado expuestos a sus fundadores, los médicos Tiago Gomes y Santiago Elvira, reyes de la cirugía plástica low cost en Cataluña y herederos del vacío que dejó Corporación Dermoestética.
Segunda operación
Menos de un mes más tarde de una primera operación de aumento de pecho, cuyo resultado no fue el esperado, Claudia tuvo que ser operada de urgencia en marzo, debido a complicaciones surgidas durante un postoperatorio en el que, asegura, no recibió la atención pertinente.
“Llevaba dos semanas diciéndoles que me salía pus del pecho, pero ellos insistían en que era normal”, relata. Ella, como estudiante de enfermería, sabía que no era cierto: “La presencia de pus y fiebre es síntoma de infección”. Las horas le dieron la razón y, cuando logró ser atendida, fue operada de urgencia para recibir una limpieza quirúrgica.
Amenazas por un vídeo viral
Manifiesta que recordar esa etapa le “genera ansiedad”, no solo por el sufrimiento físico, también por el trato recibido: “Hasta que no me presenté allí a liarla, no conseguí que me hicieran caso. Todavía me decían que tenía que estar agradecida de que no me cobraran la segunda cirugía”.
Después de todo lo ocurrido, la mujer publicó un vídeo en su cuenta de TikTok explicando su experiencia. Este se viralizó, para dar a conocer su caso y prevenir a otras personas: “Me amenazaron para que lo eliminara y me dijeron que no me atenderían nunca más”.
“Me ha destrozado”
La experiencia de Claudia no es un caso aislado; los foros de pacientes de cirugías estéticas están llenos de mensajes desaconsejando realizarse cualquier tratamiento en los centros de Egos.
“Pasad de largo de esta clínica, si valoráis vuestra vida; me han dejado destrozada física y psíquicamente”, advierte una de las publicaciones más respaldadas. A esta se suma la respuesta de otra usuaria, que comparte su experiencia personal: “Estoy muy arrepentida de haberme realizado una blefaroplastia —reducción de párpados para disimular las bolsas—. El daño no ha sido solo estético, pues he quedado con problemas oculares de por vida”.
Son varias las y los que señalan la “falta de profesionalidad y empatía” por parte del equipo durante todo el proceso, así como haber obtenido unos “resultados desastrosos” y terminar con “la autoestima por los suelos”.
Elige tu cirujano por Instagram
Estos avisos han ahuyentado a Paula —nombre falso —, quien no se llegó a operar con los profesionales de Egos. Explica a este medio que acudió a una primera visita para pedir información sobre un aumento de pecho y salió desencantada por el trato recibido: “Me atendió una administrativa, no un médico, y eso no me transmitió confianza”.
Relata que al preguntar sobre si era posible ver una aproximación del resultado le respondieron “que buscara en Instagram alguna modelo”, similar en estatura y constitución, que también se hubiera operado. Asimismo, le aconsejaron que eligiera al cirujano, sin conocerlo antes, a través de las publicaciones de esta misma red social.
Hace especial hincapié en que la “asesora” que la visitó “asumió que quería un pecho gigante” sin averiguar cuáles eran los complejos que pretendía disimular con la cirugía: “Ahora me veo peor. Me señaló defectos que yo no veía”.
Estrategia de marketing
La popularidad de Clínicas Egos no ha dejado de crecer en los últimos años, gracias a agresivas campañas de marketing en redes sociales, medio que les permite alcanzar la atención de decenas de miles de potenciales clientes.
Ha llamado especialmente la atención del público sus numerosas colaboraciones con influencers, muchos de ellos salidos de realities de televisión como La Isla de las Tentaciones. Sus redes sociales están repletas de publicaciones con los resultados de estos famosos que, a cambio de obtener importantes descuentos e incluso la gratuidad en el procedimiento —en función de su caché— narran su experiencia en vídeo.
Precios agresivos
El marketing se ha convertido en una de sus principales bazas, algo visible en una presencia constante y muy activa en redes sociales. La campaña de Black Friday no fue una excepción. A través de estos canales, la clínica anunciaba descuentos de hasta el 40% en cirugía y un 15% en todos los tratamientos de medicina estética.
Más allá de estas promociones puntuales, en su propia página web mantienen una oferta permanente con precios ajustados y mensajes centrados en la rapidez y la eficiencia de los procedimientos. Sirve de ejemplo el aumento de pecho —uno de los tratamientos más demandados— que se anuncia desde 4.595 euros, con la garantía de una intervención de 60 minutos, 24 horas de reposo postoperatorio en la clínica y una recuperación estimada en una semana.
Estas cifras se sitúan sensiblemente por debajo de las que manejan otras clínicas del sector, donde el precio de este tipo de intervenciones puede alcanzar habitualmente los 8.000 euros, en un mercado cada vez más competitivo en el que el coste y la inmediatez se convierten en argumentos centrales.
Prácticas cuestionables
Pese a que muchos de los cirujanos que trabajan para Clínicas Egos cuentan con el respaldo de la Societat Catalana de Cirurgia Plàstica, Estètica i Reparadora, fuentes del sector lamentan que algunas de las prácticas de la compañía “hacen mucho daño a la especialidad”.
Más allá de posibles negligencias que “se tienen que valorar por la vía judicial”, recomiendan a futuros pacientes “desconfiar de grandes ofertas”.
Además, defienden que “es muy importante que el cirujano conozca al paciente” y que ambos valoren la viabilidad de la operación: “El mismo médico tiene que saber decir que no cuando entran en juego cuestiones de salud mental o se piden resultados imposibles”.
