La tienda más antigua de Cataluña: tres siglos de resistencia frente a las grandes marcas

Las grandes ciudades y los centros históricos se han ido llenando, en las últimas décadas, de nombres repetidos. Cadenas internacionales de moda y consumo han homogeneizado calles y plazas hasta hacerlas casi indistinguibles entre sí. 

En este contexto, los comercios tradicionales han ido desapareciendo de forma silenciosa, incapaces de competir con el modelo de las grandes marcas. Sin embargo, todavía existen excepciones que desafían esta tendencia. Los negocios de la resistencia.

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Uno de los más notables se encuentra en Tarragona y lleva más de tres siglos vendiendo lo mismo. Se trata de la Casa Corderet, también conocida como Can Corderet, considerada la tienda en activo más antigua de Cataluña. 

Un pequeño establecimiento ubicado en la calle de la Merceria, en pleno casco histórico de Tarragona, que desde 1751 mantiene abierta su actividad como cerería, resistiendo cambios sociales, tecnológicos y económicos que han transformado por completo la forma de consumir.

Un comercio del siglo XVIII

La fundación documentada de Casa Corderet se sitúa en 1751, aunque algunas fuentes apuntan a una posible actividad anterior, en torno a 1631. Esta fecha, sin embargo, no está respaldada por documentación concluyente. 

Lo que sí está plenamente acreditado es que desde mediados del siglo XVIII el establecimiento funciona de manera continuada, sin interrupciones prolongadas y sin cambiar de actividad principal.

Interior de Casa Corderet | AJUNTAMENT DE TARRAGONA Ajuntament de Tarragona

En una época en la que la iluminación dependía exclusivamente del fuego, las velas y cirios eran un producto de primera necesidad. 

Hogares, comercios, iglesias y edificios públicos dependían de ellas, y la cerería formaba parte del entramado básico de la ciudad. Casa Corderet nació, por tanto, como un negocio esencial para la vida cotidiana de Tarragona.

Escenario de película

Uno de los aspectos más singulares de Casa Corderet es la conservación de su espacio original. El local mantiene alrededor del 90% de su estructura histórica, incluyendo puertas, escaparates, estanterías y mobiliario de madera de estilo barroco, propios del siglo XVIII. Cruzar su umbral supone entrar en un espacio que apenas ha cambiado en siglos.

Esta autenticidad ha convertido la tienda en un lugar de interés más allá del comercio. Su interior ha servido incluso como escenario cinematográfico, como ocurrió en la película Hijo de Caín, donde el ambiente histórico de la cerería resultó clave para recrear determinadas escenas.

Ejemplo de adaptación

La historia de Casa Corderet no es solo una historia de continuidad, sino también de adaptación. A finales del siglo XIX, con la llegada de la electricidad a Tarragona en 1897, la demanda de velas cayó de forma drástica. Muchos negocios del sector desaparecieron, pero la cerería supo reinventarse.

Durante un periodo, el establecimiento diversificó su oferta y llegó a vender productos alimentarios para sobrevivir. Con el tiempo, sin embargo, volvió a centrarse en su actividad original. 

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Hoy, la venta de velas sigue siendo el núcleo del negocio, aunque adaptada a los nuevos usos: velas decorativas, aromáticas y de uso ceremonial, convertidas en objetos vinculados al diseño y al consumo cultural.

Una calle especial

El emplazamiento de Casa Corderet no es casual. La calle de la Merceria fue, desde la Edad Media, una de las arterias comerciales de Tarragona.

Como en muchas ciudades históricas, los oficios se organizaban por calles y gremios, y esta vía concentró durante siglos la actividad mercantil.

Patrimonio

Que la cerería haya permanecido en el mismo lugar durante generaciones convierte al establecimiento en un testimonio vivo del comercio urbano tradicional, en una ciudad que, además, cuenta con el reconocimiento de Patrimonio Mundial de la UNESCO por su conjunto arqueológico romano.

Can Corderet

A lo largo de casi tres siglos, Casa Corderet ha sobrevivido a episodios históricos de enorme impacto: la Guerra de la Independencia, la Guerra Civil, diversas crisis económicas y, más recientemente, la pandemia de la Covd-19, que obligó a cerrar temporalmente el local. En todos los casos, el comercio logró reabrir y mantener su actividad.

Este recorrido la sitúa como la tienda más antigua de Cataluña, pero a su vez como una de las cererías en activo más antiguas de Europa. En cualquier caso, forma parte de un grupo reducido de establecimientos donde la continuidad histórica es excepcional. Una resistencia necesaria que merece reconocimiento.