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Aunque más cerca de su resolución, la cuestión arroja más dudas que nunca. Después de que el EU Veterinary Emergency Team (EUVET) haya certificado la seguridad del IRTA-CReSA, se reduce la posibilidad de que el virus de peste porcina detectado en Barcelona saliera del laboratorio que experimenta con él. ¿Cómo se originó, pues, el brote que mantiene en vilo al sector?

La comitiva de expertos en biocontención enviados por Europa hasta en dos ocasiones a Cerdanyola del Vallès centraron su segunda visita, los días 11 y 12 de diciembre, en cerciorarse del buen hacer del centro. Analizaron las instalaciones, los protocolos de seguridad, los procedimientos y la formación de los científicos y trabajadores; también el registro de incidencias y la respuesta ofrecida a cada una de ellas.

Alivio

"Nada indica que se trabaja con riesgo de fugas o puntos críticos de biocontención que puedan estar fuera de control", ha explicado este viernes la secretaria general de la conselleria de Agricultura, Cristina Massot. Después de que el ministerio le forzara a poner el foco en este laboratorio participado por la Generalitat, el equipo de Òscar Ordeig respira más tranquilo gracias a este espaldarazo al trabajo que allí se hace.

Precisamente porque son expertos externos con un profundo conocimiento y elegidos por la Comisión Europea. "Son los mejores", se refería Massot al equipo de veterinarios; "Refuerza la afirmación de que el IRTA-CReSA lo está haciendo bien". Misma conclusión a la que previsiblemente llegarán los seis expertos encargados de la auditoría encargada por Salvador Illa, reunidos hoy para concluir un informe que se hará público entre el lunes y el martes de la próxima semana.

Agentes de la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra en el laboratorio del IRTA, a 18 de diciembre de 2025, en Cerdanyola, Barcelona, Cataluña (España) Europa Press

Pendientes de Algete

Precisamente tanto el president como el conseller han celebrado este viernes en Mataró y a las puertas del laboratorio respectivamente las conclusiones provisionales de la misión europea, que ya empiezan a compartirse entre los Estados miembro y las comunidades autónomas del país. Ambos han arropado al centro de investigación al tiempo que han apelado al trabajo de los científicos implicados en la secuenciación.

Las miradas se tornan ahora hacia Algete, municipio madrileño que acoge el centro de referencia nacional en peste porcina y donde se coteja el material genético de las muestras recogidas en Cerdanyola del Vallès con el de la cepa 29, encontrada en los 26 jabalíes muertos. Son decenas las muestras en análisis y no todas están secuenciadas aún; tampoco en el Instituto de Investigación Biomédica (IRB), centro barcelonés que está haciendo lo propio.

Las otras hipótesis

Fuentes de Agricultura recuerdan que el proceso requiere de tiempo y no aclaran cuándo podría darse por concluido; hasta entonces, no descartarán por completo un escape en el IRTA-CReSA derivado de un error humano después de que las instalaciones hayan demostrado estar selladas. De hecho, el descuido, aunque improbable, es una de las hipótesis que hay sobre la mesa, al tiempo que toma fuerza la teoría del bocadillo con embutido contaminado.

El conseller Ordeig señaló esta posibilidad poco después de la declaración del brote el pasado 29 de noviembre, lo que le ha llevado a ser criticado por señalar supuestamente a los transportistas. No obstante, la opción de que el virus entrara a Cataluña por carretera --en mercancías o de la mano de un viajero-- gana enteros de nuevo. Es algo que ya ha sucedido en la República Checa, donde incluso las autoridades han logrado identificar el producto importado que generó el brote.

Un jabalí

Además, la llegada a cuatro patasa través de animales enfermos, se antoja difícil. Es la hipótesis que "pesa menos" debido a la gran virulencia de este virus: los cerdos morirían antes de cruzar los Pirineos. No obstante, sucedió en Alemania a través de su llana frontera con Polonia, aunque luego se detectó en Bélgica y en Suecia sin un rastro claro. Unos "saltos en el mapa" difíciles de aclarar y, en caso de que la secuenciación confirme el espaldarazo europeo al IRTA-CReSA, Cataluña podría atribuirlo al tráfico de personas y de mercancías derivado de la globalización.

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