Isidre Esteve en la jornada para la inclusión laboral de las personas con discapacidad organizada por la Fundación Sesé Barcelona
Isidre Esteve, piloto del Dakar: "Cuando estoy en el coche, no siento que sufra una discapacidad"
El atleta de Oliana afronta su 21º Rally Dakar desde su debut en 1998; el undécimo en coche tras su grave lesión medular en 2007
Más información: La Fundación Sesé reúne a la Generalitat, a Grifols y a Cies en pro de la inclusión laboral de las personas con discapacidad
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La vida de una persona puede cambiar de un instante a otro. Isidre Esteve Pujol (Oliana, 1972) sufrió un severo revés cuando tenía 34 años, cuando vivía "su mejor momento deportivo". En marzo de 2007 se cayó durante la Baja Almanzora, una prueba del Campeonato de España de Raid. No fue un accidente más: se fracturó las vértebras T7 y T8 y tuvo una lesión medular que lo dejó en silla de ruedas.
Tras largas noches en el hospital de Vall d'Hebron y posteriores tratamientos en el Instituto Guttmann, el destino lo devolvió a los rallys. En 2009, su equipo le propuso volver. No en moto, sino en coche. Compitió en el Dakar de ese año, pero unas graves úlceras por presión lo devolvieron al sanatorio por un año y tres meses. Tras crear el primer cojín aerodinámico junto a los ingenieros de KH-7, el Nubolo, volvió a las carreras en 2017. A día de hoy, se prepara para, en enero, correr en Arabia Saudí su 21ª edición de esta competición automovilística internacional.
Fundación Sesé
Este martes, en víspera del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, Esteve acudió a la jornada por la inclusión laboral de las personas de este colectivo organizada por la Fundación Sesé. Tras la intervención de varias personalidades del sector empresarial y político, el piloto cerró el acto. Relató su historia de superación, y explicó las funciones de la Fundación que lleva su nombre, creada en 2011 junto a su mujer, Lidia Guerrero. Esta promueve la inclusión a través del deporte.
Posteriormente, el atleta nacido en la provincia de Lleida, que empezó su carrera deportiva en las modalidades de enduro y rally motor, accedió a charlar con este medio.
Entrevista
- Está a nada, a sólo un mes de participar en su 21º Dakar, que recorre en coche desde el año 2009. ¿Cómo se siente?
- Sí, el Dakar está a la vuelta de la esquina. Pasamos las verificaciones el fin de semana pasado. Todo está cargado en el barco. El día 29 de diciembre nos vamos para Arabia Saudí. Estoy contento por tener un coche de primera línea, con un equipo humano fantástico, y creo que nos va a permitir luchar por cosas importantes en este próximo Dakar.
- Tiene un coche adaptado, con el acelerador y las marchas en el volante. Además, tiene un cojín especial, aerodinámico. Cuénteme sobre estas adaptaciones.
- Tenemos la suerte de participar en un evento deportivo de automovilismo, que es el claro ejemplo de qué es un deporte inclusivo. Personas con discapacidad o sin discapacidad competimos todas en el mismo escenario, nos enfrentamos a las mismas dificultades y tenemos la misma clasificación.
Yo no puedo utilizar las piernas, tengo una lesión medular a nivel vertebral T7 y T8, pero tengo buena movilidad en los brazos y llevo todos los mandos en el volante. Es un coche adaptado: llevo el acelerador y el freno en el volante, la caja de cambios... el resto del coche es igual que el de los otros participantes. Sólo llevo un pequeño embrague para poder arrancar y parar y aquel cambio secuencial en situaciones críticas o para empezar la etapa o para finalizarla. Lo demás es todo igual que el resto y la verdad es que cuando estoy en el coche, yo no siento que sufra una discapacidad.
- Después de su accidente, ¿cómo vivió el proceso de adaptación y qué papel ha jugado el deporte?
- El deporte es una herramienta de integración universal. Naturalmente, cuando tuve el accidente... pues uno tiene su vida. Todos tenemos un proyecto en la vida. Un día tienes un accidente que conlleva una lesión de este tipo, y te quedas sin libro de ruta.
Tú no sabes qué vas a poder hacer. ¿Vas a poder ser independiente? ¿Vas a poder coger el transporte público solo? ¿Te vas a poder vestir? ¿Vas a volver a tu vida de antes? Distinto, naturalmente, pero no tienes ni idea de nada. Son etapas que hay que ir atravesando y, después de 2007 hasta hoy, creo que he normalizado bastante mi día a día.
A raíz de esta situación ha nacido un gran proyecto, que es la Fundación Isidre Esteve, con un gran compromiso social a través del deporte para ayudar a las personas con discapacidad. Volvemos a la competición a alto nivel, vuelvo al Dakar con mis compañeros de toda la vida y a veces pienso: “Ostras, perseguir los sueños como he hecho, no perder el ánimo, ha sido importante”, porque pienso que ahora estamos aquí, estoy feliz de estar aquí y creo que esto es importante.
- Durante las noches en el hospital tuvo que hacer un cambio de mentalidad. ¿Cómo fue?
- Sí, naturalmente. En esa situación uno lo ve todo negativo. “No podré volver a correr en moto, no podré volver a hacer mil cosas…” Pero hay un momento en que dices: “Bueno, ¿y ahora, en esta situación, qué?”.
- Tienes que empezar otra lista, una lista de las cosas que sí vas a poder hacer. Naturalmente, ahora decirlo aquí es muy fácil; todo esto es más difícil de lo que parece. Todo el mundo necesita su tiempo. Pero la vida continúa. Entonces, adaptarse yo creo que es la mejor opción.
- En todo este proceso, ha habido una persona que le ha acompañado. ¿Qué significa Lidia Guerrero para usted?
- En la vida hay personas que se convierten en piezas clave, y para mí es mi mujer, Lidia. Ha estado siempre a mi lado; hemos compartido todo esto al 100%. Compartimos proyectos, compartimos vida, nos ayudamos, superamos las cosas juntos, las disfrutamos juntos. Es una parte muy, muy importante de mi vida.
- Cuando surgió la oportunidad de volver al Dakar con el coche, los dos tomamos esa decisión y dijimos: “Con la silla, al fin del mundo. ¿Dónde está el problema?”. Somos las mismas personas. Vamos allá.
- La actitud cambia totalmente la manera de afrontar una situación difícil. ¿Qué les diría a las personas con discapacidad que afrontan un proceso similar?
- Bien, el deporte es increíble: son retos, es superación, es integración, es un mundo maravilloso. Es muy difícil dar consejos o pretender decirle a la gente qué debe hacer, porque vivimos en un mundo muy difícil, donde todo el mundo tiene problemas, y sus problemas son lo más importante. Yo solo digo una cosa: la vida es corta, pasa demasiado rápido y al final siempre están las personas. Da igual en qué circunstancias estemos: debemos ver el vaso medio lleno, no medio vacío.
- Son 18 años, casi 19, desde el accidente. ¿Cómo valora su trayectoria, sus cambios y su evolución?
- Hemos ido paso a paso. Isidre es la misma persona: con silla de ruedas o sin silla, con el antes y el después.
Una persona que evoluciona, como evoluciona la sociedad, nuestro entorno, todo lo que hacemos. Con ilusión. Soy una persona que se ilusiona con los proyectos, que piensa que todo es posible, que le gusta visualizar lo que quiere hacer.
Naturalmente, no lo hago solo. Aparte de Lidia, hay personas, entidades, marcas, empresas que nos ayudan a hacer las cosas. Bueno, estamos aquí: tengo 53 años, estoy a punto de irme al Dakar, en la Fundación ayudamos a muchísimas personas. Está bien, ¿no?
- Para cerrar. Ahora que vienen los propósitos de Año Nuevo, me gustaría que me dijera tres: uno personal, uno deportivo y uno vinculado a la Fundación.
- A nivel personal, ser feliz. A nivel deportivo, sentirme bien. Y a nivel Fundación, que los proyectos perduren y podamos ayudar a más personas cada día.
- Muchas gracias por atendernos, Isidre. Ha sido un placer.
- Gracias a vosotros.