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La sección 5ª de la Audiencia de Barcelona ha dado un vuelco definitivo a uno de los casos más enrevesados de los últimos años.

El tribunal ha absuelto a los dos Mossos d’Esquadra investigados y a los otros dos acusados —un tío y su sobrino— por supuestamente orquestar un montaje para incriminar falsamente a un estibador del puerto de Barcelona en un caso de drogas.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Crónica Global, no solo aclara que no existe prueba alguna de que los cuatro procesados confabularan para introducir drogas y armas en el vehículo del trabajador portuario, sino que además anula buena parte de los autos que dieron origen y forma a la investigación.

Se anulan las escuchas

De hecho, ya en las cuestiones previas, la defensa de los dos Mossos d’Esquadra —ejercidas por los abogados José Ramón Sorní y Sandra Melgar— ya interesó la nulidad de las intervenciones telefónicas y de la sonorización del vehículo, así como de la oficina policial en la que trabajaban sus clientes.

Sorní, abogado del agente ahora absuelto, ya denunció entonces una vulneración de derechos fundamentales, alegando que las escuchas fueron “prospectivas” y carentes de fundamento.

Según su defensa, el teléfono del agente fue intervenido únicamente por su pasado como agente portuario y por mantener amistad en común con otro de los civiles investigados. 

Fachada del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) EUROPA PRESS

Por su parte, la letrada Sandra Melgar, que representaba al caporal, se adhirió a la petición y añadió que las informaciones policiales presentadas al juez no se basaban en hechos concretos, sino en simples conjeturas.

Ahora, el tribunal estima la petición planteada en las cuestiones previas y determina que las escuchas son nulas de pleno derecho. 

El origen de la causa

El caso arrancó en junio de 2016, cuando Carlos L., el estibador, fue detenido tras encontrarse en su coche casi un kilo de cocaína, hachís y una pistola semiautomática. 

Tres años más tarde, en 2019, un juzgado archivó su causa al determinar que era completamente ajeno al supuesto delito. A partir de ahí, el foco se giró hacia los ahora absueltos, a quienes se atribuyó la creación de un plan propio de un guion cinematográfico.

Según la Fiscalía, los acusados actuaron de forma concertada para fabricar pruebas falsas con el objetivo de implicar a la víctima en delitos graves. En su escrito de acusación, el ministerio público solicitaba penas de entre 6 y 17 años de prisión, además de inhabilitaciones profesionales y multas económicas.

Sin embargo, todo ello cae con la absolución de los cuatro investigados. 

Las contracciones de los testigos

Durante el juicio, las defensas de los dos mossos --un agente y un caporal de la Unidad de Investigación de Sant Martí-- insistieron en que “gran parte de la investigación estaba viciada de origen”. Y el tribunal les ha dado la razón: considera inválidos los autos que permitieron dirigir la causa contra los agentes y contra los dos civiles, lo que deja sin sustento cualquier hipótesis incriminatoria.

De hecho, hubo dos momentos clave: por un lado, las contradicciones entre los agentes de la Unidad de Investigación de Sant Martí (compañeros de los acusados) y los investigadores de la División de Asuntos Internos (DAI). 

Un agente de la DAI aseguró ante el tribunal que fueron los propios compañeros de los dos miembros de Mossos acusados quienes pidieron reunirse con la DAI para comentar sus sospechas; y no al revés, como había afirmado el instructor de la causa en la sesión anterior.

El matiz, aparentemente menor, ha sido interpretado por las defensas como una fisura importante en el origen de la investigación.

Imagen de archivo de un agente de los Mossos d'Esquadra Mossos d'Esquadra

La imagen que lo desmontó todo

El segundo punto clave fue cuando José Ramón Sorní presentó una nueva prueba que desmontaba, de facto, parte de la versión incriminatoria de dos agentes de la unidad de Sant Martí: el caporal de Salud Pública y el mosso conocido como 'Trini'.

Ambos habían asegurado que un supuesto confidente, Luis Soler, reconoció a los dos funcionarios acusados en una fotografía mostrada por la unidad de investigación de Sant Martí.

Se trataba de una imagen relacionada con un operativo bautizado como 'Picapiedra'. Sin embargo, la defensa ha demostrado que en esa fotografía no aparece el agente al que acusan.

“Es imposible que este informador reconociera y señalara a mi patrocinado, porque sencillamente no figura en la imagen”, subrayó Sorní, recordando además que su cliente se encontraba fuera de España de vacaciones cuando se tomó la instantánea.

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