El cine Boliche de la Diagonal desaparecerá en los próximos meses. Su propietario, Alfons Mas, ha buscado de forma infructuosa el traspaso de la sala cinematográfica para asegurar la continuidad de un proyecto que empezó una década atrás. No lo ha logrado.
Ahora, el Boliche se convertirá en otro negocio. Tiene licencia para ser cualquier cosa menos un restaurante, por lo que todo indica que se convertirá en una tienda de moda o decoración, como tantas otras a su alrededor. Se alquila por un precio de 14.000 euros al mes desde este noviembre. De momento, no hay interesados, según ha podido saber este medio.
El cine Boliche, ubicado en la avenida Diagonal con Balmes
Nuevo cine frustrado
Ha habido interés por reflotar el Boliche y que se mantuviera como cine. Empresarios culturales tantearon a Mas, e incluso los cines Verdi llegaron a preguntar por el proyecto, aunque finalmente han optado por abrir dos salas más en el supermercado Spar de la calle homónima a su marca.
Pero la sala no cumplía con algunas leyes, como la normativa antiincendios. "Era difícil meter a 200 personas en una sala sin salidas de emergencia y que el Ayuntamiento aprobara el proyecto. Eso ha dificultado cualquier continuidad", detalla una fuente conocedora de la operación, que detalla que el nuevo negocio que abra sólo tendrá 250 metros habilitados como superficie de venta. El resto, unos 100 metros, será para almacén.
Desde hace más de un año, el cine permanecía cerrado a cal y canto. Los operarios se llevaron los carteles, los racks de sonido y los altavoces; y desde entonces en su interior se acumula el polvo y la basura que los transeúntes dejan a las puertas de un lugar que otrora fue refugio de románticos, solitarios y otros cinéfilos varios.
Alfons Mas se ha cansado de perder dinero, y una vez encuentre nuevo inquilino podrá ingresar 170.000 euros anuales. "El precio va en consonancia con el de la zona: puede sorprender a quien no conozca el mercado, pero ni es muy alto ni muy bajo", concreta a este medio una de las consultoras que busca un nuevo inquilino.
En la mejor zona de Barcelona
El local se encuentra en uno de los mejores emplazamientos de la ciudad: la avenida Diagonal, entre Balmes y Tuset, flanqueado por el restaurante Cachitos y en una manzana que atesora a joyas arquitectónicas como el Círculo Ecuestre o el edificio Diagonal 514, que hoy aloja a un Mango y que es reconocido por su impactante fachada de color granate.
Además, el establecimiento se encuentra en medio de la llamada milla de oro de la decoración, con Maison du Monde, Ikea, la Mallorquina, Zara Home o Natura, entre otros.
Butacas en una sala de cine vacía / PEXELS
El cierre definitivo del Boliche llega un año después del adiós del Comedia en el paseo de Gràcia, y deja aún más huérfano de películas el centro de Barcelona, pues sólo sobreviven el Aribau, el Renoir Floridablanca y el Maldà, con el miedo de recibir algún día la estocada final que los condene al olvido.
Una década abierto
El Boliche abrió en 2013 de la mano de los empresarios catalanes Rafael Dalmau y Alfons Mas, con una apuesta por el cine en versión original y subtítulos en catalán. Tenía cuatro salas, dos con 105 butacas cada una y otras dos con 74 y 65 sillones, respectivamente.
Dalmau se desentendió rápido del proyecto, y Mas quedó como único propietario y alma del negocio. Le gustaba dar la bienvenida a los clientes, contextualizar los films, hablar del director y los actores y discutir largo y tendido sobre las sombras y las luces que se proyectaban en pantalla. Nada de ello volverá ya a ocurrir, nunca más la Diagonal será testigo de tantas secretas historias.
