El cantante Sergio Dalma

El cantante Sergio Dalma EP

Vida

Así es la casa de Sergio Dalma en un pequeño pueblo del Empordà: una masía de 200 metros cuadrados con un enorme jardín

Una masía de 200 metros cuadrados con dos espacios muy personales

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Sergio Dalma está en boca de todos gracias a su último disco Ritorno a Via Dalma. Presentaciones, entrevistas, radios, televisión, firmas de discos.

Eso ha hecho que cada vez se conozcan más cosas del cantante catalán. Hace poco, en una entrevista en La Vanguardia, contaba cómo era su vida en Púbol, el pueblo donde vive desde hace siete años.

El cantante dejó su natal Sabadell, a las afueras de Barcelona, para disfrutar de la tranquilidad de esta pequeña villa de menos de 150 habitantes. Allí, no sólo puede ser Josep –nombre real del artista–, sino que disfruta de los lujos de una vivienda rústica pero muy acondicionada.

La casa, que adquirió en 2019, es mucho más que su hogar, se ha convertido en uno de sus refugios más especiales.

Una masía típica

La vivienda es una construcción típica de la zona, una casa de piedra, de dos plantas, reformada respetando su esencia rural. En total son 200 metros cuadrados más un jardín exterior que se integra plenamente en el paisaje.

Este espacio abierto, además, cuenta con un diseño tan cuidado que casi parece continuar con la estética del interior de la casa. Este detalle demuestra la importancia que tiene el jardín para el cantante.

Ambiente luminoso

Por lo que se refiere al resto, es acorde al estilo de Púbol y de cualquier pueblo medieval: muros gruesos, detalles rústicos y acabados sencillos.

El interior, en cambio, revela un ambiente más luminoso y mediterráneo, donde domina el blanco. En cualquier caso, la casa ha sido diseñada para aprovechar la luz natural. Grandes ventanales conectan el interior con el exterior y permiten contemplar la vida tranquila del pueblo.

Castillo de Púbol

Castillo de Púbol Escapada Rural

Ayuda a la luminosidad las paredes encaladas, los muebles de obra y las arcadas, que suavizan cada estancia y transmiten una sensación de calma que encaja con la personalidad discreta de Dalma.

La decoración se basa en materiales nobles: madera en tonos cálidos, textiles naturales y elementos artesanales que refuerzan el ambiente mediterráneo.

Cómo es la casa

En la planta baja, el elemento central es la chimenea. Realizada de obra, actúa como el núcleo de la vivienda, siguiendo la tradición arquitectónica de la zona.

En la planta principal se encuentran el salón-comedor y la cocina, distribuidos en un espacio abierto que respira amplitud. Las habitaciones siguen la misma línea estética, con tonos neutros y un mobiliario sencillo que prioriza la comodidad.

Un espacio personal

Pero si hay un lugar que revela que se está en casa de un artista este es el estudio de grabación, el espacio más personal de la vivienda. Aquí donde Dalma compone, ensaya y trabaja en sus proyectos.

Este no es el único espacio personal del artista. Además del área técnica, Dalma ha habilitado una zona dedicada a dos de sus grandes pasiones: su colección de vinilos y su biblioteca personal.

Este estudio, más íntimo y resguardado, se ha convertido en uno de los rincones más especiales de la casa. Aunque para Dalma todo suma. Especialmente, el pueblo.

El catalán, en una reciente entrevista, ha hablado de lo enamorado que está de Púbol. Tanto como Dalí y Gala se enamoraron del castillo.

La vida en Púbol

“Estoy en un momento de mi vida en que necesitaba esto”, confiesa a La Vanguardia. El de Sabadell llevaba años veraneando aquí, pero hace siete años decidió dar el paso y establecerse en Púbol.

“Cuando vives en una ciudad vives a otro ritmo” detalla. Aquí es algo muy distinto, “La gente se saluda, se da los buenos días y se mira a la cara”, asegura.

Dalma, arropado

Esto le ha dado paz. “Cuando estoy espeso, salgo a pasear por el bosque y es la mejor vitamina”, apunta. Y la gente lo trata como quien es “me llaman Josep”, asevera, porque los habitantes son los de toda la vida.

“En el Empordà son los vecinos que me han visto siempre y eso me gusta mucho”, subraya. Y además lo cuidan. “Estoy como entre algodones, con mucho apoyo”, agradece. De allí que haya decidido quedarse. Por el trato.

“Que me quieran como persona, que es lo que quiero que el día de mañana perdure, me hace sentir bien, y en el pueblo yo me siento querido”, sentencia Dalma.