Paco Peral, padre de Rosa Peral, condenada por el 'crimen de la Guardia Urbana'
Absuelven al padre de Rosa Peral de falso testimonio derivado del juicio por el crimen de la Guardia Urbana
Aunque según el juez concluye el acusado mintió deliberadamente durante el juicio celebrado en 2020, esa falsedad no tuvo ninguna incidencia real en el veredicto que declaró culpable a su hija
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Absuelto. Francisco Peral, el padre de la condenada a 25 años de prisión por el conocido 'crimen de la Guardia Urbana' ha sido absuelto de falso testimonio.
Así lo ha determinado el Juzgado de lo Penal núm. 5 de Barcelona que concluye que, aunque el acusado mintió deliberadamente durante el juicio por jurado celebrado en 2020, esa falsedad no tuvo ninguna incidencia real en el veredicto que declaró culpable a su hija.
El tribunal, encabezado por el juez Oriol Pont Llordés, aplica el principio de intervención mínima del derecho penal y determina que “no existió antijuricidad material”, es decir, que la mentira no lesionó de forma relevante el resultado del juicio por la muerte de Pedro Rodríguez.
La mentira: reconocida, pero irrelevante
El Ministerio Fiscal reclamaba una pena de un año y cuatro meses de prisión para el padre de Peral por negar ante el jurado que en mayo de 2017 hubiera confesado a los Mossos d’Esquadra que mintió en una declaración policial por indicación de su hija. Aquel episodio fue relatado por los agentes que lo entrevistaron en estado de shock tras la detención de Rosa Peral.
Durante el juicio por jurado, celebrado en febrero de 2020, el padre de la condenada rechazó acogerse a la dispensa de no declarar —pese a tener derecho a ello por parentesco— y juró decir la verdad. Sin embargo, negó haber hecho esa confesión espontánea a los agentes.
El Juzgado Penal considera probado que Francisco Peral faltó sustancialmente a la verdad y que lo hizo de forma consciente. Pero ese comportamiento, subraya, ya había sido corregido en fase de instrucción, cuando en mayo de 2017 rectificó su primera versión ante el Juzgado de Vilanova i la Geltrú y reconoció que nunca vio con vida a la víctima, Pedro Rodríguez, la mañana después del crimen.
Rosa Peral pasa frente a Albert López durante el juicio
Por qué no se le condena
La clave de la absolución reside en que la versión del padre no tuvo ningún impacto en los aspectos esenciales que determinaron la condena de Rosa Peral. Además, en la sentencia se recogen tres elementos clave:
En primer lugar, la rectificación previa y por la vía judicial: ya que el acusado ya había corregido su testimonio meses antes del juicio, lo que restó relevancia a su contradicción posterior. El valor limitado de la declaración policial, es decir, lo dicho ante los Mossos se considera “mera denuncia” y no prueba judicial, por lo que no condicionó el veredicto.
Y, por último, la irrelevancia para el fondo del caso. El jurado juzgaba un asesinato, no un posible encubrimiento. En consecuencia, aunque la conducta de Francisco Peral encajaba formalmente en un falso testimonio, el tribunal concluye que su falsedad no alteró la búsqueda de la verdad material ni comprometió el proceso.
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“Una mentira sin capacidad de influir”
La sentencia recalca que el delito de falso testimonio solo debe castigarse cuando las mentiras del testigo pueden afectar a decisiones esenciales. Y este no fue el caso. “La falsedad proclamada por el acusado —afirma el juez— no tiene ninguna relevancia en determinar la inocencia o culpabilidad de su hija, Rosa Peral”.
Así, Francisco Peral queda absuelto, cerrando una de las piezas separadas más llamativas derivadas del mediático 'crimen de la Guardia Urbana'.
El crimen
Cabe recordar que tanto Rosa Peral como Albert López cumplen condenas de 25 y 20 años de prisión, respectivamente, por el asesinato de Pedro Rodríguez: pareja de Peral y también agente de la Guardia Urbana de Barcelona.
La acusada Rosa Peral sentada en el banquillo durante el juicio en la Audiencia de Barcelona
Según la sentencia, la madrugada del 2 de mayo de 2017 ambos lo mataron en la vivienda de Vilanova i la Geltrú donde vivía la pareja. A continuación, usaron el móvil de la víctima para simular normalidad y trataron de implicar al exmarido de Peral.
Posteriormente, introdujeron el cadáver en el maletero del coche oficial de la víctima y le prendieron fuego en el pantano de Foix.
Los tres implicados —la víctima y los dos condenados— eran agentes del cuerpo y mantenían una relación sentimental triangular conocida por sus compañeros. El crimen conmocionó a la opinión pública y fue uno de los procesos judiciales más mediáticos de los últimos años en Cataluña.
