Fuga de la cárcel de un interno en Granollers

Fuga de la cárcel de un interno en Granollers Fotomontaje CG

Vida

La exmujer del interno fugado en Granollers denuncia años de amenazas ignoradas

La familia de la segunda mujer del prófugo asegura que avisó “decenas de veces” a Quatre Camins de que Jonathan Ll. tenía un móvil en la celda y seguía intimidando a la víctima

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Este lunes 17 de noviembre, durante una visita organizada por la prisión de Quatre Camins a Granollers, Jonathan Ll., un histórico de la delincuencia en Barcelona, consiguió escapar en apenas unos segundos.

A las nueve y media de la mañana, un vehículo —ya identificado por los Mossos d’Esquadra— lo esperaba en las inmediaciones del lugar donde se realizaba la visita. El interno aprovechó una distracción para subirse y huir sin que nadie pudiera impedirlo.

La otra cara de la moneda

Mientras la policía catalana montaba un dispositivo urgente para localizarlo, en paralelo se activaba una alerta muy distinta: la de su segunda exmujer, que lleva más de cuatro años advirtiendo de la amenaza que él representa para ella y para sus hijos (que no son los hijos del fugitivo). 

La mujer, que prefiere mantenerse en el anonimato, no ha querido exponerse públicamente. Han sido sus familiares quienes han contactado con Crónica Global, profundamente inquietos: “Llevamos años avisando de que algo así podía pasar”, lamentan.

El punto de ruptura

La pesadilla para la mujer comenzó a finales de 2019, cuando ella misma fue detenida por hechos vinculados a la actividad delictiva de su entonces marido.

Tras pasar un tiempo en prisión, tomar distancia y replantear su vida, decidió en 2020 romper definitivamente con él e iniciar los trámites de separación.

Ese fue el punto de partida de una etapa marcada por amenazas constantes, mensajes intimidatorios y un miedo que, según explica la familia, nunca ha remitido. La fuga de este lunes, dicen, es la confirmación de un riesgo que llevan cinco años documentando.

Amenazas desde prisión

Según el relato de los familiares, Jonathan Ll. disponía de un teléfono móvil dentro del módulo 6 de Quatre Camins, desde el cual mantenía actividad regular: publicaba imágenes en su perfil de WhatsApp, se comunicaba con el exterior y enviaba mensajes intimidatorios a su exmujer. Entre ellos, algunos tan directos como: “Voy a acabar contigo y con tus hijos”.

Exterior de la cárcel de Quatre Camins

Exterior de la cárcel de Quatre Camins EUROPA PRESS

Los familiares aseguran haber enviado decenas de avisos al centro penitenciario alertando de esta situación; concretamente a sus asistentas sociales. “Les dijimos que tenía un móvil, que lo usaba para amenazarla, que estaba acelerado, que no podía tener salidas. Nadie actuó”, denuncian.

Afirman, además, que llegaron a ser bloqueados por las asistentes sociales de después de insistir reiteradamente en que su comportamiento implicaba un riesgo claro para la víctima.

Teléfonos móviles: la gran grieta

Quatre Camins es, de hecho, la prisión catalana donde más teléfonos móviles se decomisan cada año. A pesar de estar prohibidos, estos aparatos son habituales en algunos módulos. Permiten a determinados internos mantener su actividad delictiva desde prisión, coaccionar a víctimas o, como sospechan en este caso, organizar una fuga.

La familia sostiene que Jonathan Ll. utilizó durante meses ese móvil para intimidar a la exmujer, planificar su día a día en prisión e incluso preparar la huida.

“Era evidente que no podía salir a actividades externas; estaba acumulando expedientes disciplinarios por comportamientos violentos desde 2019”, subrayan los familiares.

Un veterano de la delincuencia

Jonathan Ll., de 41 años y vecino de Baró de Viver (Barcelona), es un rostro conocido para los cuerpos policiales. A principios de los años 2000 llegó a ser uno de los ladrones más buscados de la ciudad, especializado en hurtos, robos violentos y sustracciones de vehículos.

Cumple condena desde 2004 y debía permanecer en prisión hasta 2032. Su último permiso lo disfrutó en 2019. Desde entonces, no había vuelto a salir del centro. Durante los últimos años ha acumulado varios expedientes disciplinarios por episodios de violencia dentro de Quatre Camins.

Aun así, este lunes participaba en una salida organizada junto a otros internos y dos educadoras. Fue entonces cuando aprovechó un instante de descuido para escapar.

La familia pierde la confianza

La exmujer fue reconocida como víctima de violencia de género durante el proceso de divorcio. Sin embargo, al encontrarse él en prisión y con una condena que se prolongaba hasta 2032, no se adoptaron medidas adicionales de protección.

Tampoco lo denunció nunca ante los Mossos d’Esquadra y por eso no constaba en el base de datos de víctimas.

Un agente de los Mossos d'Esquadra durante un dispositivo de Mossos

Un agente de los Mossos d'Esquadra durante un dispositivo de Mossos Archivo Europa Press Barcelona

Aun así, se la incorporó al programa ‘Atenpro’ gestionado por Cruz Roja y el Gobierno, dotándola del teléfono especial para víctimas vulnerables. Pese a ello, la familia afirma que la protección real ha sido insuficiente.

“Mandábamos capturas de pantalla, mensajes de audio, amenazas… Nadie actuó. Nadie reforzó nada”, lamentan.

“Es un caso excepcional”

Fuentes de Justicia consultadas por Crónica Global lamentan profundamente los hechos y subrayan que situaciones como esta son “puntuales y excepcionales”. Recuerdan que, en general, la atención a familiares y víctimas es “adecuada” y que la tasa de fracaso de las salidas penitenciarias es tan solo del 0,7%.

En paralelo, y tras la fuga, los Mossos d’Esquadra han activado un dispositivo especial de protección para la mujer y sus dos hijos, que comparten vínculo biológico con el fugitivo. Paralelamente, siguen desplegados en diferentes puntos del territorio para localizarlo cuanto antes.

Aun así, mientras Jonathan Ll. sigue en paradero desconocido, la exmujer afronta uno de sus días más difíciles desde 2020. La familia teme que esta vez el riesgo sea real e inminente.