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El asesino de Campclar acepta 18 años por matar a un hombre a plena luz del día en Tarragona

Álvaro Machado, el abogado de la familia del fallecido, celebra que los hechos hayan sido reconocidos por el tribunal como un asesinato con alevosía

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Miguel Ángel P., el joven de 19 años que, sin mediar palabra, le propinó hasta cuatro cuchilladas a Majid Benali en el barrio de Campclar de Tarragona ha aceptado 18 años de prisión por el crimen. 

La condena se ha alcanzado por conformidad entre la defensa, la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por el letrado Álvaro Machado de Vosseler Abogados, evitando, así, la celebración del juicio oral.

El tribunal fija también el pago de 50.000 euros de indemnización para cada uno de los tres hermanos de la víctima y para su madre. Con este acuerdo se atiende la petición inicial de la Fiscalía y de la acusación de calificar los hechos como asesinato —y no como homicidio— al entender que concurrían circunstancias de alevosía.

El día de autos 

Los hechos se remontan a la mañana del 3 de marzo de 2024, cuando el acusado se dirigió hasta el número 7 de la Rambla de Ponent en el citado barrio y apuñaló salvajemente a la víctima.

Tras la brutal agresión, el sospechoso abandonó rápidamente el lugar de los hechos en dirección a la carretera Nacional 340, mientras que decenas de vecinos, atónitos, contemplaban como Majid Benali se desangraba en el asfalto. 

Parte trasera de un coche de los Mossos d'Esquadra

Parte trasera de un coche de los Mossos d'Esquadra EUROPA PRESS

El acusado permaneció en paradero desconocido hasta el 13 de marzo de 2024, cuando se entregó voluntariamente en la comisaria de los Mossos en Tarragona. 

Tras una exhaustiva rueda de reconocimiento, y ante los indicios de la autoría, el elevado riesgo de fuga y la alta pena de este tipo de actos, la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Tarragona ordenó su ingreso en prisión preventiva. 

Pruebas determinantes

Según las partes, la solidez de las pruebas reunidas durante la instrucción ha sido clave para cerrar el acuerdo. En especial, han resultado determinantes las grabaciones telefónicas obtenidas por los Mossos d’Esquadra, en las que el acusado y su entorno familiar reconocían la autoría de los hechos.

En una de las conversaciones, un familiar afirmaba: “Mi sobrino ‘tasabó ('mató', en calóa un moro”. También se escucha a la madre del acusado explicando lo ocurrido a un familiar: "Te voy a decir la verdad, sabes, él no quería hacerlo así, tía, le dio, se volvió loco...". Incluso, el mismo Miguel Ángel asumía su culpa: "Que me caen 15 años, de 10 a 15 años… Si aparece la huella, pues me lo comeré".

Imagen de archivo de un dispositivo de Mossos en el barrio de Campclar de Tarragona

Imagen de archivo de un dispositivo de Mossos en el barrio de Campclar de Tarragona Mossos d'Esquadra

La noche previa al crimen

Sin embargo, para entender bien el relato de los hechos, el abogado de la familia, el letrado Álvaro Machado, del despecho Vosseler Abogados, sitúa el origen de los hechos horas antes del crimen.

Según su escrito de acusación, la noche anterior, la del 2 de marzo, sobre las 22.00 horas, un amigo del acusado inició una discusión con la víctima. El enfrentamiento verbal derivó en una agresión física. Una pelea en la que el actual acusado, Miguel Ángel P., recibió un fuerte golpe en la cara. 

Acto seguido --añade el letrado--, se levantó y huyó del lugar con su patinete mientras le gritaba "te voy a matar". Transcurrido un rato, el acusado y su hermano, volvieron al lugar de los hechos buscando a Abdul Majid Benali manifestando, en referencia a él, que si se lo encontraban "se lo cargaban".

Una valoración muy positiva

Tras el acuerdo, Machado ha valorado positivamente la resolución: “Estamos satisfechos de que se haya acogido nuestra solicitud de calificar los hechos como lo que fueron: un asesinato con alevosía. Consideramos que se trata de una pena severa y ejemplar que refleja la gravedad de lo ocurrido y la intencionalidad que tuvo el acusado”.

El acuerdo de conformidad, subrayan desde la acusación, proporciona una respuesta judicial clara para la familia y evita la revictimización que suele acompañar a la celebración del juicio oral.