Diagnóstico de la tuberculosis tras el brote en el Camp Nou: hay 1.174 casos en Cataluña

La tuberculosis cobra protagonismo en el terreno mediático de Cataluña a raíz de dos casos sonados: el brote del instituto ocupado de Badalona y, este 5 de noviembre, con otro foco entre los trabajadores de las obras del Camp Nou. Una enfermedad de la que hay confirmados 1.174 individuos en el territorio y que afecta más a la población vulnerable y migrante. 

El número de casos registrados hasta la fecha es ligeramente inferior a los apuntados en el mismo período del año pasado, señala la Conselleria de Salud en respuesta a este medio. En aquel entonces, había 1.230 casos. A partir del análisis de datos, se establece que la infección está más presente en hombres (65%) y en población no autóctona (64,5% de los casos). 

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Precariedad social

Con ello, habría que señalar que se asocia más frecuentemente a la precariedad social (36,4%) y a los hábitos tóxicos, como el tabaquismo (31,4%) y el abuso de alcohol (10,5%). Una radiografía en la que Adrián Sánchez Montalvá, especialista en Medicina Interna e Infectología del Hospital Vall d'Hebron, suma otro detalle: casi la mitad de los casos que hay en Barcelona son extrapulmonares.

La tuberculosis está causada por el bacilo tuberculoso, una bacteria que afecta a los pulmones y, como explica el especialista, esta variante representa la mayoría de infectados en el planeta. Aun así, también existe la afectación extrapulmonar, aquella que causa graves daños en el resto del organismo y en donde la Ciudad Condal presenta índices alarmantes. 

Tomando un poco de distancia, cabe señalar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 1,25 millones de personas murieron a causa de la tuberculosis en 2023, incluidas 161.000 personas con infección por el VIH. Además, se calcula la contrajeron unos 10,8 millones de personas, de las que seis millones eran hombres y 3,6 mujeres, aparte de 1,3 millones de menores. 

Primera causa de mortalidad

La dolencia, que parece traída de tiempos pasados, está más presente que nunca. Representa la primera causa de mortalidad con respecto a las enfermedades infecciosas, por delante de la malaria o el sarampión, y solo fue desbancada por el covid-19 durante la pandemia.

Lo que marca la diferencia, señala el especialista, es el nivel de desarrollo en materia sanitaria de los países: mientras que en otras latitudes hay 300 casos por cada 100.000 habitantes, en la región solo hay diez casos por 100.000 personas. "En Cataluña es una enfermedad controlada", determina. 

Hay un control férreo y, rápidamente, los protocolos de seguimiento se activan ante cualquier mínima sospecha, como ha pasado con la plantilla que trabaja en las obras de la remodelación del estadio del FC Barcelona. A pesar de esta vigilancia en materia de salud pública, Sánchez indica las cuestiones en las que hay que primar los recursos: el acompañamiento en el tratamiento. 

Micrografía electrónica de barrido de partículas de Mycobacterium tuberculosis (coloreadas en rojo y amarillo), la bacteria que causa la tuberculosis Europa Press / CSIC

El Raval

En Barcelona, la incidencia es más alta que el resto de ciudades y hay barrios especialmente afectados, como el Raval: "Aquí entran en juego muchos factores, por una parte, hay un alto porcentaje de población migrante que viene de países con una alta incidencia de tuberculosis; también, hay un índice de pobreza superior que en otras zonas". 

La falta de recursos provoca el hacinamiento en los hogares y, con más probabilidad, el consumo de drogas y que haya una tasa más alta de infección por VIH, detalla. Factores que redundan en la transmisión más rápida de la bacteria, ya que, como explica el médico, este patógeno puede estar latente en el cuerpo del individuo que viaja desde lugares donde hay más casos y, ante el cambio de dieta o el estrés por el cambio en el ritmo de vida, comienza a desarrollarse. 

Síntomas

Los síntomas más claros son los siguientes: tos aguda, expectoración —normalmente, tos con sangre—, la pérdida de peso o la sudoración nocturna y la fiebre asociada. "El espectro de la enfermedad es muy amplio y, en el caso de la población migrante, la incidencia es superior por factores que no pueden controlar, por ejemplo, que haya más exposición en sus países de origen", explica. 

En España, la tasa incidencia de la tuberculosis ha crecido hasta los ocho casos por cada 100.000 habitantes en 2025, recoge la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. En paralelo, las estimaciones de la OMS recogen que el 56% de los casos analizados en 2024 corresponden a cinco países: India (26%), Indonesia (10%), China (6,8%), Filipinas (6,8%) y Pakistán (6,3%). 

En todo caso, el informe especifica que las regiones del sureste asiático acumulan el 45% de los casos, seguido por África con el 24%, y un 17% en el Pacífico Occidental, mientras que en Europa del este se recoge un 8,6%, en América un 3,2% y en Europa un 2,1%. 

Caso Camp Nou

Ante este diagnóstico mundial, el especialista indica que "no sería descabellado" que los trabajadores del Camp Nou, en su mayoría traídos por la contratista turca Limak, "tuvieran la enfermedad al llegar a España o que la desarrollaran por el estrés laboral". A tenor de este contexto, es crucial cuidar el lenguaje, enfocar la prevención y el acompañamiento de los pacientes para evitar su estigmatización.

La Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) confirmó que una persona del equipo técnico que trabaja en la remodelación la sufría, por lo que se estudió a 23 personas de su círculo más cercano, a la espera de los resultados que certifiquen si padecen la enfermedad. "El tratamiento es altamente eficaz, por encima del 95%", señala.

Seguimiento de los pacientes

A pesar de que se proporciona la medicación y hay una cura garantizada, el principal obstáculo es el seguimiento. La persona afectada debe tomarse entre cuatro y nueve pastillas al día durante los siguientes seis meses, una constancia que requiere de una atención casi diaria.

"Teniendo en cuenta que afecta a colectivos vulnerables, tenemos pérdida de seguimiento y, además, no somos capaces de transmitir la importancia que tiene de que continúen con ello", indica. 

Este fue el temor principal del brote de tuberculosis en el antiguo instituto municipal B-9, en Badalona. El Hospital Can Ruti advertía de los peligros sanitarios que entraña el desalojo forzoso del edificio, el cual está ocupado desde junio de 2023, a causa de la pérdida de contacto con los ocho individuos que, en octubre, continuaban en tratamiento.

"Generar vínculo"

"Lo principal es generar un vínculo con el paciente y hacerle partícipe de las decisiones, lo que mejora mucho la adherencia de las personas para la curación", mantiene Sánchez. Por tanto, hacen falta "muchos recursos", como médicos, enfermeras especializadas y agentes comunitarios, que puedan desplazarse a los domicilios y hacer visitas regulares.

Otra cuestión prioritaria a la hora de abordar a estos pacientes es el sustento económico. Dada la precariedad, continúan yendo a trabajar y esto puede provocar una mayor propagación de la enfermedad y, al mismo tiempo, el olvido del tratamiento. "Es una enfermedad que se controla mediante el tratamiento precoz para romper con la cadena de transmisiones", determina. 

En Vall d'Hebron investigan varias líneas, sobre todo la relacionada con la optimización de los fármacos y una mayor adherencia en el individuo. Entre los objetivos, está "simplificar el tratamiento para que dure tres meses", como una inversión a largo tiempo para conseguir su efectividad y que, con ello, se generalice entre la población afectada. 

Protocolos de Salud

El impacto de la pandemia del covid-19 trajo consigo preocupación. La sobrecarga del sistema ponía en peligro la detección y tratamiento de las personas afectadas y, por otra parte, se estima que los movimientos migratorios implicarían cambios en la epidemiología de la enfermedad, explican desde la Conselleria de Salud.

Al respecto, la Agencia de Salud Pública de Cataluña implementó en 2022 nuevas estrategias para reforzar el protocolo habitual. Las más relevantes fueron el abordaje específico de las vulnerabilidades en las personas migrantes y la identificación de cadenas de transmisión mediante la vigilancia genómica, con dos programas específicos.

En el año 2024, hubo 1.887 secuenciaciones genómicas que quedaron lograron un total de 178 agrupaciones de casos. También, hubo un abordaje específico de 244 casos de tuberculosis de elevada vulnerabilidad, así que el seguimiento vino acompañado de acciones de sensibilización y promoción comunitaria en las que participaron 1.104 personas.