El fisioterapeuta David Sánchez Rienda durante la charla en Barcelona sobre el suelo pélvico masculino

El fisioterapeuta David Sánchez Rienda durante la charla en Barcelona sobre el suelo pélvico masculino Emma Skantz Barcelona

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Romper tabúes como fisio: "Del suelo pélvico masculino se empieza a hablar, pero queda por descubrir"

David Sánchez, de la mano del Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña, organiza una gira para divulgar la importancia de la revisión y el autoconocimiento

Más información: Los fisioterapeutas llaman a la puerta de Salud: faltan 1.500 en la sanidad pública de Cataluña

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Hay 18 personas en la sala, cuatro de ellas mujeres y, el resto, hombres. Solo hay dos aparentemente jóvenes, pero todos ellos están este viernes escuchando una cuestión que aún sigue siendo tabú: tratar el suelo pélvico masculino. Hay curiosidad, muchas preguntas, y, sobre todo, ganas de trabajar en prevención para la salud.

El escenario de la Facultad de Ciències de la Salut de la Universitat de Blanquerna lo conquista David Sánchez Rienda, fisioterapeuta y precursor de la gira divulgativa Salud pelviana masculina, más allá del tabú de la mano del Col·legi de Fisioterapeutes de Cataluña. Una gira que ha ido haciendo paradas en cada provincia catalana y que, llegada a Barcelona, se encuentra con el interés por visibilizar esta parte de la anatomía que está en el imaginario asociado a las mujeres.

"Romper el tabú"

Tras 30 años, los fisioterapeutas cada vez se especializan más en este ámbito para dar respuesta a cuestiones relacionadas con la disfunción eréctil o la incontinencia urinaria, que son solo algunas de las consecuencias de las prostectatomías —cirugía para extirpar la próstata al sufrir un cáncer. "La visibilización es clave y esta formación va enfocada a romper con el tabú y empezar a ir al fisioterapeuta, como pasa con las mujeres", aseveró ante la audiencia.

Sánchez es desenfadado y habla sin tapujos. Es gráfico y el enfoque de la charla enfatiza sobre lo útil que sería para los hombres conocer su cuerpo con tal de lograr una mayor prevención. Más allá de los ejercicios Kegel, el experto a primera vista sabe si el paciente conoce su suelo pélvico cuando les pide que mueva el pene o, independientemente de los glúteos o los abdominales, la musculatura posterior y delantera que hay en la zona testicular.

Sala de la Universidad de Blanquerna donde se desarrolló la charla sobre suelo pélvico masculino

Sala de la Universidad de Blanquerna donde se desarrolló la charla sobre suelo pélvico masculino Emma Skantz Barcelona

"Hablar con naturalidad"

"Del suelo pélvico masculino se empieza a hablar, pero queda mucho por descubrir", comentó, "los hombres tocamos a un centro de fisioterapia cuando ya necesitamos ayuda". El femenino, popularizado en la sociedad, se relaciona directamente con los dolores de la menstruación, las pérdidas de orina a causa del parto o las consecuencias fisiológicas del embarazo. Incluso, con el uso de pañales. "Hablar con naturalidad", esa es la receta más sencilla. 

El suelo pélvico puede presentar dos formas: demasiado débil o tenso. Por una parte, el levantamiento de objetos pesados, el estreñimiento, la tos crónica, el sobrepeso o el envejecimiento repercute en la flacidez, mientras que la rigidez se relaciona con el estrés o la ansiedad, el esfuerzo excesivo en los abdominales del tronco, el sedentarismo o algún tipo de secuela a causa de una cirugía. 

También, otras cuestiones que pueden tener impacto en el suelo pélvico es la higiene postural —caminar erguido o controlar la respiración para lograr manejar la presión del diafragma—, o la práctica de deportes como el ciclismo, el hockey, el baile o la hípica. La mala praxis provoca una serie de dolores indescriptibles, ya que se encuentra insertado en un lugar donde le atraviesan casi tantos nervios como en el cerebro. Pero, ¿cuáles son las señales alarmantes?

Las señales alarmantes

Por ejemplo, levantarse tres veces por la noche a orinar, "empujar" a la hora de miccionar o que haya una disminución del flujo y, con respecto al ámbito sexual, la disminución del apetito sexual o la erección matinal —aparte de las condiciones típicas de la edad— o el dolor postcoital, que puede ser una señal de que los músculos alrededor de los genitales pueden estar contracturados. También, el dolor después del deporte, sobre todo en el pubis. 

"No saben señalar dónde tienen el dolor, lo hacen de forma muy genérica, al contrario de lo que suele pasar con las mujeres, que identificar si el dolor está en los ovarios o en la vagina", concedió Sánchez.

A tenor del Estudi sobre la Salut del Sòl Pelvià a Catalunya, hecho por el Colegio, un 46% de las mujeres notifican que padecen patologías del suelo pélvico, y baja hasta el 36% en el caso de los hombres. Los dolores más comunes son el lumbopelviano —zona baja de la espalda y pelvis— (19%) y la incontinencia urinaria (14%), reflejan.

Otra sombra que emerge es la enfermedad. El progresivo crecimiento de la próstata puede devenir en dos probables situaciones: la hiperplasia prostática benigna o el carcinoma. El primer caso tiene una serie de avisos clínicos altamente demostrados, como la dificultad para orinar o la disfunción eréctil, en cambio, el cáncer aparece de forma silenciosa.

Caso real

Así le ocurrió a Albert. Ahora tiene 57 años y hace un lustro fue diagnosticado de cáncer de próstata. Vino acompañado a la charla por su esposa Montse, enfermera especializada en urología. Hasta que llegó el tumor en sus vidas, apenas conocía cuáles eran los tratamientos recomendados para la zona pélvica, confiesa, así que comenzaron a informarse de todas las fuentes que podían. 

Albert admite que en su entorno sigue siendo un tema "tabú" y que, en todo caso, lo comparte con quien ha tenido una experiencia similar, como ocurrió con su cuñado. "En estas charlas aprendemos siempre algo nuevo", sostiene su acompañante y, juntos, han rebasado el sarcoma tras cinco años de aprendizaje constante en los que han logrado suavizar la cara más vulnerable de la recuperación. 

El fisioterapeuta David Sánchez Rienda durante la charla en Barcelona sobre el suelo pélvico masculino

El fisioterapeuta David Sánchez Rienda durante la charla en Barcelona sobre el suelo pélvico masculino Emma Skantz Barcelona

Nuevas masculinidades

"Queremos que la pelvis sea feliz, sin color ni problemas", indicó Sánchez. Por ello, abogó por un equipo interdisciplinar en el que se impliquen los urólogos, andrólogos, oncólogos, los entrenadores personales, los nutricionistas y, ante todo, el apoyo del entorno. Dar un paso hacia delante para evitar que el ego y la vergüenza, dos de las trabas más comunes con las que se encuentra en consulta, a través de la educación sexo-afectiva de la juventud y la práctica deportiva en todas las etapas. 

La autoexploración de las mamas, la identificación de los genitales, asistir a las revisiones anuales con el urólogo a partir de los 45 años, conocer los peligros de contraer una infección del Helicobacter pylori o el papiloma humano (principales causantes de cáncer) o saber que, aunque no se tenga próstata, existen nuevas formas de vivir la sexualidad, como la sensación orgásmica a través de la retroeyaculación —llegar a la eyaculación sin expulsar semen—, son algunas maneras de "crear una nueva imagen de la masculinidad" y trabajar "los miedos y las inseguridades" con las que conviven cada día tantos hombres.