El desconocido jardín neoclásico a media hora de Barcelona: un paseo entre cuevas y palmeras

Igual que hay edificios neoclásicos, hay jardines que merecen también este calificativo. Se trata de parques ordenados, de vegetación poco exuberante, que recuerdan a los jardines de los palacios greco-romanos.

Son espacios urbanos o privados donde se impone la proporcionalidad y la simetría, los trazados geométricos y templetes, columnas o fuentes, entre su decoración. En Cataluña hay varios de ellos.

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Uno de los que más notoriedad ha adquirido en los últimos años es en realidad un parque público. Se encuentra a poco más de media hora en coche desde Barcelona e incluso se puede llegar en tren.

El Parc del Llac, situado en el Masnou, ha sido reconocido por este orden y geometría. Dicen los entendidos que combina “arquitectura neoclásica, aire romántico y vegetación mediterránea”.

De privado a público

Este parque de uso público, por eso, no siempre fue abierto. En realidad, era el jardín de la finca Bell Resguard, propiedad de Romà Fabra i Puig, primer marqués del Masnou e hijo del empresario Camil Fabra, impulsor de la industria textil catalana. 

La familia, una de las más influyentes de la burguesía industrial del siglo XIX, mandó construir su residencia de veraneo junto al mar y encargó un jardín ornamental en ella. Como inspiración tomaron los modelos franceses e italianos de la época.

Un parque ordenado

El resultado fue un espacio de diseño geométrico y equilibrado, con un lago central como eje y una cuidada composición de caminos, escalinatas y zonas arboladas.  

Con los años, el recinto pasó a manos municipales y, ahora, es un parque público. Este cambio de titularidad no ha ido en detrimento de su belleza el Parc del Llac ha mantenido intacto el encanto y la estructura de su origen señorial.

Como bien avanza su nombre, el protagonista principal de este espacio público es el lago. En realidad, un estanque ovalado que da un toque exótico al lugar, rodeado de palmeras. 

En medio, una pequeña isla accesible por un puente de piedra se alza como el rincón más fotografiado del parque. A su alrededor, bancos clásicos, urnas ornamentales y barandillas de piedra evocan el ideal de belleza armónica del neoclasicismo.

Cómo es

El paseo se completa con una gruta artificial y un mirador elevado, elementos de inspiración romántica añadidos para romper la rigidez del diseño original. Aunque hay mucho más.

El parque ocupa unos 6.400 metros cuadrados y cuenta con una notable variedad de especies vegetales. Hay palmeras de distintas variedades, plátanos, pinos, y ejemplares de árboles exóticos que sobreviven desde la época de la familia Fabra. 

Patrimonio del Masnou

Además de su valor estético, el lugar se ha convertido en un refugio natural para aves como ánades, gaviotas o garzas, que encuentran en el estanque un hábitat estable. 

Por su tranquilidad y por la presencia constante de sombra, el Parc del Llac es un espacio muy frecuentado por familias, fotógrafos y curiosos que buscan un respiro lejos del tráfico de la costa.

Lago del Parc del Llac DIPUTACIÓN DE BARCELONA

Su diseño y belleza ha llamado la atención de muchos amantes de la botánica y el urbanismo, Su importancia la ha llevado a formar parte del inventario de bienes patrimoniales del Masnou. Está catalogado como Bien Cultural de Interés Local (BCIL). 

Eso no lo hace exclusivo. El Parc del Llac está abierto todos los días desde primera hora de la mañana hasta la noche, y la entrada es gratuita. 

Cómo llegar

Su ubicación, a pocos metros del paseo marítimo y de la estación de tren, lo convierte en una escapada ideal desde Barcelona. 

Se puede llegar perfectamente en tren con línea R1 de Rodalies que tarda unos 30 minutos. D allí basta con caminar 10 hacia el parque. En coche, se ha de ir por la C-32, tomar la salida hacia Masnou y seguir las indicaciones hasta el El Parc del Llac.