Una lágrima le recorre la mejilla mientras su cuerpo entero tiembla, cierra los ojos para afinar los otros sentidos y apreciar cada instante de ese momento; los nervios y todo se desvanece en unos segundos de inmensa paz. Pero el abrazo termina, el cuerpo de Amma se separa de ella, le toma las manos, le hace un gesto de agradecimiento y, al levantar la vista, vuelve a oír el ruido de las miles de personas congregadas en el Palau d’Esports de Granollers.
Fue la segunda persona en recibir la caricia de la conocida como Santa de los Abrazos en la mañana de ayer martes, el primer día de los tres que dedicará a atender durante unos segundos a todo aquel que se acerque por la capital del Vallès Oriental -y consiga turno para ello-.
La comunidad de Amma en España recibe a la gurú en Granollers con una ofrenda floral
Se trata de la única parada en España de esta gira europea en la que Mata Amritanandamayi está entregando sus abrazos a miles de devotos, que se refieren a ella por el apelativo de Amma, Madre en hindi. Para recibir este regalo, hasta Granollers se han desplazado no solo desde todo el país, sino desde otros puntos del continente y han hecho cola desde la madrugada, varias horas antes de que abrieran las puertas: los abrazos son gratuitos, pero limitados.
Vales para el darshan
Un día tan especial como este, en que miles de seguidores conocerán personalmente a una de las gurús más admiradas del mundo hindú, empieza pronto, muy pronto: a las seis de la mañana ya se ha formado una incipiente línea de devotos esperando ante la verja del polideportivo; hasta las ocho, cuando se pueda entrar, no dejará de llegar gente, hasta formar una cola que dará la vuelta al edificio.
Centenares de personas esperan la llegada de Amma al Palau d'Esports de Granollers
El objetivo de tal madrugón es lograr uno de los primeros vales para el darshan -en la cultura hindú, la experiencia de ver a un santo o gurú y que, en el caso de Amma, consiste en estos abrazos amorosos-, pues a los últimos no les tocará el turno hasta la noche.
Mientras la fila crece fuera, docenas de voluntarios se mueven como un hormiguero dentro, preparando cada detalle para la llegada de la autodenominada Devi Bhava, Divina Madre del Universo. Colocan sillas en la pista de balonmano, hierven té y cocinan recetas indias a una escala industrial, montan paradas de mercadillo, preparan cestas de pétalos de flores y repasan el protocolo a seguir a cada momento de la jornada.
50 millones de abrazos
Nacida en 1953, en una aldea pesquera del estado de Kerala, al sur de la India, Mata Amritanandamayi, cuenta que empezó a desarrollar su espiritualidad desde una edad muy temprana y que, a los cinco años, ya empezó a componer cantos devocionales a Krishna, una de las encarnaciones del dios hindú Vishnú. Al poco tiempo, su madre enfermó y ella dejó el colegio de primaria para dedicarse al cuidado de sus hermanos, sus padres y la granja de vacas familiar.
Venta de hilos de un sari usado por Amma
La leyenda que la envuelve cuenta que siempre mostró una compasión fuera de lo común y se esforzaba por reconfortar el sufrimiento ajeno. Así, como un gesto espontáneo de consuelo, empezó a abrazar a quienes se acercaban a contarle sus penas, hasta convertirlo en un movimiento global con el que ya ha saludado a más de 50 millones de personas en las últimas cuatro décadas. Hay quien dice que su abrazo es tranquilizador, desahogador y sanador.
Más allá de lo simbólico, Amma ha canalizado su popularidad en acciones tangibles y ha tejido una red humanitaria bajo el nombre de Embracing the World. Gracias al impulso de la comunidad que se ha construido a raíz de su figura, la gurú asegura haber invertido 85 millones de dólares en 20 años a construir casas para damnificados por catástrofes naturales en la India y Sri Lanka y a ofrecer servicios médicos a personas sin recursos en varios países de África.
Voluntariado y compras
En la larga espera, ya con el tíquet en la mano, hasta que a las 11 llegue Amma, hay poco que hacer: desayunar en la cafetería -no se puede entrar comida de fuera-, probar alguna pseudoterapia o darse una vuelta por mercadillo. Todo a precios significativamente elevados.
Varias personas rellenan formularios para apuntarse como voluntarios de la comunidad de Amma en Granollers
Para pasar el rato, también puede uno apuntarse a pequeños actos de voluntariado dentro del evento. “Si vais a estar todo el día, podéis venir a la cocina a cortar zanahoria”, explica una organizadora a los primeros devotos en llegar; a cambio de un turno en la tienda de zumos, reciben un pequeño almuerzo. A poco que la experiencia sea satisfactoria, todo son facilidades para convertirse en un miembro activo a más largo plazo de la comunidad.
En cualquier caso, son horas para preparar el encuentro con la gurú y, por eso, muchos aprovechan para comprar todo tipo de artículos: hay libros, estampitas, hilos de saris usados por Amma a modo de reliquia, indumentaria hindú, botellas para -supuestamente- purificar agua, minerales -dicen- mágicos, camisetas conmemorativas del evento e, incluso, ratones de ordenador personalizados con el logotipo de la santa.
Dependencia e hipervinculación
La figura de Amma y su idealización es una cuestión cada vez más controvertida. Sobre ella se hacen “afirmaciones que rozan con la idea de que ella es la divinidad misma y que chocan frontalmente con lo que sería esperable de un maestro espiritual auténtico, que estaría situado en la humildad y la discreción”, explica para Crónica Global el psicólogo especializado en sectas Miguel Perlado, quien ha trabajado antes con exdevotos de esta gurú.
Una niña ayuda a su madre, voluntaria de Amma, a preparar el almuerzo de los voluntarios del evento en Granollers
A través de testimonios que ha conocido personalmente, el terapeuta profundiza en que “la devoción excesiva puede llevar a una idealización sin límite y a actitudes que contrarian el discurso explícito” sobre la libertad que predica Mata Amritanandamayi. “El espíritu crítico vuela por los aires”, insiste.
“El principal riesgo es terminar inmerso en un movimiento en el que se va a exigir una hipervinculación de sus miembros”, puesto que “la práctica devocional de Amma fomenta en exceso una dependencia acrítica, en detrimento de la autonomía de las personas”, plantea Perlado.
1.600 kilómetros
A las 10:30, todos los asistentes deben estar ya colocados en sus asientos. En la media hora que queda hasta que Amma suba al escenario, se crean lazos instantáneos entre los devotos que, al azar, se han sentado cerca. Hablan sobre cómo han llegado hasta allí y se muestran expectantes.
Una familia llega desde Alemania para conocer a Amma
Anja, de casi 60 años, cuenta que ha recorrido 1.600 kilómetros para llegar a Amma y que esta es la segunda vez este año que intenta recibir su abrazo. Vive en un pueblo al sur de Leipzig, donde es fisioterapeuta; narra que una amiga suya le introdujo la filosofía de la santa y que un día, masajeando a un paciente, notó que su fuerza la guiaba: “Pensé ‘¿qué es esto?’, pero desde entonces siento su energía y por eso he venido a conocerla”.
En febrero estuvo en el áshram -el lugar de enseñanza hinduista- de Mata Amritanandamayi, su casa natal en la que sus discípulos aprenden a progresar espiritualmente a través del altruismo y volcar su mirada hacia las cualidades nobles en la vida cotidiana. Sin embargo, no tuvo la oportunidad de coincidir con la mujer que predica estas nociones.
Testimonio de abusos
Además del hecho de que “la dependencia ciega es contraria a la liberación espiritual que se esperaría de un movimiento como este”, Miguel Perlado pone el foco sobre tres otras cuestiones que conciernen a Amma. Por un lado, apunta a una falta de transparencia en su financiación; por otro, pone en duda “las supuestas curaciones milagrosas y otras expresiones de grandes capacidades que se le atribuyen” y señala la creencia extendida de que ha sido capaz de lanzar bolas de fuego.
Decenas de personas esperan, arrodilladas, la llegada de Amma a Granollers
Uno de los temas que más le preocupan sobre la comunidad que circunda a Amma es el de los testimonios que “apuntan al abuso físico, verbal, emocional y sexual” por parte de “personas con responsabilidades importantes” dentro de la estructura de la organización.
La llegada de Amma
Aquellos que llegaron a las 6:00 de la mañana llevan ya cinco horas esperando ver a la Devi Bhava cuando esta sube al escenario junto a varias mujeres que le entregan cestas con pétalos de flores y le limpian los pies. Los tan ansiados abrazos no llegan todavía.
Varias voluntarias preparan las cestas de pétalos de flores que Amma usa en sus audiencias
Una larga hora de discurso, primero en hindi y luego en español, en el que la gurú hace referencia a una docena de fábulas para explicar su concepción del bien y el amor, preceden a una meditación colectiva en la que caen las primeras lágrimas de emoción. A continuación, otros 60 minutos de cánticos devocionales ponen los pelos de punta a un público que vibra al ritmo que marca Amma mientras bailan, interiorizan los mantras y de dan muestras de complicidad.
El primer grupo que recibirá el abrazo de la gurú hindú lo hace a las 14:30; entre ellos se encuentra Thubten Wangchen, el monje budista que lidera la comunidad tibetana europea desde Barcelona. Tras horas de salutaciones, el sol que salió mientras centenares hacían cola se ha vuelto a poner sobre Granollers, pero Amma sigue abrazando a todo aquel que lleve un tíquet azul en la mano y se le presente descalzo.
