La app Transporta’m, frente a la opacidad de los datos oficiales: "Un tren parado sin información es un secuestro"

Estación de Rodalies de Gavà (Barcelona), 8:45 horas de la mañana, Aitor, uno de los miles usuarios habituales de tren: "Por la mañana miro antes Transporta'm que la previsión del tiempo, si no, lo de Renfe es una incógnita".

No es una aplicación oficial ni un proyecto institucional. La creó un ingeniero informático, David Cortès Toledano junto a la plataforma de usuarios Dignitat a les Vies, precisamente para cubrir ese vacío: ofrecer información real e inmediata donde los canales oficiales fallan.

Hoy, su herramienta gratuita y sin ánimo de lucro se ha convertido en la única fuente de información realmente fiable sobre los Rodalies de Cataluña. "Un tren parado sin información es un secuestro", afirma Anna Gómez, portavoz de Dignitat a les Vies, resumiendo la frustración de miles de pasajeros ante la opacidad de Renfe y Adif.

Un grupo de WhatsApp contra el caos

La génesis de Transporta’m es la de una iniciativa ciudadana pura. Todo comenzó con un grupo de WhatsApp llamado 'La República Independent de l'Últim Vagó', donde los usuarios compartían la ubicación de trenes, retrasos y vagones llenos o accesibles. "Era la única manera de saber si el tren venía o no", cuenta la portavoz.

Lo que empezó como información fragmentada se fue profesionalizando: "Al principio era información general. Hace un par de años empezamos a separar los trenes por Excel para poder cojerlos y reclamar si hacía falta", narra Gómez. 

Una estación de Rodalies EUROPA PRESS

De aquella coordinación improvisada surgió una red de autodefensa informativa, que acabaría cristalizando en El tren va tard, una web que documentaba diariamente los horarios,  el embrión de lo que acabaría siendo Transporta’m.

Con la llegada de David Cortès, la herramienta evolucionó hasta abarcar todas las líneas de Rodalies, Regionales, FGC y TRAM, con una interfaz más amigable y algoritmos que procesan los datos abiertos de manera comprensible para el usuario.

Del hartazgo a la ingeniería ciudadana

Con el tiempo, automatizó la recogida de datos de los portales, integró nuevas líneas y desarrolló un sistema que actualiza la información cada veinte segundos.

Transporta’m no solo informa: audita y verifica la información oficial. Cortès explica que "Renfe no quiere ser transparente; si lo fuera, veríamos el caos que hay. Nosotros damos la información tal como es, y eso permite que los usuarios se busquen la vida y planifiquen alternativas". La app incluso detecta trenes que no aparecen en los sistemas de Renfe o Adif, cubriendo lagunas que la administración deja sin atender.

Los retrasos en la estación de trenes de Sants de Barcelona señalados por la app Transporta'm X (@Transportamcat)

Así pues, la app utiliza fuentes oficiales, pero las interpreta con más transparencia que la propia empresa pública. Cuando las apps oficiales fallan, Transporta’m sigue funcionando. En pocos años, la comunidad de usuarios ha pasado de enviar mensajes desesperados en redes sociales a generar datos, analizarlos y compartirlos públicamente.

Actualmente, la aplicación cuenta con unos 51.000 usuarios, cubre todas las líneas de Rodalies y los servicios de FGC y TRAM, y se financia principalmente con la nómina de Cortès y, a partir de este octubre, con algunos donativos de los usuarios.

Cómo funciona

Cada veinte segundos, la aplicación consulta y coteja los datos de circulación de los trenes disponibles en los portales de Renfe y Adif. Si una unidad no aparece en el registro o deja de enviar información, la app lo muestra de inmediato como "no localizable". Esa simple transparencia —decir "no sabemos dónde está el tren"— es algo que los canales oficiales rara vez hacen.

Pantallas de la aplicación Transporta'm X (@Transportamcat)

Además, el sistema permite a los usuarios enviar alertas desde los andenes, añadiendo una capa de verificación ciudadana a los datos automatizados. Esa comunidad activa ha convertido la app en una red informal de observadores ferroviarios.

"Cuando un tren se detiene entre estaciones y nadie informa, la gente lo reporta. En minutos ya hay decenas de usuarios siguiendo lo que pasa. Esa inteligencia colectiva es lo que mantiene vivo el proyecto", explica Cortès.

Una app ofrecida al Govern

Cortès asegura que ha ofrecido la aplicación al Govern de la Generalitat "para que la hagan suya y los usuarios salgan ganando". Pero, de momento, las administraciones la han rechazado.

Mientras tanto, según los miembros de Dignitat a les Vies, el Departament de Territori trabaja —sin fechas oficiales— en su propia aplicación sobre el estado de los trenes. "Que la Generalitat tarde un año en hacer una aplicación que un usuario ha hecho en un par de semanas me parece, como mínimo, curioso", comenta el desarrollador con ironía.

Estación de Rodalies de Sant Vicenç de Calders (Tarragona) Rodalies Europa Press

Su propuesta no busca protagonismo ni rédito económico, sino eficiencia: "Si ellos la quieren adoptar, adelante. No hay problema en ceder el código. Lo importante es que la gente sepa si el tren llegará o no".

Puntual.cat

El último paso de esta evolución ciudadana es Puntual.cat, una webapp nacida este otoño a partir de los datos históricos recopilados por Transporta’m.

Creada por el estudiante de la UPC Quan van der Knokke, la plataforma permite consultar los retrasos previstos de cada línea de Rodalies o FGC en base a los datos del último mes, con gráficos comparativos y porcentajes de puntualidad.

"Es una página hecho por y para usuarios", la portavoz de Dignitat a les Vies. El objetivo es ofrecer una auditoría ciudadana de la puntualidad, con cifras que hasta ahora no existían de forma pública. El proyecto se presentó en Tarragona y, como Transporta’m, funciona de forma abierta y gratuita.

"Qué bonito sería no tener que mirar una app para saber si el tren pasa a su hora", lamenta Gómez, "pero mientras tanto, lo mínimo es tener información veraz".

Una herramienta de presión

Para los creadores de Transporta’m, la app y la nueva web Puntual.cat también funciona como instrumento de presión sobre la administración. "Si hay estadísticas rigurosas, sirve de evidencia para que los medios y los usuarios exijan responsabilidades", asegura Gómez. La meta final es ofrecer información puerta a puerta, desde el bus urbano hasta la estación y el tren, con cobertura total en Cataluña.

Según Cortès, el día que la administración proporcione información rápida, fiable y completa, Transporta’m podría dejar de ser imprescindible. Hasta entonces, seguirá siendo el ojo ciudadano que observa el caos y permite a los usuarios planificar sus viajes con datos reales, más allá de la opacidad oficial.

"Transporta’m no arregla Rodalies —admite Cortès—, pero al menos ayuda a no sentirse engañado. Saber qué pasa es el primer paso para exigir que funcione mejor".