Momento del cacheo y la detención de Antonio P. S., el asesino confeso de Lleida

Momento del cacheo y la detención de Antonio P. S., el asesino confeso de Lleida Crónica Global

Vida

Los vecinos de Antonio, el hombre que mató a su yerno en Lleida, lo definen como "franquista, machista y violento"

El hombre, de 78 años y vecino de La Pobla de Segur (Lleida), era conocido en el pueblo por su actitud malhumorada y hostil. Mató a su yerno por desavenencias familiares

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“Franquista, machista y violento en las formas”. Así describen los vecinos de La Pobla de Segur (Lleida) a Antonio P. S., el hombre de 78 años que mató a su yerno a sangre fría, descerrajándole varios tiros a bocajarro en plena calle Doctora Castells, en el barrio de Cappont de Lleida.

El anciano, natural de Madrid, llegó a La Pobla siendo muy joven para trabajar en Telefónica. Allí conoció a su mujer y formó una familia. Durante décadas fue un vecino más, pero con el paso del tiempo se labró una reputación incómoda.

“Nunca tuvo problemas con nadie, pero en el pueblo todos sabíamos de qué pie cojeaba”, explica un vecino a Crónica Global. Lo recuerdan como un hombre malhumorado, abiertamente franquista yprofundamente misógino, de carácter rígido y modales secos.

De vecino hostil a asesino confeso

Según cuentan en el municipio, hace un par de años se divorció y desde entonces inició una guerra abierta contra su exmujer, su hija y su yerno, con quien mantenía una relación especialmente tensa.

En La Pobla de Segur la noticia del crimen cayó como un mazazo. “Era un tipo desagradable, sí, pero nadie pensó que llegaría tan lejos”, lamentan las mismas voces. 

Los Mossos d’Esquadra apuntan a que el detonante de la tragedia fue el distanciamiento con sus nietas, de 9 y 14 años, a las que no podía ver desde hacía tiempo. La familia lo había apartado de las niñas precisamente por su carácter hostil, algo que, según las fuentes consultadas, había alimentado un profundo resentimiento en el anciano.

Una ejecución calculada

El pasado miércoles, Antonio decidió llevar a cabo su venganza. Esperó a su yerno —un agente de los Mossos d’Esquadra de 47 años, destinado en la comisaría de Mollerussa— y le disparó varias veces por la espalda con una pistola del calibre 22, para luego rematarlo a bocajarro. El crimen fue premeditado. Según los investigadores, había estado planificándolo durante días.

Después del tiroteo, el anciano cubrió el cuerpo con una sábana blanca que había llevado consigo, una acción que evidencia la frialdad y preparación del acto. A continuación, llamó a su exmujer y a una vecina para contarles lo sucedido.

No intentó huir. Se quedó quieto, esperando a los Mossos d’Esquadra, con su documentación en la mano. 

Cuando llegaron los agentes, les entregó el DNI sin ofrecer resistencia, y se dejó detener. En las últimas imágenes a las que ha tenido acceso Crónica Global, se aprecia el momento exacto de la intervención: los policías lo apartan a una zona menos visible, lo cachean y lo esposan. Antonio no muestra emoción alguna. Está sereno, inmóvil, casi indiferente.

Sin rastro de arrepentimiento

Tras pasar tres noches en dependencias policiales, fue trasladado al Juzgado de Instrucción el sábado por la mañana, donde admitió haber cometido el crimen. Sin embargo, según fuentes conocedoras del caso, de su declaración, no se desprendió ningún signo de arrepentimiento.

A petición de su defensa, un médico forense evaluó su estado mental antes de la comparecencia y determinó que estaba en condiciones de declarar. El anciano, que tenía licencia de armas deportivas, usó una pistola del calibre 22, con la que disparó varias veces en la cabeza a la víctima para asegurarse de acabar con su vida.

Los Mossos d'Esquadra y los Servicios de Emergencia atendiendo al agente abatido por su suegro en Lleida

Los Mossos d'Esquadra y los Servicios de Emergencia atendiendo al agente abatido por su suegro en Lleida Cedida

Prisión provisional sin fianza

El sábado, el juez decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Desde entonces, permanece en el centro penitenciario de Ponent, en Lleida. Según fuentes próximas al caso, no ha mostrado alteración emocional ni remordimiento.

Según avanzó El Segretras el crimen, los Mossos realizaron un registro en su vivienda de la capital leridana —aunque también mantiene otra residencia en La Pobla de Segur—, donde el detenido accedió voluntariamente a que se le tomaran muestras de ADN. Ante los investigadores, el homicida se negó a declarar, limitándose a pronunciar dos palabras: “Estoy bien”.

Un comentario tan frío como el crimen que acababa de cometer.