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Los cinco integrantes de la conocida como manada de Castelldefels han pactado este martes una conformidad con las partes. El acuerdo, sellado justo antes de arrancar el juicio en la Audiencia de Barcelona, les permite esquivar las severas penas que pedía la Fiscalía: de condenas iniciales de entre 24 y 53 años de cárcel han pasado a aceptar penas mucho más reducidas.

Así, los cinco acusados de agredir sexualmente a tres mujeres entre marzo y mayo de 2021 reconocen su culpabilidad y asumen condenas que van desde los 8 años y 5 meses hasta los 3 años y 11 meses de prisión.

Cae el delito de revelación de secretos

Todos ellos son considerados autores de un delito de pertenencia a grupo criminal para la comisión de delitos contra la indemnidad sexual y de agresión sexual con penetración en distinto grado de participación.

El acuerdo, cerrado el pasado viernes, excluye los delitos de descubrimiento y revelación de secretos y las agresiones sexuales continuadas que la Fiscalía sostenía en su escrito inicial.

Montaje con algunos de los integrantes de la manada de Castelldefels Crónica Global

En la vista, los acusados han reconocido los hechos y han pedido perdón a las víctimas en su turno de última palabra. Además, deberán indemnizar a cada una de ellas con 30.000 euros en concepto de daños morales.

Plan premeditado

Según el relato del Ministerio Fiscal, A.R.P., R.P.P., J.M.M., D.A.O. y O.N.M. se aprovecharon de las restricciones del coronavirus para captar a jóvenes en redes sociales e invitarlas a fiestas privadas en casa de uno de ellos.

Les proponían quedar en el piso de A.R.P. —con la excusa de que los locales estaban cerrados— y allí, según el Ministerio Público, desplegaban un plan conjunto y premeditado para someterlas sexualmente.

En el chat de WhatsApp que compartían se intercambiaban frases como: “Si traigo a una tía a su casa, ¿te animarías a un trío?”; “Le fallan los dientes, pero es follable” o “Le hacemos doble penetración, yo lo grabo todo”. 

Tres episodios de extrema violencia 

Según la Fiscalía, los cinco acusados se repartían los papeles para captar, atraer y someter a las jóvenes. Aprovechaban redes sociales y aplicaciones de citas para iniciar contacto con chicas jóvenes, muchas de ellas con vulnerabilidades previas o bajo medicación.

Una vez ganada su confianza, las invitaban al piso de A.R.P. en Castelldefels. Allí las esperaban con alcohol y, según el escrito de acusación, con el plan premeditado de abusar de ellas en grupo.

La acusación pública describe tres episodios distintos, ocurridos entre abril y mayo de 2021, todos ellos marcados por la misma dinámica y por una violencia creciente.

Graves daños morales

Las jóvenes habían accedido voluntariamente a encontrarse con algunos de los acusados y a mantener relaciones sexuales con ellos, pero nunca imaginaron que acabarían siendo víctimas de agresiones grupales ni que serían forzadas a prácticas que no habían consentido —incluida la utilización de objetos—.

Según el Ministerio Público, este proceder les causó “daños morales” y “perjuicios psicofísicos”. En el sumario también consta cómo los procesados llegaron a burlarse de las víctimas y del estado en que quedaban tras las agresiones, jactándose de la violencia ejercida.

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