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Nuevo incidente en el barrio de Mas Rampinyo, en Montcada i Reixac (Barcelona), donde un grupo de okupas lleva meses campando a sus anchas, amenazando a los vecinos y encarándose con los inquilinos del edificio donde se han instalado. 

En esta ocasión, dos de los okupas de los bajos del bloque de la calle Sant Ignasi utilizaron fuegos artificiales tipo bolas de fuego para atacar a otro grupo de jóvenes. Los hechos, cuyo origen se desconoce, tuvieron lugar a medianoche de este martes en plena vía pública y fueron grabados por varios testigos.

El lanzamiento de estos proyectiles llega solo un mes después de que okupas y vecinos se enzarzaran en una riña tumultuaria con palos y cadenas. Altercado que se saldó con dos detenidos y un investigado. 

Medidas insuficientes

Los vecinos ya advirtieron de que el desalojo parcial de los okupas no iba a ser suficiente. Solo uno de los 15 locales okupados fue desalojado y tapiado por la Sareb --la empresa propietaria de los bajos--.

Los otros 14 espacios siguieron acogiendo a decenas de okupas argelinos y magrebís, los mismos que poco antes habían protagonizado la pelea multitudinaria con los vecinos del bloque de arriba. En este sentido, el edificio en cuestión cuenta con 48 viviendas, de las cuales 28 están okupadas, además de la totalidad de los locales comerciales. 

Los residentes del barrio lamentan, una vez más, que este tipo de conductas pongan en peligro la seguridad de bienes y personas. Ahora, con el episodio de los cohetes, alertan de posibles quemaduras en coches, incendios en viviendas o lesiones graves a transeúntes.

Los okupas de Montcada reavivan el conflicto con un ataque 'a lo Harry Potter' con bolas de fuego

Batalla campal

Sin embargo, la tensión entre los okupas de los bajos y los vecinos y okupas de los pisos del bloque ha sido constante desde hace meses. Prácticamente, desde que las familias que se instalaron en los bajos llegaron a la comunidad.

El detonante fue el intento de okupación de otro espacio, propiedad de un vecino ajeno al conflicto. El conato provocó una fuga de agua que inundó parte del aparcamiento.

Y fue la chispa que prendió la mecha. Varios residentes de las plantas superiores —algunos también okupas— bajaron a la calle, armados con palos y cadenas, para expulsar a las familias de los bajos. La discusión derivó en una pelea multitudinaria que obligó a muchos vecinos a refugiarse en sus casas.

Varias patrullas de la Policía Local y los Mossos d’Esquadra acudieron de urgencia para contener la violencia. El resultado: dos detenidos y una persona investigada. 

Dos días antes ya se había producido una primera reyerta entre los clanes de las plantas superiores y las familias magrebíes que okupaban los locales. Según los testigos, hubo cuchillos, cadenas y palos.

Una victoria para el consistorio

Esta situación precipitó el desalojo de uno de los 15 locales okupados. A diferencia de la percepción de los vecinos, el ayuntamiento lo asumió como toda una victoria: “Estamos empezando a recuperar viviendas y locales en situación de okupación que generan inseguridad e incivismo en el municipio”, explicó David Zambrana (PP), concejal de la Policía Local. 

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