Montaje de un agente de la Guardia Civil con el puerto de Barcelona de fondo y varios teléfonos iPhone

Montaje de un agente de la Guardia Civil con el puerto de Barcelona de fondo y varios teléfonos iPhone Crónica Global

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Del puerto al mercado negro: un palé olvidado destapa una trama de iPhone robados en Barcelona

La Guardia Civil destapa una trama de receptación de móviles sustraídos en Cataluña que conecta desde trabajadores portuarios hasta tiendas de telefonía

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Un palé olvidado en un remolque del Puerto de Barcelona, repleto de iPhone y tabletas Apple, se convirtió en la chispa que encendió esta ingeniosa investigación. El hallazgo lo hicieron los trabajadores de la empresa de transporte, que al toparse con la carga decidieron no devolverla; y, con la caja en su poder, acabaron vendiéndola a un conocido.

Aquel comprador, lejos de guardarse el botín, lo puso rápidamente en circulación. Colocó los dispositivos a un precio muy por debajo del mercado, atrayendo a un amplio abanico de clientes, muchos de ellos ya vinculados a la delincuencia.

Paralelamente, la empresa legítima destinataria de la mercancía denunció la desaparición del material y aportó a la Guardia Civil un listado con los números de serie de los aparatos que constaban como sustraídos. Con esa información en la mano, los investigadores urdieron una estrategia: esperar a que los nuevos dueños activaran los teléfonos con sus tarjetas SIM.

Investigados por receptación

El plan funcionó. Cada activación se convirtió en una pista, y una tras otra fueron apareciendo las identidades de los compradores, que quedaron investigados por un presunto delito de receptación.

Las pesquisas, sin embargo, no tardaron en mostrar un panorama más enrevesado de lo previsto. Según ha podido saber Crónica Global en primicia, entre los compradores hay perfiles muy distintos: desde quienes eran plenamente conscientes del origen ilícito hasta otros que, a través de plataformas como Wallapop, pensaban estar adquiriendo dispositivos de segunda mano.

Otras fuentes señalan incluso la implicación de una tienda de telefonía móvil, que habría estado ofreciendo terminales pese a conocer su procedencia fraudulenta.

Un agente de la Guardia Civil, en una imagen de archivo

Un agente de la Guardia Civil, en una imagen de archivo EUROPA PRESS

Víctimas de suplantación

La trama incluye también un elemento de mayor sofisticación: varios presuntos delitos de suplantación de identidad. En algunos casos, se habrían utilizado los datos de terceras personas para comprar tarjetas SIM y tratar de desviar la atención policial. Estas víctimas descubrieron de golpe que sus nombres aparecían vinculados a dispositivos que jamás habían adquirido.

Durante esta semana, los compradores fueron citados en la comandancia de la Guardia Civil en Sant Andreu de la Barca (Barcelona). Los agentes insisten en que el abanico de implicados es amplio y variado: “No podemos asegurar que todos supieran que estaban adquiriendo móviles sustraídos”, recalcan, haciendo especial hincapié en los casos de suplantación.

Localizar a los 'cabecillas'

Con todo, la parte más complicada de la investigación se centraba en desandar el camino inicial: dar con los trabajadores que sacaron el palé y con el intermediario que lo compró de golpe, un individuo de origen rumano que en el pasado había trabajado en la misma empresa del remolque.

Gracias al avance de las pesquisas, finalmente se ha podido identificar a quienes protagonizaron aquella primera gran operación de compraventa que destapó la trama y ya han quedado detenidos. 

Comprar barato sale caro

En el fondo, la receptación no deja de ser la otra cara del robo: sin compradores, el botín perdería valor. El Código Penal castiga a quienes adquieren o se lucran con objetos sabiendo que proceden de un delito patrimonial, con penas que pueden alcanzar los tres años de cárcel. La norma no solo persigue al ladrón, sino también a quienes, al dar salida al material sustraído, alimentan un mercado negro que nunca deja de reinventarse.

Uno de los teléfonos recuperados en un macro operativo de Mossos contra las redes de receptación en Cataluña

Uno de los teléfonos recuperados en un macro operativo de Mossos contra las redes de receptación en Cataluña Mossos d'Esquadra

Esa fue la filosofía detrás del último gran operativo en Cataluña contra este tipo de redes, cuando los Mossos d’Esquadra desmantelaron un grupo que reciclaba teléfonos móviles robados y los colocaba en tiendas de segunda mano y plataformas de compraventa.

La operación terminó con más de una veintena de arrestados y miles de terminales incautados, muchos de ellos procedentes de robos violentos o descuideros masivos. El resultado permitió transmitir una advertencia clara: en este negocio, quien compra barato puede acabar pagando muy caro.