“Lo que antes era un lugar seguro, ahora también refleja la violencia de la calle”. Con esta frase, un trabajador del sector sanitario resume el sentimiento que se vive en muchos hospitales y centros médicos de Cataluña. "No es ninguna novedad", aseguran.
Estos episodios de violencia y amenazas hace años que se sufren. Ahora, sin embargo, denuncian que existe más hostilidad y un uso, cada vez más frecuente, de armas blancas.
Según ha podido saber Crónica Global, el último ejemplo se vivió este lunes 25 de agosto en el Hospital de Figueres (Girona), cuando un paciente con patología psiquiátrica exhibió un cuchillo de grandes dimensiones a la salida de la consulta de urgencias y amenazó a varios sanitarios. El personal de seguridad pudo contenerlo y lo acompañaron al exterior del edificio. Es la segunda vez que pasa en pocos días.
Aunque en esta ocasión no hubo heridos, la escena refleja una realidad cada vez más habitual: hospitales convertidos en escenarios de tensión, donde los trabajadores temen que los conflictos terminen en tragedia. Mientras, los vigilantes lamentan no poseer los recursos suficientes para repeler muchos de estos incidentes.
Otros episodios violentos
Sin embargo, este incidente de Figueres no es un caso aislado. Hace pocas semanas, en el Hospital Parc Taulí de Sabadell (Barcelona), un vigilante de seguridad resultó herido de gravedad tras recibir una cuchillada en la pierna durante una intervención y permanece de baja.
En la comarca de la Anoia, una pelea entre hermanos terminó con golpes a los vigilantes que trataron de reducirlos. Y, en el CUAP del Raval (Barcelona), las amenazas son constantes e incluso se producen con armas blancas. “Las armas blancas han proliferado en la calle, también en el interior de los centros sanitarios”, apuntan fuentes sindicales.
Imagen de la fachada del Hospital de Igualada, cabecera del Consorci Sanitari de l'Anoia
Personal de seguridad desprotegido
Desde ADN Sindical Seguridad y Servicios de Cataluña --el sindicato mayoritario de la seguridad privada-- denuncian una falta sistemática de recursos para el personal de seguridad y vigilancia de los hospitales catalanes.
Reclaman "lo mínimo": chalecos de protección y espray de gel para repeler y atajar agresiones como las registradas en las últimas semanas. “Los vigilantes estamos en primera línea, pero no contamos con las herramientas suficientes”, advierten, recordando que estos profesionales ni siquiera aparecen reflejados en las estadísticas oficiales de agresiones.
'Top 1' en agresiones a sanitarios
En el caso de los sanitarios, y a pesar de que no existe un registro único que reúna todas las agresiones que se producen en este entorno, el Institut Català de la Salut (ICS) confirmaba en mayo de este año que se habían registrado 2.000 incidentes anuales, es decir, unos cinco al día.
En concreto, el 90% son agresiones verbales y un 76% ocurren en Atención Primaria, según los datos oficiales. Una tendencia que coincide con la denuncia del sindicato SATSE, que alertó en marzo de que las agresiones —verbales y físicas— en CAP y urgencias van en aumento, llegando incluso a empujones y puñetazos.
Médicos y otro personal sanitario en el Hospital Clínic Barcelona
Estos datos se alinean con los que publicaba la Organización Médica Colegial (OMC) con respecto a 2024, en la que Cataluña destacaba como la comunidad autónoma en la que se registraban más agresiones a médicos, en específico, 261, casi el doble que en Andalucía.
Las cifras catalanas encajan, además, con las del Observatorio contra las Agresiones a Sanitarios, que certifican una tendencia al alza, con un aumento del 28% de estos episodios en toda España en 2024.
En cuanto a los perfiles, las víctimas de estas agresiones suelen ser mujeres (62%) y los agresores, hombres (71%), habitualmente frustrados por las listas de espera o la precariedad del sistema.
Multas de hasta 600.000 euros
Ante este escenario, la Conselleria de Salud anunció meses atrás que prepara un régimen sancionador específico para castigar las agresiones físicas y verbales en los centros sanitarios.
La propuesta, inspirada en las normativas de Galicia o Castilla y León, contempla multas económicas que oscilarán entre los 300 y los 600.000 euros en función de la gravedad de los hechos. El documento debería ver la luz a finales de 2025, aunque su aplicación requerirá de desarrollo legislativo.
Más agresiones a los vigilantes de seguridad
El sector valora la medida como un paso adelante, pero insisten en que no basta con sancionar: “Hace falta prevención, más personal de seguridad y medios adecuados. No podemos seguir trabajando con miedo cada día”, remarcan desde ADN.
Sin embargo, esta falta de recursos se hace extensible a otras áreas y sectores de toda la región. Siguiendo el mismo hilo que ADN, Alternativa Sindical Cataluña publicó en abril de 2025 un informe en el que se denunciaba un incremento generalizado de las agresiones a vigilantes de seguridad en Barcelona: los insultos crecieron un 45%; las agresiones leves un 30% (empujones, bloqueos); las graves (golpes con objetos, puñetazos) un 15%; y el uso de armas, especialmente cuchillos y botellas, un 10%.
Una tendencia que, como pasa con los sanitarios, va al alza: según Unión de Sindicatos de Seguridad Privada, en 2024 se registraron más de 1.200 agresiones a vigilantes en todo el país, un incremento del 15 % respecto al año anterior.
