Imagen de archivo de personas sentadas en terrazas del Raval de Barcelona Europa Press
Polémica lingüística en un restaurante de Cataluña: "El castellano se entiende perfectamente"
El video origen de la polémica se hizo viral y generó las críticas de muchos usuarios en redes sociales, que lo vieron como un ejemplo de catalanofobia
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El uso de las lenguas en los espacios públicos y privados ha sido, históricamente, un tema sensible en Cataluña.
La convivencia entre catalán y castellano no solo refleja la riqueza cultural de la comunidad, sino también tensiones recurrentes sobre la identidad, la integración y los derechos de los consumidores.
En este contexto, cualquier gesto, declaración o acto relacionado con el idioma puede generar un debate que trasciende lo local para instalarse en la esfera pública y mediática.
Esto ha vuelto a quedar en evidencia tras la reciente polémica en un restaurante del municipio de Tordera, en la provincia de Barcelona, cuyo propietario publicó un vídeo en redes sociales ironizando sobre los clientes que piden atención en catalán.
Así, lo que comenzó como un sketch humorístico se convirtió en el epicentro de un debate sobre los derechos lingüísticos, la obligación de los negocios de cumplir la normativa y, sobre todo, la percepción ciudadana de la defensa de la lengua catalana.
Qué ocurrió exactamente
Abraham Galera, propietario del Bar Danus en Tordera y popular creador de contenido en TikTok bajo el nombre de usuario @abrigaca, con más de 870.000 seguidores en esta red social, publicó un vídeo donde simulaba una conversación ironizando sobre la necesidad del uso del catalán en un restaurante. Lo borraría más tarde, junto a su cuenta.
En él, representa a un camarero castellanoparlante que se niega a atender en catalán o a entregar la carta en ese idioma, argumentando que "el castellano se entiende perfectamente" y que la carta cambia al ser impresa diariamente, por lo que resulta "muy difícil hacerlo en dos idiomas".
En un momento posterior, la "clienta" solicita ser atendida en catalán o, en su defecto, que acuda alguien que lo hable. Ante esto, él se niega y asegura que es la única persona encargada de recoger los pedidos y que no domina dicha lengua. La parodia concluye con la afirmación de que esta situación “no nos gusta un pelo” y que "creemos que el castellano se entiende perfectamente".
La postura adoptada generó una ola de indignación en redes sociales, donde numerosos usuarios le recordaron que la legislación catalana ampara el derecho de los consumidores a recibir atención en catalán.
Con todo ello, el video subido a dicha plataforma rápidamente se entendió como una muestra de catalanofobia, desatando una lluvia de críticas en redes sociales.
Al propietari del "Restaurante Danus", c/Ausiàs March, Tordera, li sembla increïble que a Catalunya s’hagi de tenir la carta i d’atendre en català.
— Alex 🏴 (@alexgc1325) August 8, 2025
I vosaltres, què n'opineu?
Feu-ho córrer!
P. D.: A baix us deixo un altre vídeo d’ell que segur us reconfortarà una mica.
👇 pic.twitter.com/iQujcgsRKw
Reacciones inmediatas: indignación en redes
La respuesta fue fulminante. Usuarios en redes sociales no tardaron en responder y criticar el video, al cual calificaron de "catalanófobo" y acusaron al dueño del restaurante de menospreciar el catalán. Varios usuarios destacaban los siguientes mensajes:
"Estás en Catalunya, si no respetas el idioma teniendo un negocio, ya sobras", "como catalán en Catalunya no puedo pasar un solo día sin tener que cambiar al castellano, pero ellos son quienes están discriminados" o "si tienes un restaurante en Tordera, es más probable que quieran la carta en catalán y quieran ser atendidos en catalán. Si no, que abra el restaurante en Albacete".
El propietario responde
Frente a la avalancha de críticas y más de 30 reseñas negativas en Google Maps en menos de una hora, Galera publicó un segundo vídeo aclarando su postura. Aquí mezcló ambas lenguas —catalán y castellano— para dejar constancia de su bilingüismo y recordó que su educación, carrera profesional y producción de contenido incluyen ambos idiomas.
Aseguró que sí atiende en catalán cuando se le solicita y que su intención original era plantear una reflexión sobre una "situación incómoda" que, según él, también percibe en otras regiones como el País Vasco.
Pero la polémica alcanzó un punto álgido cuando un internauta compartió un mensaje en X en el que criticaba el vídeo de Galera y pedía su máxima difusión. Bajo ese mismo hilo, el usuario publicó un segundo video en el que aparecía el tiktoker llorando la muerte de su padre, junto con el comentario "poesía", un gesto considerado de mal gusto y que cruza límites éticos.
En respuesta, el creador reaccionó con un mensaje de tono amenazante: "Pienso ir a por ti. Lo juro que llegaré a ti. Y cuando llegue no huyas y da la cara. Y ahora en catalán, no sigui que no m’entenguis: vaig a per tu i quan ho aconsegueixi espero tenir-te tan a prop que vegi l’empenediment als teus ulls".
Aunque el desafortunado mensaje fue eliminado un par de horas después, ya había acumulado más de 150 respuestas críticas y las reseñas de su restaurante comenzaban a llenarse de valoraciones negativas como consecuencia del vídeo.
Lejos de detenerse, el usuario que lo había criticado continuó aludiendo a la pérdida de su padre. Galera, en su réplica, escribió que "eres una persona que no merece la vida de mierda que debes tener. Ojalá lo de verdad, pueda dar contigo, porque te juro que nos haremos amigos".
Obligación legal de atender en catalán
Lo cierto es que la normativa catalana establece que bares y restaurantes deben proporcionar la carta en catalán y atender en esta lengua si el cliente lo solicita, conforme a la Ley 22/2010 del Código de Consumo de Cataluña.
Así, aunque Galera alegara que pone la voluntad de "entenderse" sea suficiente, la legislación es clara en cuanto al derecho lingüístico del consumidor.
Un reflejo de tensiones lingüísticas en la hostelería catalana
Este episodio no solo refleja el poder viral de las redes sociales —un vídeo breve derivó en una crisis de reputación—, sino también la sensibilidad que existe en torno a las lenguas cooficiales en Cataluña.
El derecho a ser atendido en catalán está protegido legalmente, pero la percepción ciudadana y las particularidades operativas del negocio pueden generar fricciones.
Galera mencionó que, como restaurador, enfrenta retos logísticos y que su posición pretende iniciar un diálogo, aunque el tono y las formas generaron una reacción desproporcionada para muchos.
Más allá del caso puntual del Bar Danus, la polémica ilustra cómo la hostelería se ha convertido en uno de los escenarios clave del debate lingüístico en Cataluña. Y es que restaurantes, bares y comercios son espacios cotidianos en los que los ciudadanos esperan ejercer sus derechos lingüísticos de manera natural.
Para muchos catalanohablantes, pedir la carta o ser atendidos en su lengua materna no es un privilegio, sino una garantía reconocida legalmente que forma parte de su identidad cultural.
En contraste, algunos empresarios podrían ver en esta exigencia una carga administrativa o logística que añade presión a un sector ya de por sí exigente y competitivo.
El caso de Tordera es, en definitiva, un recordatorio de que la convivencia lingüística requiere respeto mutuo, cumplimiento normativo y sensibilidad cultural para evitar conflictos innecesarios.