Los viajeros de Rodalies, hartos de esta situación que se repite en verano: "En plena ola de calor y así nos tienen"

Subirse a un tren de Rodalies es un suplicio para muchos catalanes. Si bien el servicio ferroviario es la única opción para gran parte de la población a la hora de ir al trabajo o a estudiar, también es la apuesta de aquellos que quieren viajar por sus líneas costeras y disfrutar de un día de playa durante sus vacaciones de verano. Nada de esto debería ser un problema si no fuera por las mil incidencias que sufren las cercanías en Cataluña.

La última ha sucedido en plena ola de calor, que eleva las temperaturas hasta los 40 °C en la provincia de Lleida, y por encima de los 35 grados en las de Barcelona, Tarragona y Girona. Un tren de Renfe procedente de Zaragoza Delicias se ha averiado en la línea R15, ha detenido la marcha y sus 130 pasajeros han sido evacuados para esperar a una solución en la estación de Móra la Nova. Ello, cuando el mercurio marca en este municipio los 37 grados este domingo.

¿Qué era la mancha "blanca y viscosa" en el mar de las playas de L'Ametlla de Mar?

130 pasajeros evacuados

Protecció Civil ha puesto en prealerta el plan FERROCAT y el operador ferroviario ha fletado autobuses para trasladar a los afectados por carretera hasta Reus, donde podrán retomar el trayecto hasta la Estación de Francia de Barcelona. Sea como fuere, estos no llegarán a su destino a la hora prevista, las 16:54 horas, sino que lo harán horas más tarde, en un nuevo desalojo de los otros tantos que suceden cada semana en Cataluña por el mal estado de la infraestructura ferroviaria.

Ello, a pesar de los esfuerzos de la Administración por revertir el pésimo servicio. Si bien la Generalitat ha desplegado una enorme inversión en obras para mejorar la red y ha creado una empresa mixta para entrar en su gestión, Renfe ha anunciado esta semana que destinará otros 23,5 millones de euros al refuerzo del mantenimiento de los trenes.

Hacinados sin aire acondicionado

Además de los retrasos, cancelaciones de trenes sin previo aviso y las evacuaciones en mitad de la nada, la suspensión momentánea de la circulación, con viajeros dentro de los convoyes, es prácticamente el pan de cada día. Este fin de semana ha sucedido también en la R4, que conecta Sant Vicenç de Calders (Tarragona) con Manresa (en el interior de Barcelona).

Los afectados, hacinados como en una lata de sardinas, han difundido vídeos de la escena en redes sociales. Las imágenes muestran cómo no cabe un alfiler y, sudando, se miran unos a otros con cara de resignación. Los más suertudos pueden ventilarse con un abanico, mientras otros dosifican el agua en sus botellas de agua. "En plena ola de calor y así nos tiene Rodalies. Trenes sin aire y llenos de gente", explica Javi en la plataforma X, antes conocida como Twitter.

¿Dónde van nuestros impuestos?

"No hay derecho... ¿dónde van nuestros impuestos?", pregunta otro usuario, a lo que Eli responde: "Viví esto un día yendo a trabajar, fue horroroso, y llegas a trabajar reventado".

Y como es habitual en una red social que fomenta los discursos de odio, hay quien ha querido destacar la poca ausencia de ciudadanos locales: "He conseguido ver a dos españoles". La respuesta del autor del vídeo, inmejorable: "Pues había más de dos, pero independientemente de la nacionalidad, fíjate mejor en las condiciones en que viajamos".

Caída del servicio de megafonía

Por si fuera poco, este domingo un nuevo problema técnico ha puesto en un brete a los usuarios de la red. El servicio de megafonía e información de Rodalies se ha estropeado a las seis de la mañana y ha quedado fuera de servicio en la mayoría de las estaciones de Barcelona y municipios de su entorno, ha informado Renfe.

La compañía ha recomendado a los viajeros comprobar los destinos en las pantallas frontal y lateral de los trenes, al haber quedado inhabilitadas tanto las pantallas como los avisos sonoros, sin que haya previsión para que se restablezca el servicio. Una alternativa que no satisface en absoluto, ya que hay quien alerta de que, en muchas ocasiones, la información que ofrecen los convoyes es incorrecta.

Así, se acumulan los pasajeros en los andenes, confundidos por la falta de información ante los retrasos habituales. Y en este caso, las reacciones tampoco se han hecho esperar. "Volviendo al siglo XIX en Rodalies de Cataluña, a la próxima son capaces de obligar a los maquinistas a salir del tren y gritar los destinos", ironizaba una usuaria.