Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, en una imagen de archivo

Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, en una imagen de archivo EP

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Juan José Omella, el 'Papa catalán' que no fue, se jubila

El arzobispo de Barcelona busca una fecha para su retirada en el próximo año tras una década muy convulsa

La visita de León XIV en el centenario de Gaudí, momento límite

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Juan José Omella (Cretas, Teruel, 1946), arzobispo de Barcelona desde 2015, prepara su retirada. El cardenal que sonó como sucesor de Francisco en el Vaticano está buscando ahora la fecha más adecuada para dejar la diócesis de la capital catalana. Es el prelado que ha liderado la década más convulsa en la Iglesia de Barcelona desde la guerra civil española.

Según el llamado reglamento de la curia, los cardenales prefectos de los dicasterios vaticanos deben presentar la renuncia a su cargo nada más cumplir 75 años. A partir de ese momento, el Papa puede aceptarla o prorrogar su nombramiento.

Contrarreloj de nueve meses

El Papa Francisco reiteró en diversas ocasiones a Omella que debía jubilarse a los 80 años, según explicó el cardenal en su última ordenación, el pasado 20 de julio, en la Sagrada Familia de Barcelona. Para que Omella sea octogenario faltan solo nueve meses.

"Perdonadme por extenderme tanto hoy, pero no sé si será la última ordenación que hago en Barcelona", explicó el arzobispo. Tras deslizar que podía retirarse en los próximos meses, dio marcha atrás y aseguró que "no pone límites a la providencia".

El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, en una rueda de prensa

El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, en una rueda de prensa Cedida

Sea como fuere, desde su entorno dan por hecho que apura sus últimos meses al frente de la Iglesia catalana. La gran pregunta es si finalizará su mandato cuando cumpla los 80, en abril, o se esperará al 10 de junio de 2026, centenario de la muerte de Antoni Gaudí. Está previsto que el nuevo Pontífice, León XIV, acuda entonces a la Sagrada Familia.

Habla el arzobispado: "Decidirá León XIV"

La eventual visita del nuevo Papa sería el último hito que le quedaría al cardenal, que se considera amortizado tras una década vertiginosa.

A las preguntas de este medio, los hombres de confianza de Omella explican que "no se puede especular con una fecha de salida" y que, en todo caso, "decidirá León XIV".

Una década convulsa

Su década al frente del arzobispado ha estado inevitablemente ligada al procés independentista. Nombrado por el Papa Francisco con fama de hombre de diálogo, Omella intentó ejercer un papel de mediador entre los Gobiernos de Mariano Rajoy y Carles Puigdemont en los momentos más álgidos de 2017. Visitó Roma para pedir a Bergoglio que intermediara entre Cataluña y Madrid.

Finalmente, fue él el que tuvo que tender puentes entre ambos Gobiernos, sin demasiado éxito: el expresident de la Generalitat acabó diciendo del arzobispo que “no estuvo al lado del débil, sino del poderoso”.

Esa gestión política también le granjeó críticas desde el seno de la Iglesia, que lo acusaron de actuar más como un "hombre de Estado" que como un líder espiritual.

A esta complejidad política se sumó la gestión de otros asuntos espinosos, como la postura del arzobispado catalán respecto a la lengua en la que se imparten las asignaturas en las escuelas religiosas o los casos de pederastia en el seno de la institución.

Uno de los 'papables'

En abril de este año, su nombre sonó con fuerza en las quinielas de papables para suceder al finado Papa Francisco en la Silla de San Pedro. Omella era muy próximo a Francisco y era miembro del influyente Consejo de Cardenales, el llamado C9. 

Sus visitas a la Santa Sede cada 15 días y su posición como representante de los arzobispos europeos le procuraron una extensa cartera de contactos en Roma, y también una buena reputación.

Salvador Illa saluda al cardenal Juan José Omella tras la misa de la Mercè, el 24 de setiembre de 2024

Salvador Illa saluda al cardenal Juan José Omella tras la misa de la Mercè, el 24 de setiembre de 2024 Kike Rincón Europa Press

Su experiencia en Barcelona también le había forjado una fama de hombre dialogante y constructor de puentes, además de la de un hombre de consenso. También era uno de los candidatos ideales para una "línea continuista" del pontificado de Francisco.

Sin embargo, a los rumores vaticanos, Juan José Omella reaccionó con humildad y realismo, y desestimó públicamente sus posibilidades. Alegó que "nunca" había pensado en ser Papa y que era consciente de sus "limitaciones". El principal escollo era su edad: 79 años. En caso de haber sido el 267º sucesor de San Pedro, Omella hubiera sido el hombre de más edad en ser entronizado en la Cátedra.