Ione Montalvo, gerente de GIPSS y el hospital Joan XXIII de Tarragona
El Instituto Catalán de Salud (ICS) defiende que la colocación de familiares en sus bolsas de trabajo sanitarias en Cataluña es perfectamente ajustada a normativa. Que, en todos los casos y sin excepción, se han seguido los procedimientos establecidos.
Lo factual es que Crónica Global ha podido cotejar al menos once relaciones nepóticas en la provincia, ocho de ellas de un mismo trabajador, y, según directivos del sector, es solo la epidermis de un problema generalizado.
La apariencia de escasa ética es inevitable. La Administración pública debe seguir los cauces, sí, pero también dar ejemplo de pulcritud, y designar masivamente a familiares de trabajadores que ya están en una empresa pública, no lo es.
Urge que la Consejería de Salud revise el sistema de contratación para evitar los dedazos indiscriminados. Porque como todo tipo de corrupción, esta tiene afectados. Y las víctimas no son sino los otros candidatos de la bolsa de trabajo, que ven cómo ésta o la otra persona les pasan por delante porque son familiares del asalariado equis.
No puede haber tal descontrol en la sanidad catalana. No es ético ni estético, y tiene diversas implicaciones. Una de las más inquietantes es la pregunta de qué ocurre en los puestos de más responsabilidad, si es que en los de menor requisito sucede esto.
La atención primaria está a punto de vivir una revisión casi completa en Cataluña. Es momento de abordar este asunto y ponerle remedio. En las manos de la doctora Ione Montalvo está.
