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Hassan y Ahmed toman un té de menta a las 20:20 h en la plaza de la Llibertat de Salt. Se encuentran en uno de los focos calientes del municipio gerundense. Lo saben. Así lo atestiguan las ocho furgonas de la Brigada Móvil (BRIMO) de los Mossos d'Esquadra que flanquean una localidad dominada por los vándalos tan sólo 24 horas antes.

"Queremos tranquilidad. La fuerza no es buena, la ejerza quien la ejerza", explican, no sin afear que la fuerte presencia policial faltara el día anterior, el peor de las dos noches que hubo altercados. Lo dicen con cierto temor por su negocio: una agencia de viajes sita en la misma plaza.

Entre efectivos de la BRIMO desplazada desde Barcelona, ARRO de Girona y policía local tomando el municipio, se respira una calma tensa. A la espera de una chispa que, como en las dos noches previas, pudiera desatar de nuevo la quema de contenedores y la lluvia de adoquines.

Mossos d'Esquadra en la plaza de la Llibertat de Salt, frente a la terraza de un bar Luis Miguel Añón / CG

Despliegue de los Mossos d'Esquadra en Salt Luis Miguel Añón / CG

Los Mossos toman Salt

Los agentes (instalados en la plaza de la Llibertat, la del ayuntamiento y en la comisaría) acorralan a una decena de jóvenes en el número 8 de la calle Francesc Macià. Los identifican y cachean, en busca de armas blancas. Les hacen incluso descalzarse por si pudieran esconder piedras que lanzar a los agentes. 

"Sólo registramos a los que son sospechosos de provocar un altercado", aclara a este medio uno de los jefes del fuerte dispositivo, mandatado por la conselleria de Interior. De hecho, los agentes recomiendan a la prensa desplegada que se coloque bajo los porches y no en la plaza, por el temor de que se repita un aluvión de piedras desde los balcones de viviendas okupadas.

Uno de los jóvenes cacheados resulta ser menor y llevar sustancias estupefacientes. Los agentes lo introducen en el vehículo y se lo llevan a comisaría.

Cacheos de los Mossos d'Esquadra en Salt tras dos noches de altercados Luis Miguel Añón / CG

Los Mossos d'Esquadra registran a varios jóvenes en Salt Luis Miguel Añón / CG

Polvorín

Mientras, los vecinos se agolpan en los balcones. Graban y hacen videollamadas con familiares y amigos para enseñarles el dispositivo. De los 34.000 residentes, cerca de 13.000 tienen origen extranjero, lo que representa el 37% de la población, según datos del Idescat; la mayor parte de éstos (un tercio) son marroquíes.

La situación lo convierte en un polvorín ante los retos que afrontan otros tantos municipios catalanes. El desahucio del imán de Salt el pasado viernes desató la ira de centenares de vándalos encapuchados durante las noches del lunes y del martes, con un balance de seis detenidos y un agente herido leve. Actúan sin convocatoria, cosa que dificulta la tarea a los cuerpos policiales y hace más imprevisible la noche.

Salt, tras la segunda noche de altercados por el desahucio del imán Luis Miguel Añón / CG

Dispositivo policial en Salt Luis Miguel Añón / CG

Mari Carme y Carme viven en la otra punta de Salt y pasean por el centro para curiosear. Ellas niegan la mayor y rompen una lanza en favor de esta ciudad, una urbe estigmatizada y condenada a la sombra de la contigua Girona. "Eso sí, aquí no me compraría un piso", aclara una de ellas, mientras la otra asiente con la cabeza: "Pero pasear sí, ¿eh?".

Por su parte, Jia Yi asistió a los disturbios desde su bazar. No lo cerró porque dice estar "acostumbrada" tras 20 años atendiendo al público en el centro de Salt. "Es difícil aquí, hay mucho ladrón", se queja. 

Pasan las 21:00 h y la policía ya invita a los curiosos a dejar la calle: "A casa, u os llevo a comisaría". Los jóvenes (muchos de ellos, menores) obedecen sin casi oposición."Aquí no están los de ayer", sentencia uno de los agentes venidos desde la capital catalana, una vez ha constatado que "la noche no pasará de aquí".

Mossos d'Esquadra despejan las calles de Salt Luis Miguel Añón / CG

Un agente de los Mossos d'Esquadra, dentro del furgón policial Luis Miguel Añón / CG

Hassan y Ahmed también abandonan su privilegiada ubicación, que les permitía tener una visión panorámica de la noche. Y lo hacen abonando la versión del alcalde Jordi Viñas y de la hija del imán que dejó de pagar el alquiler, Henda Diawara: los altercados no tienen relación directa con el desahucio, sino que ha sido un pretexto para desencadenar el caos.

"El principal problema que tenemos es la vivienda. Yo tengo mi piso, pero muchos están cerrados, no están en el mercado, y por eso la gente los está okupando. Hasta que esto no lo solucionen, nada cambiará", apuntan.

El sonido de unas sirenas rompe la calma tensa. Dos dotaciones de Bomberos de la Generalitat y una de la Policía Local se detienen en la calle del Doctor Ferran. Un escape de gas sin heridos se suma al arresto del menor mencionado para completar la lista de incidentes de la noche.

Despliegue de Bomberos de la Generalitat y Policía Local de Salt por un escape de gas Luis Miguel Añón / CG