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El mundo de Hayao Miyazaki es de ficción y muy personal. Eso no quita que su inspiración parta de la realidad. Historias como Porco Rosso, El viento se levanta o El chico y la garza tienen una fuerte conexión con su vida y la historia de Japón.

Luego están los paisajes, siempre inspirados en su país. Por eso, encontrar un lugar que se parezca o recuerde a las películas del estudio Ghibli es harto complicado. Aunque si uno le pone imaginación, lo puede encontrar incluso en Cataluña.

Dónde está el parque

Es muy obvio que ninguna zona de esta comunidad se va a parecer a Japón, pero la naturaleza puede hacer milagros. En el sur de Cataluña hay un paraje que hace años que enamora. Hasta los flamencos migran allí cada año para reposar en sus tierras y, además, recuerda a una cinta de Miyazaki.

El lugar en cuestión es el Parque Natural del Delta del Ebro. Su extensión de humedales, arrozales y barracas dispersas rodeadas de agua, es un enclave natural único en el Mediterráneo. Y también un lugar muy fotogénico y cinematográfico.

Qué película parece

Allí apenas se ven edificaciones, hombres enmascarados tampoco. Está la única isla habitada de Cataluña, eso sí, sus casitas no son muy japonesas. A pesar de todo, sus paisajes, especialmente sus arrozales, sí recuerdan a los que se ven en la escena del tren en El viaje de Chihiro.

La combinación de agua y el verde de las plantaciones de arroz, sumado a algunas de las casitas blancas aisladas que se ve entre los arrozales, hacen pensar en ese momento de la película. Ya con la luz del amanecer y el atardecer, los colores crean una atmósfera tan enigmática como las islas y plataformas que aparecen en la película.

Humedal del Delta del Llobregat EUROPA PRESS

Animales

En cualquier caso, el Delta del Ebro no solo destaca por su belleza escénica, sino también por su importancia ecológica. Es uno de los deltas más relevantes del Mediterráneo y un refugio para numerosas especies protegidas. Entre ellas, algunas de las protagonistas de las cintas de Miyazaki

La mezcla de aguas dulces y salinas ha creado un hábitat ideal para aves migratorias como el flamenco, la garza imperial y la espátula. Además, cuenta con una rica biodiversidad de peces y anfibios, que encuentran en estos humedales un lugar idóneo para su reproducción.

La Unesco y una Denominación de Origen

El Parque Natural del Delta del Ebro, creado en 1983, abarca más de 7.700 hectáreas y ha sido declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. La conservación de sus ecosistemas es vital, ya que estos humedales actúan como barreras naturales contra la erosión y regulan el equilibrio hídrico de la región.

La relación del Delta con el cultivo del arroz se remonta al siglo XIX, cuando se introdujeron los primeros arrozales en la región. Desde entonces, el arroz se ha convertido en un elemento fundamental de su paisaje y economía. En 1996, el arroz del Delta del Ebro obtuvo la certificación de Denominación de Origen Protegida, garantizando su calidad y el uso de técnicas de cultivo sostenibles.

Fotograma de 'El viaje de Chihiro'

Los arrozales

El arroz del Delta se distingue por su capacidad de absorción de sabores, lo que lo hace ideal para la elaboración de paellas y otros platos típicos de la cocina mediterránea. Su cultivo ha moldeado el entorno, generando un mosaico de humedales y campos anegados que cambian de color con las estaciones, reforzando la sensación de estar en un paisaje cinematográfico.

 Sus atardeceres reflejados en el agua, la presencia de aves exóticas y la tranquilidad de sus arrozales ofrecen una experiencia única. Además, los visitantes pueden recorrer sus parajes en bicicleta, en barco o a pie, explorando un territorio donde el tiempo parece detenerse.

Las playas 

El delta también es conocido por sus playas. Cerca de L'Aldea se encuentra la famosa playa del faro, escenario de un videoclip de U2. Las de Deltebre también son conocidas y menos concurridas.

Aunque si hay uno que fascina a todo el mundo es la Playa del Trabucador. Se trata de un extenso brazo de arena que se adentra en el mar, formando una franja que separa la bahía de los Alfaques del mar abierto. Su baja profundidad y aguas calmadas hacen que sea una playa perfecta para paseos y el viento que sopla allí es ideal para los amantes del kitesurf.

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La isla de Buda

Para terminar, hablar de una isla que le encantaría habitar a Ponyo. Se trata de la única ínsula habitada de Cataluña, una extensión de unas 1.000 hectáreas, situada en plena desembocadura del Ebro repleta de lagunas, dunas, bosques de ribera y arrozales, la Isla de Buda.

Su ecosistema, repleto de especies protegidas como el chorlitejo patinegro, está protegido. El hombre tiene acceso restringido. Sus lagunas y humedales proporcionan un hábitat ideal para la nidificación y alimentación de estas aves, especialmente durante las épocas de migración. Además, en la isla se encuentra una masía histórica, que en su día fue el centro de explotación agrícola de la isla y hoy en día se usa para estudios ambientales y visitas guiadas en ocasiones especiales. 

Cómo llegar

El acceso en coche al Parque Natural del Delta del Ebro es sencillo desde Tortosa o Amposta. Desde Barcelona, son casi dos horas de viaje.

Lo más fácil es ir por la AP-7 en dirección sur hasta la salida 41 (Amposta) o la salida 40 (L'Aldea-Tortosa). Desde allí, la carretera TV-3405 conduce hacia el centro del parque en aproximadamente 20-30 minutos, dependiendo del punto exacto de destino dentro del Delta.

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