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Hay gestos inconfundibles. Levantar el dedo pulgar la se ha convertido en sinónimo de aceptación o de que todo está bien, si ya levantan el corazón, mala señal. Luego está el cómo se traduce el gesto en palabras.

Un caso claro es el del corte de mangas. Alzar un brazo en ángulo recto, mientras el otro reposa en medio es una ofensa pero que en catalán, por ejemplo, requiere solo de una palabra, butifarra. La actriz Rosa Maria Sardà lo dejó bien claro en una gala de los premios Goya.

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