Fotomontaje Segrià con un coche de la policía local

Fotomontaje Segrià con un coche de la policía local CG

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El Segrià, el ‘Far West’ de Ponent: de los 38 municipios, sólo seis tienen policía

La falta de recursos y las bajas retribuciones impulsan la fuga de agentes hacia ciudades con mejores condiciones

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La falta de efectivos en los cuerpos de policía local en los municipios del Segrià, una de las comarcas más extensas de Ponent, está generando serias dificultades en materia de seguridad.

De los 38 municipios que conforman la comarca, solo seis cuentan con agentes locales. Esta escasez se agrava si se considera que muchos de estos pueblos superan los 1.000 habitantes –incluso algunos los 3.000–, lo que eleva la preocupación de los vecinos ante la creciente sensación de desprotección.

Según los últimos datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), en toda Cataluña hay 11.604 efectivos de policía local. Sin embargo, Ponent concentra únicamente 325 agentes, de los cuales 249 están destinados al Segrià. 

Situación preocupante en Almacelles

De esta cifra, sólo unos pocos municipios rurales tienen cuerpos de policía local completos.

En Alcarràs, que supera los 10.000 habitantes, se cuenta con una plantilla de 13 agentes, mientras que otros municipios como Almacelles cuentan con dos agentes para cerca de 7.000 habitantes. Una situación que provoca que el servicio de vigilancia sea muy limitado, sobre todo en horas nocturnas y durante los fines de semana.

El caso de Almacelles es paradigmático. Hay ocho plazas de policía asignadas al municipio pero cuatro están ocupadas. Y por si fuera poco, son dos los agentes que realizan patrullas: uno se encuentra de baja y otro está en el centro de formación tras aprobar las oposiciones.

Almacelles (Lleida)

Almacelles (Lleida) AYUNTAMIENTO

La falta de personal es tan acuciante que el municipio se ve obligado a prescindir de vigilancia en muchos momentos del día.

A pesar de la convocatoria de dos nuevas plazas de agente, el sindicato UGT considera que esta cifra es insuficiente para cubrir las necesidades de seguridad de la población, que ronda los 7.000 habitantes. Según Òscar Lalana, representante de UGT, "para realizar un servicio de calidad, harían falta al menos 10 efectivos".

Fuga de agentes

La escasez de agentes y la alta rotación en las plantillas son problemas recurrentes en los pueblos rurales. En muchos municipios, las plazas vacantes se quedan sin cubrir. En Torrefarrera, por ejemplo, llevaban meses sin agentes, y en Torres de Segre, pese a contar con dos plazas libres, sólo se ha logrado cubrir una, según informan fuentes del consistorio.

A pesar de que la situación está mejorando en algunos casos con la incorporación de nuevos agentes previstos para principios de 2025, los municipios más pequeños luchan por mantener sus plantillas.

Un agente de la Guàrdia Urbana de Lleida

Un agente de la Guàrdia Urbana de Lleida EUROPA PRESS

La escasez de recursos es uno de los factores que alimenta esta crisis. Los salarios bajos, sumados a las condiciones laborales, como los turnos continuos y la falta de personal, hacen que muchos agentes se desplacen a otras poblaciones con mejores sueldos. 

Tal como señala el sindicato UGT, “una vez los agentes se han formado, suelen marcharse a otros destinos donde reciben una retribución más alta”.

Dependen de los Mossos

Este fenómeno está afectando especialmente a los municipios pequeños, donde los cuerpos de policía son más reducidos y la oferta de empleo en otros lugares de mayor tamaño y con mejores condiciones es más atractiva.

Pueblos como Alpicat (6.000 vecinos), Almenar (3.000), Rosselló (3.000), Aitona (2.000), Alguaire (3.000) o Alcoletge (3.000) dependen exclusivamente de la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Lleida.

Esto limita la capacidad de respuesta ante emergencias locales o incidencias cotidianas. 

Un coche de los Mossos d'Esquadra

Un coche de los Mossos d'Esquadra EUROPA PRESS

En pueblos rurales no es obligatorio

La Ley 16/1991 de policías locales de Cataluña establece que en municipios con menos de 10.000 habitantes no es obligatorio tener policía local, aunque muchos de estos municipios reclaman la necesidad de contar con un cuerpo de seguridad más cercano.

Según fuentes de interior consultadas por este periódico, para poder autorizar la creación de nuevos cuerpos de policía local, el municipio debe disponer de unos recursos mínimos.

Entre ellos, un programa de formación policial continuada con el correspondiente presupuesto, cada agente tiene que disponer de una arma de fuego y las dependencias tienen que tener las condiciones de seguridad y otros requerimientos previstos a la normativa sobre armamento, disponer de vehículos equipados convenientemente, entre otros.

Plaza de Alcarràs

Plaza de Alcarràs

Larrosa pide más efectivos

En cuanto a la capital, Lleida, aunque tiene un cuerpo de guardia urbana más consolidado, la situación no es la ideal. Durante un encuentro del PSC en la demarcación de Lleida, el alcalde Félix Larrosa reconoció la necesidad de contar con más efectivos policiales.

Para 2025, el PSC tiene previsto registrar en el Parlament una propuesta para que Lleida sea reconocida como municipio de gran población, lo que podría facilitar la dotación de más recursos para su policía local.

Dos agentes de la Guardia Urbana de Lleida

Dos agentes de la Guardia Urbana de Lleida Guardia Urbana de Lleida

Cláusulas de permanencia o indemnizaciones

Núria Parlon, consellera de Interior, reconoce que los municipios enfrentan un desafío considerable al tratar de contratar nuevos agentes. Desde el Departamento aseguran que se están buscando soluciones para frenar la fuga de policías hacia otros municipios.

Entre las medidas contempladas, figuran la incorporación de cláusulas de permanencia en los contratos laborales o la implementación de indemnizaciones por los derechos de formación de los agentes.

La consellera de Interor de la Generalitat, Nuria Parlón, interviene ante el pleno del Parlament

La consellera de Interor de la Generalitat, Nuria Parlón, interviene ante el pleno del Parlament EFE/Quique García