Los sindicatos de la Guardia Civil en Cataluña han recibido como un jarrón de agua fría el anuncio de Salvador Illa sobre el traspaso de competencias en materia de seguridad en los puertos y aeropuertos catalanes.
A pesar de era una decisión que ya se esperaba, las fuentes consultadas tenían la esperanza de poder alargar un poco más sus funciones en Cataluña.
Sin embargo, este miércoles el president de la Generalitat ha anunciado que a principios de 2025 convocará otra Junta de Seguridad para abordar las competencias de los Mossos d'Esquadra en la seguridad de los puertos y aeropuertos.
Según fuentes sindicales, el traspaso de estas competencias supone que el Instituto Armado perderá casi 300 de sus agentes en Cataluña, casi el 10% de su plantilla en esta región.
Los Mossos ganan terreno
Hasta ahora, los Mossos d'Esquadra se encargaban de la seguridad externa de ambas infraestructuras. Sin embargo, con esta decisión, la policía autonómica también será la encargada de garantizar la seguridad en las zonas restringidas, así como en las pistas de aterrizaje.
Del mismo modo, también tendrán la tutela del espacio marítimo y aéreo: intervendrán en robos y actos de vandalismo, harán tareas de prevención, protegerán los bienes y el patrimonio y actuarán en accidentes.
No obstante, esta decisión ha llegado solo una semana después de que la consellera de Interior y Seguridad Pública, Núria Parlon, defendiera que Cataluña no tenía aún los recursos suficientes para un despliegue de este calibre.
El aumento de las competencias de los Mossos en puertos y aeropuertos era un acuerdo pactado entre el Govern de ERC y el Gobierno, que debía ratificarse el pasado marzo. El adelanto electoral, sin embargo, congeló el acuerdo.
Sin competencias y sin líderes
A este varapalo se le suma que la Comandancia de la Guardia Civil en Barcelona sigue vacía de poder. A pesar de que hace seis meses los canales internos de la Benemérita allanaron el camino para que el cargo fuese asumido por Daniel Baena, antiguo jefe de la Policía Judicial en Barcelona; la realidad es que la Comandancia sigue huérfana.
Fuentes conocedoras de la situación apuntan a presiones del sector independentista catalán sobre el ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska.
Presiones que, sin embargo, no sorprenden a nadie. El secesionismo catalán teme y desprecia a partes iguales a Daniel Baena, que fue uno de los héroes contra el procés independentista en Cataluña.
Cambio de cromos
De hecho, fuentes policiales cercanas al Instituto Armado precisan que el veto de la cúpula de Interior no es solo a Baena, sino que los obstáculos se extienden a otros mandos policiales que trabajaron duro contra el desafío independentista de 2017.
Este veto múltiple a cuadros de la Guardia Civil sería, en efecto, "consecuencia del pago de favores a los partidos independentistas que sostienen al Gobierno en el Congreso de los Diputados". El resultado es claro: los cambios que debían acometerse en el organigrama del cuerpo en Cataluña no han tenido lugar.