Tener una vivienda o aspirar a tener, algún día, una es un sueño que muchas personas albergan, y no es difícil de entender el porqué. La idea de poseer una mansión, además, está cargada de lujo, elegancia y comodidad, que son elementos que nos atraen profundamente. Imaginarse viviendo en un lugar con espacios amplios, habitaciones majestuosas, jardines exuberantes y vistas panorámicas es algo que despierta una sensación de bienestar y satisfacción. Una mansión no es solo un hogar; es una declaración de éxito, una recompensa por los logros alcanzados, un espacio donde cada rincón refleja un estilo de vida elevado.
Una lujosa mansión
Nos encanta la idea de recomendar viviendas que salen en el portal Idealista; esta en especial se sitúa como la más cara de Tarragona, con un precio astronómico de 5,9 millones de euros.
La edificación de 3.377 metros cuadrados está compuesta por la antigua masía en el Priorat, con estancias para el ocio y dormitorios para los huéspedes, los cuales se sitúan en torno a un gran patio central con piscina y jardín. Dispone de 12 dormitorios independientes, con 16 baños privados; algunos de ellos están diseñados como apartamento, que incluyen salón y cocina privados. También, tiene terraza, balcón, trastero, chimenea y plaza de aparcamiento incluida en el precio. La masía principal se distribuye en tres plantas: una para comedores y ocio; otra, con una magnífica vivienda completa; y la otra, con un espacio abierto y buhardilla en formato loft.
En el siglo XV, los cartujanos de Scala Dei compraron varias localidades y tierras de lo que hoy constituye el Baix Priorat. Así que, construyeron esta masía para fines agrícolas y vitivinícolas, la producción de las cuales, fue destinada a abastecer la Cartuja.
Las condiciones climáticas, combinadas con la calidad del suelo de pizarra y un relieve con suaves colinas, hicieron que se llamara La Perla del Priorat y se convirtiera en un lugar de meditación y descanso para los monjes ancianos de la comunidad.
Distribución de la casa
Hace falta destacar que tiene unas vistas espectaculares desde toda la edificación de las tierras circundantes al núcleo urbano del Molar, municipio donde pertenece la finca; y a la conocida sierra del Montsant, un parque natural protegido que preside esta rica tierra vitivinícola del Priorat.
El conjunto dispone de su propia bodega, limítrofe en el recinto principal. Este está adaptado a las nuevas tecnologías enológicas y desarrolla su actividad mediante explotación externa. También, encontramos otra bodega histórica habilitada para visitas y catas del preciado vino del Priorat.
Entre las instalaciones principales de la masía hay que destacar, en el exterior, grandes y cuidadas zonas de aparcamiento, un helipuerto y varios accesos al recinto; como una escalinata principal o el porticado que resalta por su estado de conservación y por los detalles de gran belleza natural.
La edificación de esta singular masía y bodega ocupa una media de 80 hectáreas de terreno, 20 hectáreas con viñas y el resto con pinares y grandes olivos centenarios. Además, ofrece otras construcciones como las zonas de mantenimiento, almacenes y dos casas más pequeñas y en diferente estado de conservación, disponibles pero no contabilizadas en la superficie anterior.