Marisa Paredes ha fallecido este martes 17 de diciembre a los 78 años, pero va a seguir viva en la memoria de muchos españoles. Actriz comprometida, sus personajes más que míticos en el cine la han convertido en un icono del séptimo arte patrio.
Vitalista y comprometida hasta sus últimos días, la intérprete madrileña seguía activa a nivel profesional. Su trabajo la llenaba de vida y era su principal gasolina. Prueba de ello es que su deceso la ha pillado ensayando una próxima obra de teatro que iba a estrenar en Madrid y girar por Barcelona y otras ciudades de España.
La obra que iba a hacer
Se trata de una obra que estaba realizando con el director teatral de fama internacional Lluís Pasqual. El polémico exdirector del Teatre Lliure y Marisa Paredes estaban cociendo Cargada de futuro, un título que no deja de demostrar las ganas que siempre tuvo la actriz de salir adelante.
La obra, además, tocaba de lleno a la intérprete. En primer lugar, por su compromiso político, y después, por su amor por el teatro y su relación con el director de escena catalán.
Cómo era 'Cargada de futuro'
Cargada de futuro iba a ser un monólogo directamente político. La propuesta iba a combinar su vida con la historia y la cultura. Así, a medida que la actriz revisaba ciertos recuerdos propios, reflexionaba sobre el cine y la cultura, recitando poesía y combinándolo con reflexiones políticas. Asimismo, el texto hacía referencias a la Transición, a Miguel Hernández y Federico García Lorca, sin dejar de lado la actualidad.
Pasqual había hecho un traje completamente a medida para la actriz. Ella fue una de las actrices que salió en la famosa manifestación del No a la Guerra, de la misma manera que mostró su compromiso en la gala contra los abusos en la industria del cine luciendo el cartel de #SeAcabo.
Una mujer activa en la vida política
No hace tanto, durante la campaña para las elecciones generales de julio de 2023, aparecía sobre el escenario junto a Yolanda Díaz para pedir el voto por sumar. Un compromiso que seguía activa en pleno 2024. Durante la entrega de los Premios Lorca, Paredes reclamó alzar la voz contra las guerras y la violencia machista, que convierte a ‘todas’ las mujeres en víctimas, y reconoció avances en un sector en el que las actrices pueden seguir siéndolo sin importar la edad ni la tersura de su piel.
Una de sus últimas apariciones en la esfera pública es de hace más de un mes y, una vez más, no fue por su trabajo, sino por su conciencia política. El 30 de noviembre pasado asistía en Madrid a una concentración por el alto el fuego en Gaza. Allí, no solo caminó junto a los manifestantes, sino que participó leyendo un manifiesto.
Otra obra póstuma
Más allá del reencuentro con el teatro y con Lluís Pasqual –que la dirigió en 1990 en la lorquiana Comedia sin título y al año siguiente en la Beckettiana– que no se va a poder estrenar, Marisa Paredes también deja una obra póstuma.
Durante este 2024, la actriz también participó en la próxima película de Luis Miñarro Emergency Exit. Allí comparte protagonismo con Emma Suárez, Oriol Pla, Aida Folch, Naomi Kawase, Albert Pla y Francesc Orella. El film se encuentra ahora en fase de postproducción.
Inicio de su carrera
Esta se ha convertido lamentablemente en el último film de esta gran dama del cine español. Premio Nacional de Cinematografía 1996, Medalla de Oro a las Bellas Artes (2007) y Goya de Honor 2018 de la de la Academia de Cinematografía (de España, de la que fue presidenta entre 2000 y 2003), Paredes ha rodado más de medio centenar de películas. Aunque sus inicios fueron en las tablas.
En 1961 y con solo 15 años, Marisa Paredes pisó un escenario por primera vez con la compañía de Conchita Montes en Esta noche tampoco y posteriormente estuvo en el Grupo de Teatro Universitario. A esa primera obra siguieron Ocho mujeres y ‘Rebelde’, esta última junto a Vicente Parra. Ya en los 80 se volcaría en el cine, especialmente con Almodóvar, aunque interrumpiría este idilio con las cámaras en 1988 con Orquídeas a la luz de la luna.
Teatro y cine
Sus últimas actuaciones sobre las tablas fueron el Hamlet que dirigió en 2007 Lluís Pasqual y la adaptación inspirada en la Sonata de otoño de Bergman, representada en 2008 bajo las órdenes de José Carlos Plaza. Justamente con el catalán era con quien tenía el proyecto de repetir en el teatro.
Dentro del ámbito cinematográfico trabajó con realizadores como Antonio Ribas (Las salvajes de Puente San Gil, 1966), Fernando Trueba (Ópera prima, 1980); Jaime Chávarri (Las bicicletas son para el verano, 1984); Agustí Villaronga (Tras el cristal, 1986) y José Sacristán (Cara de acelga, 1987); por la que estuvo nominada a mejor actriz de reparto en los Goya.
Chica Almodóvar
Pero, sin duda, si por alguna relación cinematográfica es recordada es por ser una de las más icónicas chicas Almodóvar. Con el director manchego se estrenó con Entre tinieblas, en 1983, y más adelante seguirían los Tacones lejanos (1991) en los que era la inspiración de un travesti Miguel Bosé y la magistral La flor de mi secreto (1995), que le valió el Premio a la mejor actriz del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary (República Checa) y la nominación en los Goya.
Almodóvar le regaló también una protagonista digna de una obra de Tennessee Williams. Su papel de Huma Rojo en la oscarizada Todo sobre mi madre la hizo viajar a Hollywood y ver como el amado director recogía su primer Oscar de la mano de sus amigos Penélope Cruz y Antonio Banderas. Su última colaboración con el manchego sería un breve papel en La piel que habito, ya en 2011, 12 años después.
Actriz internacional
Su fama fue tal que varios reputados directores internacionales quisieron trabajar con ella. En la década de los noventa rodó las cintas extranjeras como En tránsito, de Philippe Loiret (1993); La nave de los locos, de Ricardo Wulicher (1995) o Tres vidas y una sola muerte (1996, Raoul Ruiz), con Marcello Mastroianni.
Posteriormente, participó en títulos como El espinazo del diablo (2001, Guillermo del Toro), Crepúsculo rojo (2003, Edgardo Cozarinsky) y la ópera prima de Pablo Malo, Frío sol de invierno (2004).
Premios
Su gran trabajo fue largamente reconocido. Entre sus muchos galardones, y más allá de los citados, destaca el de Comendadora de las Artes y las Letras de Francia (1996). En 2019 recibió el Premio Luis Buñuel del Festival de Cine de Huesca, además del premio ‘A toda una vida’ de la Unión de Autores y en 2021 recogió el San Pancracio de Honor, en Cáceres. Los últimos, recogidos a lo largo de este mismo 2024, fueron reconocimientos a su trayectoria: el Premio Pávez del Festival Internacional de Cine de Talavera de la Reina y el Premio de Honor del Festival Internacional de Cine de Granada-Premios Lorca, además del Actúa 2024.
Madre de la también actriz María Isasi, de quien recibió el Goya de Honor, el 8 de marzo de 2024, Día Internacional de la Mujer, dejó su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes junto a la escritora y periodista Rosa Montero y la cantautora, Rosa León.