Los suscriptores de Netflix y de cualquier plataforma saben perfectamente que, algún día, esa película o esa serie pendiente va a desaparecer del catálogo. De hecho, este tipo de compañías enganchan a sus usuarios con esta idea de perderse el último estreno, pero tampoco dejar escapar oportunidades únicas de ver algo que está a punto de desaparecer. De su catálogo de ofertas, claro, la obra audiovisual siempre perdura.
Algo así va a pasar en menos de 24 horas en Cataluña (y el resto de España) con una de las cintas más controvertidas de uno de los directores estadounidenses que ha conseguido dividir por igual a crítica y público, Quentin Tarantino. Todo ello, además, siendo considerado un autor de prestigio y un éxito en taquilla, una combinación no muy común, Tarantino.
Este cineasta que ha marcado a más de una generación está a punto de ver desaparecer del catálogo de Netflix una de sus cintas que ha suscitado más polémica en los últimos años. Para muchos, la cinta que confirma que no todo lo que hace el realizador es bueno, aunque hay quien considera que es su filme de madurez definitivo.
En cualquier caso, no hay película mala de Tarantino, eso es una realidad. Pero de las nueve cintas que hay hecho, no todas han sido igualmente aceptadas. Su carrera fue en ascenso desde Reservoir dogs y Pulp Fiction y se erigió en un poeta audiovisual de la postmodernidad gracias al díptico de Kill Bill, repleto de referencias cinematográficas y del cómic. Pero si algo lo coronó como genio del pastiche de autor fueron cintas que reinterpretan la historia como Inglourious Bastards o géneros tan arcaicos como el western como Django Unchained.
Qué película es
Entre medio ha habido otras tantas genialidades, pero a medida que Tarantino maduraba su estilo, para muchos, empezó a perder interés. Y ya en su última cinta, Érase una vez en Hollywood, ya acabó de confirmar que la fórmula quedaba agotada. Tanto como su estancia en Netflix. Este 12 de diciembre la cinta se va a ir de la plataforma.
Para quien no haya visto la cinta y sienta curiosidad por saber si en realidad es tan mala o es la consagración de un genio de la palabra y la puesta en escena, debe saber varias cosas. Por un lado, la cinta es de las más dialogadas del director. Las escenas de acción se pueden contar con los dedos de una mano y se hacen esperar. Mucho. Lo que impera, sobre todo, es la tensión entre los personajes.
De qué trata
Sus protagonistas son precisamente gente de Hollywood: un actor de series venido a menos interpretado por Leonardo DiCaprio, Rick Dalton, y la de su amigo y doble de acción, Cliff Booth (Brad Pitt). La cinta sigue a estos dos personajes cuyo pasado les pesa. Dalton cada vez tiene menos papeles debido a que su alcoholismo le ha reportado mala fama. Por su parte, sobre Booth pesan los hechos de una durísima pelea con Bruce Lee y los rumores de que posiblemente él hubiera matado a su esposa
En paralelo, sucede que la actriz Sharon Tate (brillantemente interpretada por Margot Robbie), se muda con su pareja de entonces, Roman Polanski (Rafał Zawierucha) a la casa vecina de Dalton. La actriz trata de hacerse un hueco en un Hollywood cada vez más machista que trata de cosificarla.
Últimas horas
Las historias se juntan por unos hechos que fueron reales, una secta liderada por Charles Manson (Damon Herriman), con la que se cruza en la ficción el personaje de Pitt, un día decide entrar en casa de Polanski y matarlo. Y es allí donde llega un final que conecta la cinta de Tarantino con la anterior Inglourious Bastards.
Por el camino, Tarantino desmenuza la decadencia y el machismo de Hollywood, las malas artes de todo el mundo del cine de la época y de algunos intérpretes. Y lo hace con su pluma afilada y mordaz. Algo que para muchos no es suficiente. En cualquier caso, queda poco para poderla disfrutar en Netflix. Salir de dudas al respecto es tan fácil como verla antes de que desaparezca y comprobar.