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Hubo un tiempo en que salir de fiesta era sinónimo de diversión: bebida, amistades y lo que surgiese. Pero desde la llegada de los smartphones y las redes sociales también es sinónimo de postureo

Ir a una discoteca, rave o fiesta privada de cualquier tipo significa encontrarse con un mar de pantallas de móviles activas: haciéndolo fotos, subiendo Stories a Instagram, grabando vídeos, añadiendo un contacto.

Los peligros de los móviles

No hay evento o encuentro sin móvil, como apenas hay persona que no lleve uno con él y lo consulte en cualquier momento. Todo el mundo reconoce que es algo molesto, pero también inevitable. Aunque poco a poco se le está poniendo coto.

Los psicólogos llevan años anunciando los riesgos que generan estos dispositivos. Hay gente literalmente adicta a ellos. Por eso, en las escuelas de Cataluña, así como en otras partes de España y del mundo, se ha prohibido su uso. Y no solo allí.

De los conciertos a las discotecas

En 2019, Madonna optó por prohibir los móviles en su gira Madame X, que se realizaba en teatros y otros espacios reducidos: el objetivo era que los espectadores disfrutaran del concierto y ya. Sin añadidos.

Pues bien, ahora esta moda se ha impuesto en las salas de fiesta de todo el mundo y Cataluña no es una excepción. Las llamadas fiestas ‘no phone policy’ han llegado para acabar con tanto postureo y apostar por la diversión sin filtros.

Discotecas sin móviles

Una de las primeras salas catalanas donde se va a poder vivir esta experiencia es en clásico de Barcelona que cobra nueva vida, El Molino. Eso sí, no en todas las fiestas.

Convertido en un espacio para eventos musicales y gestionado ahora por los responsables del festival Cruïlla, esta sala aloja una de las nuevas fiestas de la ciudad la Disco Marisco. Bajo este particular nombre se encuentra la primera de las fiestas ‘no phone policy’ de la ciudad. Y además promete mucho.

Qué son las fiestas 'No phone policy'

Creada por DROP Dance Society, sus responsables se inspiran en la energía mítica de clubes como Studio 54 para fusionarla con las vibes de Barcelona y adaptarla a la actual cultura de club. Todo hecho para el goce y disfrute de los asistentes que van a tener la posibilidad de disfrutar de un increíble espectáculo con las sesiones de los mejores DJs del mundo. Y sin que uno se tenga que preocupar del postureo.

De hecho, la filosofía del ‘no phone policiy’ puede ser la del antipostureo, aunque como siempre, en el resto del mundo, lo anti- se ha convertido en tendencia. Hace una semana la BBC recogía la popularidad de estas fiestas que se extienden por toda la ciudad. 

Quién lo impulsa

Las salas tampoco presumen de ello, porque no es algo que hayan impuesto ellos, ha nacido de la industria. Mientras las Bresh fomentan las fotos, los hashtags y el postureo, los discjockeys quieren acabar con ello. No porque la gente se fije en su trabajo, sino para que se olvide de todo y sienta la música electrónica en su esencia.

Los profesionales de la noche están cansados de ver a personas que llenan las salas y en vez de dejarse llevar, compartir el momento con la gente que le rodea, se quedan estáticos en medio de la pista, sin bailar o apenas moverse. Todo lo contrario a lo que significa una fiesta y menos aún una fiesta de música electrónica.

Qué implica

Profesionales españoles como John Talabot, Paco Osuna, Sandra Delaporte, Oscar Mulero o INMIR ya solicitan a las salas esta No phone policy. Sólo quieren que el público se entregue a la experiencia y no sea interrumpida por ningún factor ajeno a ella.

De esta manera, además, también se asegura que nadie sienta cierta vergüenza a la hora de bailar como quiera. No hay riesgo a ser grabado o fotografiado de forma innecesaria e involuntaria. En definitiva, un valor más que seguro para vivir una experiencia única que sí se queda grabada por lo diferente y lo sensorial. Es el público, el DJ, la música y la compañía. ¿Hace falta algo más?