Los últimos reductos del carlismo se apagan en Cataluña
- La Comunión Tradicionalista Carlista repliega velas en la comunidad catalana: su único acto en 2025 será el rezo de un Santo Rosario en la plaza Sant Jaume
- Más información: El carlismo catalán presenta sus respetos al secesionismo de Artur Mas y la ANC
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Hace ya mucho tiempo que el carlismo ha desaparecido de la vida política y social española. Pero aún quedan algunos defensores del Ancién Regime, Dios, Patria, Rey y Fueros, que se articulan en la Comunión Tradicionalista Carlista (CTC) y el Partido Carlista, mayormente. Son pocos y mal avenidos, pero existen. Y parece que han desistido de Cataluña, otrora uno de sus feudos históricos.
La CTC ha presentado su calendario de actos de cara a 2025, y Cataluña no aparece por ningún lado. Solamente señalan que acudirán al rezo de un Santo Rosario en la plaza Sant Jaume el 4 de mayo. La intención del evento es "la reparación por todas las ofensas cometidas contra el Inmaculado Corazón de María" y ni siquiera lo convocan ellos, sino los polacos Rosario de Hombres, una organización católica que quiere "recuperar la masculinidad". Tampoco el partido Carlista explicita ninguna actividad en la comunidad.
Un rosario y un curso sobre historia, los únicos movimientos
Aunque el movimiento de los partidos es nulo, sí que existe cierta ebullición en la agrupación apolítica Comunión Tradicionalista (CT), que organiza de vez en cuando presentaciones de libros sobre episodios y personajes afines al carlismo. De hecho, la comunidad elabora ahora un curso sobre los Maestros catalanes del tradicionalismo, en los que se hablará de Vicente Pou, Torras i Bages, Ferrer Dalmau o Juan Vallet de Goytisolo.
La agrupación se define como "los únicos que mantienen en toda su pureza doctrinal el fenómeno" y reniegan de los otros "esperpentos democráticos". En las últimas elecciones autonómicas, celebradas el 12 de mayo, llamaron a la abstención.
"Todos los partidos quieren destruir el orden social, natural y cristiano, traicionando a su pueblo y sirviendo a intereses extranjeros", expresaron, mientras se encomendaban a la Mare de Déu de Montserrat. "Defenseu d’enemics espirituals i temporals tota la terra catalana que teniu encomanada", sentenciaron en su página web.
Carlos Javier de Borbón-Parma, el carlista que 'tonteó' con el independentismo
Y eso que el titular dinástico del carlismo, Carlos Javier de Borbón-Parma, se acercó al independentismo en 2021. El duque de Parma y príncipe de la Casa de Orange visitó el emblemático monasterio de Poblet, donde juró los fueros, usos, constituciones y derechos históricos de Cataluña, tal y como hacían los reyes previos a la guerra de Sucesión finalizada en 1714.
El rey carlista también acudió aquel año al Ateneu Barcelonès, entidad cultural históricamente afín al nacionalismo catalán. Allí, participó en una serie de reuniones con representantes del mundo gitano, como la Fundació Pere Closa.
Presentación del 'hereu' carlista en Barcelona
Fue también Barcelona, años antes, el lugar en el que Carlos Javier presentó a su hijo en sociedad. En 2016, la rama Borbón-Parma de la dinastía Carlista expuso al joven don Carlos Enrique, de apenas seis meses de edad, como sucesor y heredero de los derechos dinásticos carlistas.
Allí, fue jaleado por centenares de boinas rojas, que definieron a Felipe y Leonor como "usurpadores". Carlos-Javier, mucho más pactista y moderado que sus acólitos, explicó que se lleva muy bien con el Rey y que no plantea ningún pleito dinástico.
"Respetos" al independentismo
En 2014, en plena ebullición del procés, el Partit Carlí de Catalunya (PCdeC) elaboró un manifiesto en el que defendía la "responsabilidad y compromiso" de la formación con el "pueblo catalán" y su respaldo a "la convocatoria de la consulta por el derecho a decidir".
Los carlistas catalanes expresaron que "siempre se han caracterizado por su defensa de los derechos de los pueblos, de su cultura y de su lengua". Y apostaban, hace una década, por el retorno a "la soberanía histórica originaria, aquella con la que se confederó dentro de la Corona de Aragón y con la que se integró a la monarquía hispánica después". Una postura que causó un cisma en el seno del movimiento.