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Los Mossos d'Esquadra han intentado vincular la caída de Harley Davidson en Barcelona con el tráfico de marihuana. Los registros de la policía catalana en el concesionario flagship en la zona alta de la Ciudad Condal, que avanzó Crónica Global, buscaban probar que tras el saqueo de la marca motera se ocultaba dinero de la droga. Por el momento no lo han conseguido probar, y el juez ha dejado libres sin medidas cautelares a los dos financieros italianos que rescataron el negocio. 

Lo han detallado fuentes conocedoras del caso que se sigue en el juzgado de Instrucción número 27 de Barcelona por el colapso de la primera franquicia de la multinacional en España, que se encontraba junto a la elegante zona de Turó Park. Estas fuentes detallan que los Mossos convencieron al juez de que el dinero de la droga estaba detrás del trompazo del negocio, por lo que lanzaron registros masivos en la tienda, otro concesionario de vehículos y las viviendas de los dos directivos transalpinos el 6 de noviembre.

Las entradas policiales han arrojado un pobre resultado. Hay 11 motos incautadas, sí, pero ni rastro de la droga ni de una presunta organización criminal tras el caso.

Una causa anterior archivada

¿Por qué los Mossos de la Unidad de Investigación de Sarrià-Sant Gervasi olieron marihuana? Porque uno de los dos empresarios italianos vinculados a Harley BCN había sido investigado en una causa anterior por una plantación de granja en el Maresme. La causa por salud pública, aún viva en un juzgado de Arenys, implicó al hombre porque vendió una nave industrial a otra persona que, a la postre, la alquiló para el cultivo de cannabis. 

Pero el directivo consiguió probar que no tenía nada que ver. Él había intermediado en la compra de la nave, cobrando su comisión, pero desconocía el fin último del activo. Lo pudo acreditar ante el juez, por lo que el magistrado sobreseyó la acusación contra él. Ha quedado completamente libre, aunque la causa sigue sin él. 

Los italianos: "Avalamos la empresa"

Ese caso anterior abonó la idea de que la droga estaba detrás del colapso de Harley BCN. No era así. El pinchazo de esta tesis narcótica se demuestra con un hecho: los dos patronos italianos comparecieron este mismo martes ante el juez de la sala 27, y éste les dejó libres sin medidas cautelares. Por el camino, la pareja aportó al magistrado pruebas de su "única" vinculación con el caso: una línea de crédito que firmaron con Harley BCN cuando el negocio entró en dificultades económicas. 

Francesco Vanni, director general de Harley Davidson en España, en un acto Cedida

Según declararon ante el togado, los italianos informaron a su señoría de que "ayudaron al concesionario" con una póliza de crédito "perfectamente legal que pasó los pertinentes controles antiblanqueo del Banco de España". Esa línea de financiación la avaló "el familiar de uno de ellos". 

"Solano impagó la póliza: deuda de 1,2 millones"

El problema, aseguran los empresarios, "es que Toni Solano, gestor del concesionario, impagó las cuotas de la financiación". Ante ello, "se generó una deuda de 1,2 millones de euros". Negro sobre blanco, la pareja asegura ser "víctima de una mala gestión del empresario", que heredó la catedral de las motos -ahora cerrada- de Barcelona de su padre. 

El juez Francisco Javier Pauli, que atendió el caso el martes en persona ante la baja de una auxilio judicial, les dejó libres sin medidas cautelares. Ello corrobora la tesis de que la marihuana era una hipótesis fría

Solano defiende que "le vaciaron la empresa"

La tesis de los subeuropeos, que tienen intereses en varios sectores económicos, choca con la de Toni Solano, gestor de que fuera el hub Harley de Barcelona y de todo el sur de Europa -lo era por tamaño-. Su entorno ha reiterado a este medio que el joven de 35 años, al que los Mossos llegaron a detener, pero dejaron libre ante la invalidación judicial del arresto, "es una víctima". 

El taller de Harley Barcelona CG

El círculo próximo a Solano insiste en que los financieros "le vaciaron la empresa" y se "llevaron las motos" para venderlas a otro concesionario barcelonés. Es el que fue registrado por Mossos semana y media atrás. Lo que es más, los amigos y allegados del joven enfatizan que éste "está colaborando con la investigación desde el principio", por lo que ello le deja fuera del círculo de culpabilidad. 

Dos versiones opuestas

Así las cosas, en la caída de Harley BCN, que cerró repentinamente en septiembre tras meses de impagos, hay tres hipótesis distintas. Una, la de la droga, que se ha desmoronado y no se ha podido probar. Dos, la de los dos financieros italianos que aportaron liquidez al negocio, y que aseguran que "han sido víctimas de los prejuicios" solo porque auxiliaron un negocio en necesidad. Recuerdan que "no tienen antecedentes penales de ningún tipo" y que se les ha prejuzgado por ser del sur de Europa y dedicarse al sector motard

Y tres, la versión del gestor del negocio, el empresario Toni Solano, que hace hincapié en que "desconocía absolutamente las conductas llevadas a cabo por estas personas", en referencia a los dos transalpinos que, según él, le vaciaron la store y el taller vinculado y se llevaron las unidades.  

Dos causas paralelas

Estas tres versiones las examina concienzudamente el juez Pauli para decidir hacia dónde irá la instrucción. Aguardan una decena de perjudicados que dieron sus motos a Harley BCN para vender, pero jamás recibieron el dinero. La causa se podría unir a otra que está viva en otra sala, por lo que se transformaría en una presunta estafa múltiple. Como avanzó este medio, los primeros impagos se produjeron en 2022, y la actividad continuó. 

Una moto en Harley BCN cuando aún operaba, antes del cierre Cedida

Asimismo, fuentes judiciales han avisado de que la causa se podría engrosar con más empresarios afectados por un precedente similar. Y alcanzar hasta al padre de Toni Solano, que heredó el negocio de J., el octogenario padre de Harley Davidson en el país, pues fue el primer español que condujo una de estas piezas. El venerable motero vive en el mismo bloque que el polo motero, y asiste con estupefacción a lo sucedido en el lugar que fundó y meció hasta convertirlo en referencia europea.