El Institut Agrícola Català de Sant Isidre y el Gremi de la Pagesia reivindican la empresa agrícola como motor para impulsar la actividad económica, la ocupación y las inversiones de la Cataluña del futuro, su crecimiento y su desarrollo.
Ambas entidades han analizado los retos a corto y largo plazo del sector en una reunión este viernes, así como los cambios necesarios para un mejor funcionamiento de la cadena de valor agroalimenticia.
Modernización del marco regulador
Su diagnóstico coincide en ver necesario un nuevo modelo de relaciones entre los componentes de la cadena de valor agroalimentaria para tener un marco regulador "modernizado y eficiente", según señalan en un comunicado.
"La ambición de que Cataluña sea uno de los puntos neurálgicos de la producción agroindustrial a nivel europeo requiere alinear posturas y detectar y acabar con todos aquellos 'cuellos de botella' que impiden la consecución de este objetivo", añaden en su nota.
Ambas organizaciones comparten la necesidad de defender "la empresa y la propiedad como ejes fundamentales para poder innovar, crecer y convertir la agroalimentación en una de las principales actividades económicas de Cataluña y de absoluta referencia en el sur de Europa".
Crecimiento
Así, ante una "tendencia preocupante hacia el proteccionismo comercial y una geopolítica más inestable", ven necesario "reforzar las capacidades productivas propias". Algo para lo cual ven "muy sólida" y "competitiva" a una buena parte de la producción agrícola catalana.
En este sentido, el Institut y el Gremi piden abordar de forma prioritaria los "cuellos de botella" que, a su juicio, "impiden un crecimiento sostenido del sector".
El reto europeo
Por ello, advierten de que "uno de los ámbitos de trabajo será Europa, donde la nueva Comisión y Parlamento Europeo han dado muestras de cambio en las políticas climáticas que tanto están afectando la competitividad del sector agrícola". Las entidades reclaman estar "más presentes en proyectos europeos de innovación y desarrollo".
"De la misma manera, a nivel de la Administración estatal y autonómica, en la cual se necesita la voz de personas independientes, formadas, con experiencia y que viven el día a día del sector alejados de modelos de representación sectorial caducos".
A su modo de ver, se tiene que ir hacia un nuevo modelo de relaciones entre los componentes de la cadena alimenticia para convertirlo "en palanca de crecimiento, innovación y tener el mejor marco regulatorio posible" que permita "adoptar las mejores prácticas científicas y técnicas disponibles".